La envenenada situación política en España

Los frentes abiertos del gobierno de progreso

El gobierno de coalición PSOE-Sumar acumula ya varios frentes de desgaste que pueden hacerle muy largo lo que queda de mandato. De cómo evolucionen y se resuelvan o no estos espinosos asuntos depende el futuro de la legislatura.

Uno de los rasgos más relevantes de la situación política de nuestro país son los múltiples frentes abiertos a los que se enfrenta el gobierno de izquierdas presidido por Pedro Sánchez. Por un lado, los que afectan directamente al presidente del gobierno y a su partido; y los que tienen que ver con la pata izquierda del Ejecutivo. Y por otro, los frentes a mayores que tienen que ver con centros de poder, sectores de la oligarquía española, las potencias europeas y el hegemonismo norteamericano. De cómo evolucionen y se resuelvan o no estos frentes depende el futuro de la legislatura.

El primero y políticamente más relevante de los frentes que afectan directamente al PSOE y al presidente Pedro Sánchez, es el de la corrupción. Especialmente por el conocido ya como “caso Ábalos” por sus consecuencias penales y políticas.

Las investigaciones de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO), junto con la Fiscalía Anticorrupción, han concluido tras más de dos años y medio de investigación que José Luis Ábalos desempeñó un “papel relevante” en la trama de corrupción hasta 2021, mientras era secretario de Organización del PSOE, ministro de Transportes y mano derecha de Pedro Sánchez, al que ayudó a ganar las primarias que acabarían llevándole a la Secretaría General del partido socialista y a la presidencia del gobierno.

Al caso de corrupción con centro en el ministerio de Transportes, el ministerio con mayor presupuesto del gobierno, aún le queda mucho por investigar en la red corrupta que logró contratos millonarios con las mascarillas por las relaciones de Ábalos como secretario de Organización con varias comunidades autónomas y ministerios, una vez que el Tribunal Supremo impute a un Ábalos que sigue aforado como diputado. El juez Ismael Moreno ya ha pedido que se le investigue en el Supremo.

La sombra de las sospechas persiguen a un presidente del gobierno que aún no ha aclarado cuál fue la auténtica razón de la destitución fulminante de Ábalos del ministerio y del partido. Que todavía no ha aclarado fehacientemente su papel en la extraña visita de la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, a España en secreto una noche de enero en el aeropuerto de Barajas.

La última sombra la acaba de proyectar la foto publicada por el diario El Mundo donde aparece Pedro Sánchez con el empresario conseguidor de la red de corrupción, Victor Aldama. Según el diario, la foto fue tomada por el asesor del ministro Ábalos el 3 de febrero de 2019 en el teatro La Latina de Madrid en un acto electoral socialista. Y para entonces, dice El Mundo citando a la UCO, Aldama ya “compartía actividades y negocios con Ábalos desde agosto de 2018”. ¿Se reunió Sánchez con Aldama? ¿Cuántas veces?, se preguntan en El Mundo.

La corrupción es el primero y políticamente el más relevante de los frentes que afectan directamente al PSOE y al presidente Pedro Sánchez

Dos casos más echan leña al frente de la corrupción. El “caso Begoña Gómez”, la mujer del presidente Sánchez, imputada por el juez Peinado por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios, relacionados con las circunstancias que rodearon la cátedra y la financiación del máster impartidos por Begoña Gómez en la Universidad Complutense de Madrid. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha rechazado las dos querellas presentadas por Pedro Sánchez y otra por Begoña Gómez contra el juez Peinado, por prevaricación y revelación de secretos. El rechazo de las querellas cierra la vía para actuar contra el juez y augura un largo proceso judicial para la mujer del presidente.

El otro caso es el “caso David Sánchez”, el hermano del presidente, investigado por el Juzgado de instrucción n.º 3 de Badajoz por un delito continuado contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social, malversación, tráfico de influencias y prevaricación. En la causa abierta aparecen implicados también el presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo y otro funcionario por los mismos delitos.

.

La extrema debilidad de la pata izquierda

Rueda de prensa de Sumar tras el escándalo Errejón

Tres frentes abiertos en la pata izquierda del gobierno lo debilitan en extremo. La debilidad de Sumar, con una crisis de liderazgo que, tras la salida de la dirección de Yolanda Díaz, se ha puesto aún más en evidencia ahora que Díaz se ha borrado y no se presentase junto a la dirección de Sumar que salió a pedir perdón y dar explicaciones por el “caso Errejón” con 48 horas de retraso después de su dimisión. Frente a unos votantes en schock, que esperaban una respuesta rápida, firme y conjunta,Yolanda Díaz ha preferido seguir sumergida en sus “tareas de gobierno”.

Las condiciones que Podemos quiere imponer para apoyar los presupuestos: ruptura de relaciones diplomáticas con Israel, bajar los alquileres un 40% y prohibir la compra de vivienda que no sea destinada a residencia. Sus 4 diputados son imprescindibles para que el gobierno apruebe las Cuentas, pero sus condiciones son prácticamente imposibles de negociar por el PSOE. Ahora todo depende de lo que vote la militancia convocada por Podemos.

La dimisión de Íñigo Errejón, ex-portavoz parlamentario de Sumar, por acusaciones de maltrato psicológico, acoso y agresiones sexuales, ha abierto un tercer frente en la izquierda del gobierno. Afecta a todo el espacio de la “izquierda transformadora” y a sus marcas. Y aún están por ver sus consecuencias.

.

Los frentes a mayores de los centros de poder

Josu Jon Imaz, presidente de Repsol

El frente del impuesto especial a bancos y energéticas. Las energéticas, encabezadas por Repsol, agitan el frente de rechazo al impuesto especial sobre los beneficios extraordinarios que el gobierno había anunciado convertir de temporal a permanente.

El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, expresidente del PNV, publicaba un artículo titulado “Industria o populismo” en el que advertía al gobierno de que “la inversión en el sector energético bajará al mínimo si se mantiene el impuesto especial”. Una amenaza directa que pone en cuestión la inversión de 1.000 millones de euros que Repsol tenía prevista en el polígono petroquímico de Tarragona. Cepsa ha decidido congelar sus inversiones en España a la espera de cómo actúe el gobierno. Desde Iberdrola advierten del riesgo para las inversiones: “Nos cambian la inversión a gasto. Esa inversión no se hace”.

Repsol encabeza el frente de rechazo al impuesto especial sobre los beneficios extraordinarios a bancos y energéticas

También desde el sector bancario suben la tensión y avisan, como Bankinter, de que volverán a recurrirlo en los juzgados. Incluso desde el Santander su presidenta, Ana Botín, declaraba desde Washington que “este tipo de gravámenes penalizan el crecimiento económico”: “Si queremos sufragar el modelo europeo necesitamos que las empresas puedan ganar dinero”. ¡Como si la banca no llevara cuatro años ganando más que nunca!, beneficios históricos pese al “impuesto especial” que apenas ha supuesto el 1,2% de sus beneficios.

Un frente al que además se han unido PNV y Junts que, ante el chantaje de Repsol, ahora dicen que “no es una medida positiva”.

Desde el gobierno han retrasado la votación del impuesto prevista en el Congreso. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, dice que “si el gobierno no cuenta con mayoría suficiente no podrán cumplir con su promesa”. Y desde los ministerios de Hacienda y Economía hablan de “suavizar el impuesto”.

.

El frente internacional

Pedro Sánchez con Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina

Hay también un frente internacional abierto con el gobierno de coalición, especialmente sensible por las contradicciones a las que se enfrenta con los centros de poder internacionales por el tipo de política que mantiene, sobre todo por la situación en Oriente Medio.

Bajo un fuerte influencia del viento popular y patriótico el gobierno presidido por Pedro Sánchez no solo ha reconocido al Estado Palestino sino que desarrolla una diplomacia activa con otros países en Europa (Noruega, Irlanda…) y con países árabes en Oriente Medio para sumar apoyos y mantiene un apoyo cerrado al Secretario General de la ONU, António Guterres. Sánchez califica de genocidio la intervención de Israel en Gaza y ha respaldado la acusación de Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia. Pide a la comunidad internacional que deje de vender armas a Israel. Y en el Foro «World in Progress Barcelona» ha instado a la Comisión Europea a que «de una vez por todas» responda a la petición formal realizada por España e Irlanda para que suspenda el acuerdo de asociación con Israel.

La política internacional del gobierno de progreso abre un frente especialmente sensible por las contradicciones que genera con EEUU

Todas estas posiciones políticas abren fuertes contradicciones especialmente con Estados Unidos, que mantiene un apoyo cerrado militar, diplomático, político y económico con Israel. Un frente que tras las inminentes elecciones en Estados Unidos, pueden provocar un recrudecimiento de las presiones y tensiones con el gobierno de progreso. Con Kamala Harris o con Trump.

La situación política del país que dibujan estos frentes es objetiva. Es independiente de la posición que se tenga ante el gobierno, a favor, en contra o con críticas.

Tres tipos de frentes abiertos son muchos y demasiado complejos para el devenir de la legislatura.