La privatización del control aéreo de los aeropuertos españoles

Los fondos privados a la caza de las torres de control de los aeropuertos

En los últimos años se han ido privatizando las diferentes torres de control de los aeropuertos del país. Bajo la bandera del abaratamiento de costes, lo que esconde es un trasvase de la riqueza a los fondos privados.

Empezamos el año con la intención de privatizar 7 torres de control aéreo. Los aeropuertos de Palma de Mallorca, Tenerife (Norte y Sur), Bilbao, Gran Canaria, Málaga y Santiago de Compostela se sumarían a la lista de aeropuertos cuyo servicio de control aéreo está privatizado.

Según el Ministerio de Transporte el objetivo es «mejorar la eficiencia y calidad de los servicios de control de tráfico aéreo , así como reducir los costes». La apertura a la competencia, un fenómeno que ya se ha producido en otros países de Europa y que en España vivió su primera fase en 2011, se espera que fomente la innovación y la mejora continua en la prestación de estos servicios. Desde ALA, se muestra una actitud positiva hacia la propuesta , considerándola una medida muy favorable.

Torres de control privatizadas en los diferentes aeropuertos españoles

Sin embargo, los trabajadores del sector aéreo y los sindicatos están en contra de la liberalización , ya que temen que afecta negativamente a las condiciones laborales y la seguridad de los vuelos. El sindicato USCA se opone frontalmente a lo que denomina privatización, argumentando que no aportará nada beneficio. Esta protesta ha sido recogida en el parlamento por algunos grupos como SUMAR, Coalición Canaria y el Bloque Nacionalista Gallego.

Inicialmente, las torres de control estaban gestionadas por una empresa pública: ENAIRE, gestionada por el ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Pero en los últimos años varias de las torres que gestionaban han sido adquiridas por 2 empresas privadas: Skyway, empresa perteneciente a un fondo buitre de inversión y SAERCO, ligado a varios empresarios envueltos en casos de corrupción como el caso Blas de Lezo.

El sindicato USCA lleva meses denunciando este proceso de privatización, su responsable de comunicación, Susana Romero ha desmontado las supuestas bondades que tendría esta privatización. Uno de los principales argumentos que se esgrimieron para iniciar la liberalización del control aéreo en España, gestionado únicamente por la empresa pública Enaire hasta 2011, era la mejora de la productividad y el ahorro de costes, que redundaría en un abaratamiento de tasas para los usuarios. Sin embargo, Romero critica que en la mayoría de las torres en las que se ha privatizado el servicio, los tiempos de entrega desde los centros de control a esas torres “en ningún caso” han disminuido, sino que han aumentado. Esta situación ha provocado que se haya reducido la capacidad de gestión de vuelos en los aeropuertos. “Cuando defienden que se abarata el servicio para el consumidor es mentira, en ninguno de ellos han bajado las tasas. Las tasas son iguales. La diferencia es que lo que se recauda en vez de ser recibido por Enaire va a las manos de un empresario. Es un enriquecimiento de una empresa que no antepone la seguridad entre sus objetivos”, ha advertido Ramos.