Recientemente un equipo del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC liderado por el profesor de investigación Juan Carlos Alonso ha encontrado evidencias de que la luna llena estimula el comportamiento reproductivo de la hubara canaria.
Su investigación publicada recientemente se centra en la avutarda hubara que en general vive en ambientes desérticos del norte de África, Sur de Asia, y las Canarias orientales. En particular ha investigado la hubara canaria, Chlamydotis undulata fuertaventurae, una subespecie de la avutarda hubara endémica de las islas Canarias, que vive en zonas áridas de las islas más orientales, Fuerteventura, Lanzarote y La Graciosa y cuya supervivencia está amenazada. ¿cuáles son las causas principales de que la supervivencia de esta especie esté amenazada?
Son varias y no muy bien conocidas, en eso estamos trabajando ahora. Pero seguramente tienen mucho que ver determinadas actividades humanas, como la caza y recolección de huevos en el siglo pasado, y más recientemente, la expansión de construcciones e infraestructuras asociadas fuera de núcleos urbanos, que ha contribuido a degradar el hábitat en el que vive esta especie.
Se sabía que estas aves eran especialmente activas durante el crepúsculo, pero gracias a su estudio que acaban de publicar en Animal Behaviour, han podido comprobar que esta especie aumenta su actividad reproductiva durante las noches de luna llena. ¿Cómo han podido llegar a esta conclusión?
Hemos marcado individuos de esta especie con radioemisores de última generación, que localizan al individuo marcado vía satélite cada 5 minutos, y van provistos de acelerómetros que registran ondas de aceleración del individuo marcado según los tres ejes del espacio, lo que permite identificar y cuantificar los movimientos y los distintos tipos de comportamiento de las hubaras marcadas durante la noche, sin necesidad de observarlas. La información acumulada en los emisores se transmite al ordenador vía GPRS, a través de la línea de telefonía móvil.
La explicación que proponen es que la luna llena permite a los machos detectar el acercamiento de depredadores, contrarrestando su mayor vulnerabilidad mientras se exhiben y vocalizan. ¿Podría desarrollar esto un poco más?
La posibilidad de detectar depredadores durante la noche, con ayuda de la luz que proporciona la luna, es solo uno de los mecanismos que habría podido favorecer la evolución de la actividad nocturna en esta especie, que es fundamentalmente diurna. Otro mecanismo sería la ventaja de poder ver a las hembras y tratar de atraerlas con sus llamadas y exhibiciones de celo, así como poder defender sus territorios frente a machos competidores que se acercan. Una luz tenue durante la noche permite al macho una visión cercana, suficiente para atraer a una hembra cercana y copular con ella, sin ser visto por machos vecinos que, durante el día, con más luz, podrían acercarse a disputar el acceso a esa hembra.
Durante las noches de luna llena que han tomado datos, ¿la luna llena era siempre visible? ¿Piensa que el comportamiento reproductivo depende de la visibilidad o podría ser que de alguna manera las hubaras lo incorporen a su ¨bioritmo¨ con independencia de la visibilidad?
: En nuestro estudio seleccionamos noches de luna visible, sin nubes. Probablemente se trate de un comportamiento asociado a la iluminación lunar, más que al calendario lunar, que también se ha demostrado que influye en diversos ciclos naturales y biológicos. Actualmente estamos registrando más detalles, y sobre una muestra de más noches en distintas fases lunares, lo que nos permitirá profundizar en los mecanismos que regulan este comportamiento.
Uno de los futuros estudios que proponen consiste en determinar si este mismo comportamiento de exhibición nocturna, y en especial a la luz de la luna, se da también en otras aves que tradicionalmente han sido clasificadas como diurnas. ¿Es conocido un comportamiento similar en mamíferos?
En mamíferos pequeños, como roedores, conejos y murciélagos, que son generalmente nocturnos y utilizan sobre todo el sentido del olfato, se ha visto que reducen su actividad durante noches de luna llena, lo que se ha interpretado como un mecanismo para reducir la probabilidad de que sean detectados por depredadores. Sin embargo, en algunos primates, que tienen una agudeza visual mayor que la mayoría de los otros mamíferos, por tanto pueden beneficiarse de la luz lunar, se ha observado un aumento de actividad con luna llena.
La duración media del ciclo de la menstruación de la mujer (28-30 días) es similar al mes lunar (29.53 días solares). Según el consenso no hay evidencias científicas de una correlación y se dice que es una coincidencia casual. ¿El ciclo de la menstruación no podría tener al menos un origen ancestral de nuestros antepasados que nos ha sido trasladado a través de los genes y que en su momento sí que tenía que ver con el ciclo lunar?
La idea de que el ciclo menstrual podría sugerir que nuestros ancestros vivieron en las costas y desarrollaron una asociación con los ciclos lunares y de mareas procede de Darwin. Pero, aunque algún estudio ha pretendido demostrar una sincronización entre el ciclo menstrual humano y el ciclo lunar, no se ha podido demostrar asociación con una fase lunar concreta, y la supuesta correlación no ha podido ser confirmada. Además, en especies de primates cercanas al hombre la duración del ciclo no es la misma, variando entre los 29 días en orangutanes, 30 en gorilas y 37 en chimpancés.
Muchas gracias por la entrevista. ¿Le gustaría añadir algo más?
Me gustaría agradecer a Red Eléctrica de España la financiación para la realización de nuestro estudio de la hubara, y al Gobierno de Canarias por habernos permitido la captura y marcaje de individuos de esta especie amenazada. Concluiría diciendo que para proteger la biodiversidad hay que conocer todos los detalles de su biología, y que el estudio de las especies no solo aumenta nuestro conocimiento de ellas y de los sistemas naturales en los que se desarrollan y viven, sino que además nos ayuda a diseñar planes y estrategias para su conservación.