Los beneficios empresariales aumentan diez veces más que los salarios

Los últimos datos del INE (Instituto Nacional de Estadística) referentes al último trimestre de 2017 revelan cómo a pesar de encontrarnos ya en fase de recuperación económica, el trasvase de las rentas salariales a las rentas del capital no se detiene, sino que se hace todavía más agudo.

Dos son los datos que muestra el último informe del INE y que muestran la realidad del trasvase. El primer dato consiste en que los salarios han aumentado un 0’5% en el último trimestre, y un 0’7% si se cuenta todo el año.

Claro, que este dato se refiere al sueldo medio, que se sitúa en 2.020 euros mensuales. Y solamente se aplica a los salarios que están protegidos mediante convenios laborales.

También hay que tener en cuenta que el IPC en el último trimestre ha aumentado un 1’5%. Con lo cual, aunque nominalmente hayan subido los salarios, en la realidad han perdido un 1% de poder adquisitivo en ese mismo periodo.

El segundo dato hace referencia a los beneficios empresariales, medido según el excedente bruto de explotación, que en el último trimestre del año aumentó un 5’2%. Un 4’8% si se hace referencia a todo 2017.

Nuevamente, este dato es otra media que hace referencia a todas las empresas sin distinción de peso o rango, desde las pequeñas ganancias de las pymes, a los verdaderos vencedores, la oligarquía financiera. Caso es del Banco de Santander, que ganó el año pasado, 6.619 millones de euros, un 7% más que en 2016.

Un saqueo sin fin

La economía crece a un ritmo de un 3% anual. Ese crecimiento llega a las empresas, especialmente a los grandes bancos y monopolios. Pero no llega a los trabajadores, que solo perciben subidas de miseria que en los hechos suponen pérdida de poder adquisitivo. Un saqueo de las rentas del salario cada vez más agudo.

Los salarios son precisamente donde más se ha recortado desde que empezó la crisis. Así fue desde que Paul Krugman, premio Nobel de Economía y portavoz del gran capital norteamericano, proclamó públicamente que “los españoles debían reducir sus salarios un 25%”. Dicho y hecho, un informe reciente del Banco de España certificó que los últimos contratos habían visto reducido sus salarios un 24% con respecto a 2008.

Según el INE, en 2008, las rentas salariales representaban el 50’9% del PIB español. El año pasado bajó hasta 47’3%. Hay que remontarse hasta 1989 para ver una cifra tan baja en el peso de los salarios.

En cambio, las rentas del capital no han parado de crecer, desde el 41’6% del PIB en 2008 al 44’7% en 2017.

No es que no haya dinero. Al contrario, durante la crisis, el PIB español apenas descendió y ahora está aumentando con la recuperación económica. Lo que ocurre es que ha habido un trasvase continuo y agudo de los salarios de los trabajadores a los beneficios del capital.

Trasvase que no solo no se ha frenado, sino que sigue avanzando sin detenerse. Es por ello mismo que debemos exigir que se aumenten los salarios hasta los 1.000 euros mensuales para detener este continuo saqueo sobre la población. Dinero hay de sobra, lo que hace falta es redistribuirlo.