Justo en el momento en el que está en juego que se forme un gobierno de unidad contra los recortes y por la regeneración democrática, encabezado por Pedro Sánchez, y que se avecinan las elecciones autonómicas en la comunidad gallega estalla en el PSdeG un escándalo de corrupción que impliga a su secretario general José Ramón Gómez Besteiro.
El dirigente socialista -que acumula 10 imputaciones en dos causas judiciales- ha renunciado a presentarse a las primarias del PsdeG, pero retiene su cargo orgánico, ante el apoyo de Sánchez, que ha declarado que “confía en su inocencia”.
Desalojar a los imputados -ahora “investigados”- preventivamente de los cargos públicos y orgánicos mientras se demuestra su inocencia o culpabilidad debiera ser una elemental medida sanitaria de regeneración democrática.Es precisamente lo el PSOE, Podemos, IU, Compromís o Ciudadanos -las fuerzas que debieran unirse para formar un gobierno de unidad contra los recortes y por la regeneración democrática- arrojan contra al PP (con casi 500 imputados por casos de corrupción) llamándolo “el partido de la corrupción” por excelencia.
Pero el PSOE no le anda lejos, con 320 imputados, y con escándalos como el de los EREs. Si lo que se busca es la regeneración democrática y la tolerancia cero con los corruptos, Pedro Sánchez debería comenzar por barrer su propia casa, y predicar con el ejemplo.