No vivimos una pandemia sino tres: la sanitaria, la económica y la social. Y ninguna de las tres afecta a todos por igual. Afecta más a los barrios y poblaciones donde se concentran las clases populares con rentas más bajas.
Nos aseguran que las vacunas van a detener la pandemia sanitaria. Pero hace falta otra vacuna para la pandemia económica y social que va a decidir cómo van a vivir la mayoría de los madrileños. Y esa vacuna contra la pandemia económica y social es la Redistribución de la Riqueza.
La pandemia sanitaria tiene un origen biológico, el virus. Pero el impacto sanitario es muy diferente dependiendo de la clase social y los niveles de renta. En Madrid si uno vive en un barrio obrero y popular tiene hasta tres veces más de probabilidades de contagiarse. Es lo que dicen todos los informes.
”La Covid-19 afecta más a los barrios pobres, hay una gran diferencia en la tasa de contagios entre los barrios más pobres y los más ricos. Las pequeñas dimensiones de los hogares, la densidad de población o los trabajos precarios explican estas diferencias…
Y los hospitales que están en esos barrios son los más amenazados de colapso”. En la capital, los distritos de Usera, Puente de Vallecas, Villaverde y Carabanchel, los cuatro con menor renta media por persona (unos 10.000 euros anuales, frente a los casi 16.000 de renta media de Madrid), junto a otros como Tetuán y Vicálvaro, son los que sufren mayor tasa de contagio. Cuando Puente de Vallecas estaba por encima de 1.000 casos por 100.000, el distrito de Moncloa apenas tenía una tasa de contagio de 40 casos por 100.000.
La pandemia económica y social no es nada “natural”.
Amplios sectores de la clase obrera y el pueblo trabajador, autónomos y pymes sufren las graves consecuencias de la crisis asociada a la pandemia: paro, ERTEs, inseguridad por el pago de la hipoteca o el alquiler de los pequeños negocios…
Mientras que bancos, grandes monopolios y grandes fortunas remontan la crisis y han empezado el reparto de dividendos a sus accionistas a cuenta de los beneficios que obtuvieron en 2020 y de los que esperan este año. El BBVA ya anuncia que repartirá 393 millones y la nueva CaixaBank otros 216 millones; Inditex-Zara repartirá 663 millones a cuenta de los beneficios del año de la pandemia…, y así el resto de bancos y monopolios del Ibex-35.
Según el último informe de Intermón Oxfam en España hay un millón de personas más por debajo del umbral de la pobreza (24 euros al día) desde el estallido de la pandemia.
Esto no es nada “natural”. Hace nueve meses, en una “megacumbre” de la CEOE, con presencia de los grandes bancos y del capital extranjero, se estableció una hoja de ruta para que ellos conservaran sus enormes ganancias en plena pandemia y descargar la factura de la crisis sobre las clases populares.
Y desde la Unión Europea se exige que para recibir los fondos europeos hay que profundizar aún más las reformas que precarizan los salarios y recortan las pensiones.
Por eso en España y en Madrid sufrimos más la pandemia económica y social.
Esto es lo que nos jugamos el 4-M. No es verdad que esté en juego “elegir entre la democracia y el fascismo”. Claro que hay que enfrentar la amenaza de la ultraderecha y combatir las políticas reaccionarias de Ayuso. Pero quienes de verdad mandan tienen otros planes y el problema es cómo hacer frente a la triple pandemia, sanitaria, económica y social y cómo salir más fuertes.
Para eso es necesario afrontar con Unidad y Solidaridad la pandemia sanitaria, y es urgente Redistribuir la Riqueza para que esta crisis no la paguemos los de siempre.
Y esto es lo que Madrid necesita:
Para la pandemia sanitaria, Unidad y Solidaridad.
Para la pandemia económica, Redistribuir la Riqueza y recortes cero.