Por primera vez, Rajoy no sólo ha discrepado de Berlín, sino que se ha plantado ante Merkel aprobando unilateralmente una reducción del déficit inferior al que exigía Alemania. Frente al mandato germánico de reducir el déficit al 4,4% del Producto Interior Bruto, Rajoy ha fijado un objetivo del 5,8%. Lo que significa, materialmente, que el hachazo de los recortes previstos para este año se reducirá en casi 20.000 millones. Tras la decisión de Rajoy, anunciada en Bruselas, parece que sí es perfectamente posible no aplicar a pies juntillas los dictados de Berlín. Como hizo Zapatero hasta el final y había hecho hasta ahora Rajoy. ¿Que significado tiene lo que todo el mundo ha calificado como un desafío de Rajoy? ¿Desde dónde hay que leerlo? ¿Qué consecuencias políticas puede tener para todos nosotros?
Margen de autonomía…. Lo primero que destaca en este asunto es que, a pesar de todo, Rajoy ha demostrado tener un mayor margen de autonomía que Zapatero, dispuesto desde mayo de 2010 a aplicar estricta e incondicionalmente todas y cada una de las órdenes de Washington y Berlín. Secundado en ese camino suicida por Rubalcaba, que ahora quiere presentarse “a la izquierda” de Rajoy. «Rajoy ha demostrado tener un mayor margen de autonomía que Zapatero»
Lo que los hechos dicen, sin embargo, es justamente lo contrario. Durante su etapa como vicepresidente de gobierno, Rubalcaba ha estado sistemáticamente “a la derecha de la derecha del hegemonismo” ejecutando fielmente y sin atreverse a cuestionar ni uno sólo de los mandatos procedentes de Bruselas y Berlín, aunque fueran un auténtico cataclismo para la economía del país. Ha tenido que llegar Rajoy, un hombre de la derecha política, para que se pongan en cuestión unas medidas cuyas consecuencias, según palabras textuales de un primer ministro europeo, serían “matar la economía española”.
¿De dónde proviene este mayor margen de autonomía de Rajoy?
En diciembre de 2011, nada más conocerse la composición del nuevo gobierno de Rajoy, dijimos en estas mismas páginas:
“No sabemos si Rajoy actuará con mayor firmeza ante las exigencias de Berlín, como le reclaman algunos sectores de la oligarquía española buscando un mejor acomodo de sus bancos y monopolios. Pero no es en absoluto descartable que con sus nombramientos, Rajoy esté moviendo las primeras fichas en la dirección de apostar –como ya hizo Aznar durante los anteriores gobiernos del PP– por un giro en las alianzas internacionales de España, buscando contrapesar el creciente peso del eje franco-alemán sobre nuestro país con una política de acercamiento a Washington.
El proyecto, tanto entonces como ahora, sería tratar directamente con el gran patrón (Washington) para así poder sortear las exigencias de sus capataces europeos (Alemania y Francia), de modo que en ese complejo juego de equilibrios y contrapesos de poderes, se pueda abrir para la clase dominante española la posibilidad de (…) no descender al infierno de la cuarta división europea al que ahora mismo la ha condenado Berlín”.
…. y paraguas de protecciónEn realidad, esto es exactamente lo que ha hecho Rajoy en esta maniobra de incumplimiento del objetivo de reducción de déficit: utilizar el paraguas de EEUU para plantarse ante Berlín.
La administración Obama, secundada recientemente por el FMI, viene pidiendo a Alemania una relajación en la carrera de ajustes y recortes. No, desde luego, por magnanimidad o deferencia hacia los pueblos que los sufren. Sino porque la inflexibilidad de la austeridad germánica amenaza con colapsar a un mercado, el europeo, donde sus bancos, fondos de inversión y multinacionales obtienen enormes beneficios.
Hundir durante años las economías de una parte de países de la UE para que Alemania pueda seguir manteniendo su posición de gran potencia económica mundial, puede entusiasmar a muchos en Berlín, pero es contrario a lo Washington pretende: que las economías de sus Estados vasallos funcionen para poder recaudar mayores tributos.El hecho de que Rajoy acudiera hace unos días a la reunión de Londres, el caballo de Troya norteamericano en la UE, donde 12 jefes de Estado europeos reclamaban mayor flexibilidad en los ajustes, o de que no tomara la decisión de cuestionar la reducción del déficit sin mandar antes al ministro De Guindos –orgánicamente vinculado al corazón financiero de Wall Street– a recibir el plácet del FMI y la Reserva Federal de EEUU son signos elocuentes.
¿No decían que no se puede?Pero independientemente de los motivos de Rajoy, lo que ha puesto de manifiesto su decisión es que sí se puede disentir y aplicar medidas distintas a las que exige Berlín. Algo de lo que hasta ahora pretendían demostrarnos que era imposible: que nuestra pertenencia a la UE nos obligaba a cumplir estrictamente las directrices de Bruselas y Berlín.
Como venimos repitiendo insistentemente desde nuestro periódico, no sólo es que sí se puede, sino que este es el único camino. Acabar con el paro y salir de la crisis de la crisis exige que el desafío a Berlín sea completo. Y que se extienda a Washington, que si por un lado “permite” un relajamiento de la austeridad, por el otro ha presionado hasta el límite –incluida la carta remitida en términos amenazantes por el embajador yanqui al presidente del gobierno– hasta conseguir una reforma laboral tan “extremadamente agresiva” que permitirá a sus multinacionales incrementar la explotación de los trabajadores y multiplicar todavía más sus beneficios en España. «Acabar con el paro y salir de la crisis de la crisis exige que el desafío a Berlín sea completo. Y que se extienda a Washington»Y es que, a pesar de haber negociado “mejores condiciones”, las exigencias de la UE han impuesto a Rajoy un recorte extra (a sumar al aplicado a principios de año) de otros 15.000 millones de euros, al menos, el doble de lo que ya se ha recortado. Un drástico ajuste que se va a saldar con 630.000 parados más al finalizar el año, una nueva caída del consumo, una agudización de la recesión y nuevos y mayores recortes en educación y sanidad.
Si desafiamos, como ha hecho Islandia, como ha hecho Argentina, como han hecho Brasil y muchos otros países que hoy están a la cabeza del crecimiento económico mundial, todas las imposiciones de las grandes potencias, claro que se puede salir de la crisis. Recursos no faltan. Los bancos y monopolios del Ibex-35 ganaron el año pasado más que la suma de todos los recortes que pretende aplicarnos Rajoy. «Las exigencias de la UE han impuesto a Rajoy un recorte extra (a sumar al aplicado a principios de año) de otros 15.000 millones»
Nuestras candidaturas De Verdad contra la crisis-UCE se presentan en Andalucía y Asturias con un programa que demuestra cómo se pueden crear más de un millón de puestos de trabajo en los próximos cuatro años, aplicando una política de redistribución de la riqueza, donde los recursos que controlan bancos, multinacionales y grandes fortunas se destinen a crear empleo. Ese es el camino por el que tenemos que ir.