Los líderes del “procés” encarcelados no son presos políticos, no están en la cárcel por sus posiciones políticas. No están presos por ser independentistas, sino por haber intentado imponer de forma antidemocrática la independencia de Catalunya a la mayoría del pueblo catalán, utilizando para ello su poder en las instituciones.
Ser independentistas es una opción respetable. Lo que no es nada respetable es hacer un referéndum como el 1-O donde se proponía decidir la independencia, sin un criterio mínimo de participación, con una secesión-exprés si la independencia ganaba aunque fuera por un voto. Un referéndum que era una estafa preparado para imponer y legitimar una declaración unilateral de independencia.
Esta actuación completamente antidemocrática ha llevado a la sociedad catalana a la división y en gran parte al enfrentamiento entre los partidarios y los contrarios a la independencia (que son mayoría). Por eso lo primero que deben hacer los líderes del procés es pedir perdón al pueblo de catalán.
Antes que hablar de la sentencia hay que hablar de reponer el daño hecho a la sociedad catalana. La actuación de las élites del procés ha debilitado y en muchos casos quebrado la unidad entre los diferentes sectores de una sociedad como la nuestra que es muy plural y diversa. La unidad se ha debilitado en todos sus ámbitos. Desde el Parlament que ha vivido jornadas infames como la del 6 de septiembre hasta los ámbitos familiares. Y desde luego donde más daño ha hecho el procés es a la unidad de los sectores populares contra los recortes.
Ante el resultado final de la sentencia, desde la izquierda debemos poner encima de la mesa estos hechos y exigir a los líderes del procés que tomen posición ante ellos. Lo primero que deben hacer es pedir disculpas al pueblo catalán, que quede claro ante todos el compromiso de que no se van a volver a repetir actuaciones de este tipo. Sobre esta base y respetando la legalidad en mi opinión se debe contemplar que se rebajen lo posible las penas, porque está dentro de los principios del pueblo tener el corazón ancho y trabajar porque los lazos de convivencia se restablezcan. Y sobre todo que nos pongamos a luchar unidos contra lo que de verdad nos afecta a todos: los recortes.