Todos los años entre el 17 de julio y el 24 de agosto se puede ver la lluvia de estrellas de las Perseides. Este año hay muy buenas condiciones tanto la noche del sábado 11 de agosto como la noche del domingo 12 de agosto para ver este espectáculo silencioso de la naturaleza.
La lluvia parece proceder del lugar que ocupa en el firmamento la constelación de Perseo. De ahí proviene su nombre, pero en realidad se puede observar en cualquier parte del cielo. El mejor momento para observarlas será a mitad de la noche sobre las 2 o las 3 de la madrugada. En ese momento la Tierra atraviesa frontalmente la nube de polvo dejada por el cometa Swift-Tuttle.
Un cometa es un cuerpo celeste constituido por hielo, rocas y polvo que orbita alrededor del Sol y que se sublima cuando se acerca a la estrella central de nuestro sistema planetario. El cometa Swift-Tuttle, que fue descubierto en 1862 de manera independiente por Lewis Swift y Horace Tuttle, es un cometa gordo con un núcleo de 25 kilómetros y que tarda 133 años en orbitar al Sol. Se acercó al Sol en 1992 así que no le volveremos a ver por ahí hasta 2125.
Cuando los cometas se acercan al Sol desprenden cachos de polvo que se esparcen a lo largo de su trayectoria. Todos los años cuando la Tierra atraviesa esas órbitas, nuestra atmósfera choca con esos cachos que los cometas han desprendido. En ese choque con la atmósfera los cachos se desintegran una vez y producen esas estrellas fugaces que nosotros podemos ver. Fue el astrónomo italiano Giovanni Schiaparelli quien identificó en 1865 el origen de las Perseides. Son restos, cachos esparcidos del cometa Swift-Tuttle en sus acercamientos al Sol.
Este sábado y mañana domingo se podrá ver particularmente bien la lluvia porque el máximo de intensidad coincide este año con que hay Luna nueva y por lo tanto el cielo estará muy oscuro. En principio se podrán ver hasta 60 o 70 estrellas fugaces por hora.
No hay que esperar hasta las 2 o las 3 ni tampoco obsesionarse por ver una estrella fugaz por minuto. Sólo hay que buscar un lugar tan oscuro como sea posible, lejos de la luz y el estrés de los centros urbanos y con la mayor visión posible del cielo. Cuanto más cielo a la vista se tenga mejor, porque más probable será ver una o varias estrellas fugaces. No hace falta ningún instrumento óptico ni tampoco hay que mirar a ninguna región concreta del cielo. Simplemente relajarse, mirar al cielo y disfrutar de la lluvia de estrellas de las Perseides.