Lenín Moreno, el candidato de Alianza País, la izquierda antihegemonista, ha ganado la primera vuelta de las elecciones en Ecuador, aunque al no llegar al umbral del 40% mínimo exigido, deberá concurrir a una segunda vuelta contra su oponente, el centroderechista Guillermo Lasso.
Con el 98% de los votos escrutados, Lenín Moreno (que fuera vicepresidente y ahora sucesor de Rafael Correa) ha obtenido el 39,33% de los votos, más de diez puntos por delante de su inmediato perseguidor, el ex-banquero y empresario Guillermo Lasso (28,21%), candidato por el centroderechista movimiento CREO. A las urnas estaban convocados 12,8 millones de ciudadanos (de ellos, casi 380.000 en el extranjero) y la afluencia ha sido notablemente alta, con más de un 82% de participación.
Además estos comicios designan a los integrantes de la Asamblea Nacional, del Parlamento Andino y se ha aprobado en referéndum una iniciativa del Gobierno para prohibir que cargos públicos tengan bienes en paraísos fiscales.
De acuerdo con estos resultados, el candidato de Alianza País a suceder a Rafael Correa se quedaría en las puertas de obtener directamente la presidencia, y deberá concurrir en una segunda vuelta contra Lasso el 2 de abril.
Aunque los observadores internacionales destacaron la transparencia del proceso electoral, en los últimos dos años Ecuador vive desde hace años un proceso desestabilizador. En los dos días del escrutinio los partidarios de Lasso se manifestaron ante la sede del organo electoral en actitud amenazante. Iniciativas progresistas y redistributivas como la Ley de Redistribución de la Riqueza y Plusvalías fueron contestadas en 2015 y 2016 por la oposición con protestas violentas, disturbios y todo una campaña de acoso y derribo por parte de los medios de comunicación nacionales, en manos de una oligarquía criolla de la que Lasso es representante directo. Una táctica de «golpe suave» -similar a la que acabó con los gobiernos progresistas de Argentina o Brasil e intenta hacer lo mismo en Venezuela- diseñada desde Washington para ir desgastando y finalmente derribar a un “gobierno de la revolución ciudadana”. Lenín Moreno ha sido con diferencia el candidato más votado, pero la pugna no ha acabado: habrá segunda vuelta.
La guerra mediática ha seguido arreciando en la campaña, intentando aprovechar las dificultades económicas por las que pasa el país, con la caída de los precios del petróleo -principal entrada de divisas para Ecuador- y la destrucción causada por un potente terremoto en abril. Pero no ha dado resultado: Lenín Moreno ha sido con diferencia el candidato más votado.
Pero la pugna por la presidencia no ha acabado: habrá segunda vuelta. Lasso, que cuenta con el apoyo de las grandes familias oligárquicas -y de la embajada norteamericana- convocó a toda la oposición a construir «la mesa de la gobernabilidad» por el país. La invitación fue recogida por la candidata socialcristiana, Cynthia Viteri (con un 16,19% de los votos) quien confirmó que apoyará a Lasso.
Cuando Rafael Correa llegó a la presidencia del país en enero de 2007 con un abrumador 81% de respaldo, Ecuador estaba sumido en la mayor crisis económica y social de su historia. Los gobiernos de Lucio Gutiérrez y Alfredo Palacios -del que Guillermo Lasso fue ministro de Economía- llevaron, de la mano de la sumisión a Washington y a las recetas del FMI, a la quiebra del sistema financiero y a la pérdida de la moneda nacional en el 2000, que fue sustituída por el dólar norteamericano.
El gobierno de la revolución ciudadana
El gobierno de Alianza País rompió con el Tratado de Libre Comercio con EEUU, desmanteló la base militar norteamericana de Manta, recuperó el control de las fuentes de riqueza nacional, auditó y renegoció la deuda externa amenazando con declararla odiosa ante la legislación internacional, y comenzó a aplicar un programa de redistribución de la riqueza: incrementando las rentas de las clases más castigadas, generando empleo a través de obras públicas, facilitando crédito a través del Estado para las pequeñas y medianas empresas o para la construcción de viviendas. Ecuador creció un 3,9% del PIB como promedio entre 2007 y 2015. Eso permitió destinar el 9,0% de su PIB para inversión pública.
Las cifras del antes y el después del gobierno de Alianza País hablan fuerte y claro. En 2007 el nivel de pobreza en Ecuador era del 36,7%. Hoy ha bajado del 23%, arrancando de la pobreza a más de un millón de ciudadanos. La pobreza extrema también ha retrocedido más de un 8%. Ecuador bajó su coeficiente de Gini (que mide la desigualdad entre 1 -máximo- y 0) en en 6 puntos (del 0,55 al 0,49) desde 2007 a 2013, mucho más que el conjunto de America Latina.
Ecuador invirtió 13.500 millones de dólares en sanidad durante el mandato de Correa, con 21 hospitales nuevos y 20.000 nuevos médicos. La OMS destacó la reducción de la desnutrición, que bajó del 1,1% en el 2007, al 0,4% en el 2014.
En cuanto a la educación, la tasa de matrículación de la población más pobre se incrementó del 89,0% a 95,4% entre 2007 y 2015. En educación superior, Ecuador es el país que más invierte de su entorno, un 2% del PIB, pasando de 237 becas en 2006 a 14.000 en 2015. Se han destinado más de mil millones de dólares para nuevas universidades: la Universidad de las Artes, la Universidad Regional Amazónica; la Universidad Nacional de Educación; y el proyecto Yachay, una ciudad del conocimiento.