Los resultados de las autonómicas en Extremadura han sido un nuevo golpe que vuelve a sacudir una ya muy agitada política nacional.
En un feudo histórico de de la izquierda, los votos a fuerzas de la derecha -sumando PP y Vox- escalan hasta el 60%. En la comunidad donde más tiempo ha gobernado el PSOE, los socialistas se desploman incluso más de lo que las encuestas pronosticaban.
Vox es la fuerza que más crece. Es sin duda lo peor de estos comicios. Pero al mismo tiempo Unidas por Extremadura, la candidatura que ha conseguido aglutinar a casi toda la izquierda a la izquierda del PSOE, ha obtenido un gran éxito, casi duplicando sus escaños. Esta es la mejor noticia, de la que debemos sacar una lección clara: la unidad es el camino, y la división y el enfrentamiento es garantía de fracaso.
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Preguntas a las que hay que dar respuesta
El saldo de las urnas en Extremadura nos deja varias preguntas. La respuesta que demos es clave para enfrentar un ciclo electoral que se va a prolongar a lo largo de 2026 en Aragón, Castilla y León y Andalucía… y quien sabe si también con unas generales anticipadas.
¿Por qué ha ganado la derecha?
Hace solo dos años la suma de PP y Vox se quedó en Extremadura en el 47% de los votos emitidos, menos de la mitad. Ahora se ha disparado hasta el 60%. ¡13 puntos más! Un vuelco electoral en solo dos años.
¿Los votantes extremeños, básicamente los mismos que en 2023,se han vuelto de derechas en tan poco tiempo? Una palabra explica este giro: abstención.
La participación ha bajado 10 puntos -del 72% al 62%- respecto a las autonómicas de 2025. Casi 100.000 votos menos. ¿Esta subida de la abstención es general? No. Se ha concentrado en los votantes socialistas.
En los barrios donde en 2023 más voto de derecha se registró la abstención solo ha subido un par de puntos. En aquellos donde mayor era el voto al PSOE, esa abstención se ha disparado unos 13 puntos.
Los hechos son claros: mientras el voto de derechas se ha movilizado, una buena parte de los votantes socialistas han decidido quedarse en casa.
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¿Cómo queda la relación entre el PP y Vox?
El PP ha ganado las elecciones extremeñas. Nadie puede negarlo. Hace dos años estaba por debajo del PSOE, ahora está 18 puntos por delante, con más escaños que toda la izquierda. Pero esta victoria es agridulce. A pesar de ganar con holgura, el PP tiene hoy menos votos que en 2023. Sobre todo se ha beneficiado del hundimiento del PSOE.
Quien si se dispara es Vox. Pasando de 5 a 11 escaños. Y lo que es peor, la ultraderecha crece también en los barrios más populares, donde hasta ahora tenía mucha menos presencia.
Gobernará el PP, pero con una mayor influencia de Vox en la política extremeña.
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¿Hasta dónde llega la debacle del PSOE?
En solo dos años el PSOE ha perdido un tercio de sus votos en Extremadura. Hace dos años sacó más votos que el PP, ahora tiene casi 100.000 votos menos.
Y el hundimiento socialista es incluso mayor en las ciudades. En Badajoz, la ciudad más poblada de Extremadura, Vox ha superado al PSOE, y en Cáceres o Mérida los votos socialistas casi están equiparados con los de la ultraderecha.
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¿Por qué Unidas por Extremadura ha obtenido un gran éxito?
En las últimas elecciones autonómicas las fuerzas a la izquierda del PSOE habían encadenado sonoros fracasos, quedando en muchos casos fuera de los parlamentos locales. Pero esa tendencia se ha revertido en Extremadura, justo donde peores condiciones había para el conjunto de la izquierda.
Unidas por Extremadura ha incrementado sus votos un 50% respecto a 2023, y casi ha duplicado su peso en el parlamento autonómico, pasando de 4 a 7 escaños.
Una sola palabra lo explica: unidad. En Extremadura se ha presentado una única candidatura que ha agrupado al conjunto de la izquierda a la izquierda del PSOE. Y eso se ha traducido en un enorme éxito.
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Unidas por Extremadura, ha obtenido un gran éxito, casi duplicando sus escaños. Esta es la mejor noticia.
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O una alternativa desde la izquierda o gobierno PP-Vox
Lo que ya no sirve
Pocas horas después de conocerse los resultados de las elecciones en Extremadura, con una histórica hecatombe del PSOE, Pedro Sánchez valoraba que “los votantes volverán en las generales”. Basándose que en que Feijóo “ya ha asumido que solo gobierna con la ultraderecha y por eso no la combate”.
Este es el camino más rápido hacia el precipicio. Partir de que, sin hacer nada, la mayoría progresista volverá a movilizarse en las urnas para evitar un gobierno PP-Vox, es una casi segura garantía de fracaso.
El gobierno de coalición está sometido a una campaña de acoso y derribo. Centros de poder internacionales y nacionales desean acabar con un gobierno que otorga demasiadas concesiones a la izquierda.
Pero los resultados de Extremadura no pueden explicarse solo desde aquí. Influyen, y mucho, los errores propios, los goles en propia puerta que se automarca el PSOE. No hablamos solo de presentar a un candidato como Gallardo, encausado en caso de corrupción. Son los casos de corrupción que han llevado a dos ex secretarios de organización del PSOE a la cárcel, la cuanto menos tibia reacción ante las agresiones machistas en sus filas… y especialmente una política económica que ataca intereses de amplios sectores populares.
El PSOE ha perdido un tercio de sus votos, no se han vuelto de derechas, han ido a la abstención
Según una reciente encuesta del CIS el 70,4% de la población considera que, si seguimos como hasta ahora, en la próxima década aumentarán las diferencias económicas y sociales.
Sánchez presume de crecimiento económico. Pero mientras el Ibex-35 pulveriza récords de ganancias, una mayoría vemos recortado nuestro poder adquisitivo a golpe de alquileres abusivos, subida de precios, precariedad laboral…
Apostarlo todo al “miedo a la derecha y la ultraderecha” ya no sirve. Extremadura lo ha demostrado. O se impulsa desde el gobierno una política de redistribución de la riqueza, atendiendo especialmente a poner coto al atraco que supone la vivienda, o PP y Vox lo tendrán mucho más fácil en su camino a la Moncloa.
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Aplicar lo que ha triunfado en Extremadura
En 2026 necesitamos unidad
La unidad es la premisa para que la izquierda pueda obtener buenos resultados. La división y el enfrentamiento nos conduce a un fracaso todavía mayor que el anterior.
Esta es la conclusión más importante de las elecciones extremeñas. Que debemos aplicar en otros territorios.
Unidas por Extremadura se ha basado en un acuerdo entre Podemos e IU. Pero no se ha quedado ahí. Ha contado con el apoyo de Sumar. Y otras fuerza a la izquierda del PSOE han respaldado esta candidatura. Recortes Cero hemos hecho campaña por Unidas por Extremadura, en la calle y con un manifiesto publicado en el principal periódico autónomico, con destacadas voces de la izquierda transformadora.
Este es el camino. En Extremadura, y también en Aragón, en Castilla y León, en Andalucía, y en el conjunto del país.
Si se presentan una catarata de candidatura, que además se enfrentan entre sí, todas fracasan, Si se trabaja por la unidad, partiendo de los muchos puntos en común que tenemos, se alcanza un éxito colectivo.
