Von der Leyen se abre a pactar con la extrema derecha "si es pro-atlantista"

Las verdaderas líneas rojas de Von der Leyen

La línea roja para Von der Leyen no está en que los ultras renuncien a parte de sus ideas antidemocráticas, autoritarias, xenófobas y venenosas. Sino que estén alineados con la OTAN y con Washington.

Úrsula Von der Leyen se ha estrenado como candidata del Partido Popular Europeo para un segundo mandato como presidenta de la Comisión Europea abriéndose a pactar con los partidos de extrema derecha del continente… siempre y cuando «juren bandera»… a Washington y a Berlín.

Hubo un tiempo en el que la democracia cristiana -la derecha conservadora y neoliberal «de toda la vida»- germana se mostraba horrorizada y alarmada por el surgimiento de la extrema derecha de Alternativa para Alemania, de Le Pen en Francia, o de partidos ultras en toda la UE. Hubo un tiempo en el que fueron los más firmes defensores de un férreo «cordón sanitario» contra unos ultras que les comían espacio electoral por la derecha, y que enarbolaban discursos incendiaros que recordaban demasiado a cierto Reich que a la burguesía monopolista alemana no le interesa que se mencione.

Pero todo eso es el pasado. Bienvenidos a un presente donde Úrsula Von der Leyen -presidenta de la Comisión Europea y miembro prominente de la CDU y del Partido Popular Europeo (PPE)- se ha abierto públicamente a que los conservadores europeos puedan pactar y llegar a acuerdos de gobierno con la extrema derecha, siguiendo la misma línea que defiende Manfred Weber, de la CSU bávara y presidente del PPE.

La línea roja para Von der Leyen no está en que los ultras renuncien a parte de sus ideas antidemocráticas, autoritarias, xenófobas y venenosas. Sino que estén alineados con la OTAN y el proatlantismo, y que se desmarquen de las simpatías con Putin o con deshacer el proyecto europeo. Que sean como Giorgia Meloni.

Hace pocos meses, en Madrid, Von der Leyen hacía contundentes declaraciones contra el “extremismo” y apelaba al valor del “centro”. Pero ahora, la cercanía de las elecciones europeas arroja un nuevo escenario. Los partidos conservadores «clásicos» del PPE probablemente ganarán la mayor parte de los escaños del Parlamento Europeo, pero necesitarán los votos de la ultraderecha de ECR (el grupo de los Reformistas y Conservadores del que forma parte, entre otros, Vox) para llevar adelante sus políticas, entre otras las de imponer ajustes y recortes «duros» y sin complejos. Así que donde dije «digo»…

Ahora la candidata del PPE solo pone unas condiciones para los acuerdos postelectorales: “Para mí es importante trabajar con proeuropeos, pro-OTAN (…) ¿Amigos de Putin? Imposible”.

Sin citarla expresamente, Von der Leyen ha señalado el camino del Partido Popular Europeo a la ultraderechista Giorgia Meloni (Fratelli d’Italia), que -asesorada por su antecesor, Mario Draghi- no ha tardado en normalizar las relaciones con Bruselas, jurando fidelidad (con palabras y con hechos) tanto a EEUU como a la jerarquía de la UE, dominada por Alemania.