Las tensiones se trasladan al Estrecho de Taiwán

«EEUU es completamente consciente de que el asunto de Taiwan está relacionado con la soberaní­a y la integridad territorial de China, e implica los intereses fundamentales de China y los sentimientos nacionales de 1.300 millones de ciudadanos chinos»

La venta de armas de EEUU a Taiwan viola seriamente los rincipios establecidos en los tres comunicados conjuntos sino-estadounidenses; también rompe la promesa de EEUU de respetar los intereses fundamentales de China y desoye el deseo compartido ampliamente por las personas a ambos lados del estrecho. Esta medida muestra claramente el carácter dual de EEUU a la hora de hacer frente a los asuntos principales relacionados con los intereses fundamentales de China. Se debe aprender de las grandes lecciones de la historia. Todas las anteriores ventas de armas de EEUU a Taiwan han causado un gran daño a las relaciones entre China y EEUU y han bloqueado su estable y continuo desarrollo. (DIARIO DEL PUEBLO) THE WALL STREET JOURNAL.- La consecuencia de todo esto para la Administración Obama es que no deberíamos esperar a que China entre en razón respecto a las sanciones, o de forma preventiva, tengamos que rebajarlas para conseguir la aprobación de China en el Consejo de Seguridad. La mejor idea es formar una coalición de los dispuestos fuera de la ONU que, entre otras cosas, prohíba el acceso a los mercados de capitales occidentales a las empresas de todo el mundo que hacen negocios con Irán. Es probable que esta sea la forma de llamar la atención de Pekín de una forma más efectiva que ninguna negociación diplomática. China. Diario del Pueblo Venta de armas de EEUU a Taiwán perjudica relaciones China-EEUU El Departamento de Defensa de Estados Unidos anunció el 6 de enero la aprobación de un plan de la empresa Lockheed Martin Corp. de vender misiles Patriot III a Taiwan. Aunque era uno de los pasos del paquete de venta de armas a gran escala anunciado por la administración de George W. Bush en octubre de 2008, esta medida, producida sólo un mes después de la visita del presidente Barack Obama a China, ha ensombrecido las relaciones entre China y EEUU. EEUU es completamente consciente de que el asunto de Taiwan está relacionado con la soberanía y la integridad territorial de China, e implica los intereses fundamentales de China y los sentimientos nacionales de 1.300 millones de ciudadanos chinos. La Declaración Conjunta China-EEUU establece claramente que "el principio fundamental del respeto por la soberanía y la integridad territorial de cada uno se encuentra en el núcleo de los tres comunicados conjuntos sino-estadounidenses que dirigen las relaciones entre China y EEUU. Ninguna de las partes apoya ningún tipo de intento de ninguna fuerza por minar este principio. Las dos partes coinciden en que respetar los intereses fundamentales de cada uno es extremadamente importante para garantizar el progreso estable de las relaciones China-EEUU." Estas palabras están grabadas en la historia. Sin embargo, la venta de armas de EEUU a Taiwan justifica completamente cualquier sospecha sobre la sinceridad de EEUU a la hora de tomar medidas concretas para "respetar los intereses fundamentales de cada uno." Es evidente que las relaciones a través del estrecho han registrado grandes avances y se ha ido orientando a la senda del desarrollo pacífico gracias a los esfuerzos conjuntos realizados por los compatriotas chinos al otro lado del Estrecho de Taiwan en los últimos años. Respaldar el crecimiento de los intercambios y la cooperación y desear un desarrollo pacífico de la relación entre ambos lados del estrecho representa cada vez más la corriente de la opinión pública en Taiwan, y se ha convertido en un consenso universal entre el pueblo chino a ambos lados del estrecho. El gobierno de EEUU ha repetido en diferentes ocasiones que la paz a ambos lados del estrecho de Taiwan "está entre los intereses de EEUU", afirmando que recibe con satisfacción el desarrollo pacífico de las relaciones entre ambos lados del estrecho, que espera que se refuercen los diálogos y las interacciones en los terrenos económico y político entre otros, y que desea que haya una relación más positiva y estable entre ambos lados del estrecho. Sin duda, la venta de armas de EEUU a Taiwan viola seriamente los principios establecidos en los tres comunicados conjuntos sino-estadounidenses, así como el espíritu de la Declaración Conjunta Sino-estadounidense; también rompe la promesa de EEUU de respetar los intereses fundamentales de China y desoye el deseo compartido ampliamente por las personas a ambos lados del estrecho. Esta medida muestra claramente el carácter dual de EEUU a la hora de hacer frente a los asuntos principales relacionados con los intereses fundamentales de China, especialmente en un momento en el que las relaciones a ambos lados del estrecho han entrado en la vía del desarrollo pacífico. Se debe aprender de las grandes lecciones de la historia. Todas las anteriores ventas de armas de EEUU a Taiwán han causado un gran daño a las relaciones entre China y EEUU y han bloqueado su estable y continuo desarrollo. Esta vez no es una excepción, ya que la venta de armas a Taiwán son completamente perjudiciales, ya sea desde las perspectivas de los principios legales, morales y de la justicia, como de las perspectivas de los intereses comunes de los dos países y del desarrollo a largo plazo de sus relaciones. Como importantes y muy influyentes países del mundo, China y EEUU comparten una amplia gama de intereses. Por ello, reforzar su cooperación es beneficioso no sólo para los dos países, sino para todo el mundo. EEUU debería reconocer el serio daño causado por la venta de armas a Taiwán, atenerse escrupulosamente a los principios de los tres comunicados conjuntos sino-estadounidenses, especialmente a los del "Comunicado del 17 de agosto", y poner fin inmediatamente a la venta de armas a Taiwán, para evitar así dañar la cooperación bilateral en aspectos clave. DIARIO DEL PUEBLO. 12-1-2010 EEUU. The Wall Street Journal China y la República islámica: el eje Teherán-Pekín El Embajador de China ante las Naciones Unidas, Zhang Yesui, declaró la semana pasada que es "demasiado pronto" para plantear nuevas sanciones contra Irán. En la medida que China va a asumir la presidencia rotativa del Consejo de Seguridad, la Administración de Obama debería considerar por qué, exactamente, Beijing es tan reacio a castigar la negativa de Teherán a llegar a un acuerdo sobre su programa nuclear. La respuesta habitual es que China tiene grandes intereses comerciales en Irán, en particular en energía, y se muestra renuente a imponer sanciones que podrían ponerlos en riesgo. Eso es cierto en lo que dice. Pero la motivación más profunda de los líderes chinos es la preocupación acerca de su propio poder en el país. Las revoluciones de colores de Europa oriental y Asia Central han sacudido a Beijing, al igual que el colapso del bloque soviético hace 20 años. La respuesta de China ha sido la de reprimir la disidencia en el país y tratar de apuntalar los regímenes amigos en el extranjero. Otra derrota más de los regímenes autoritarios podría alentar a esa mayoría silenciosa en su país a la que le gustaría una mayor participación política. Esa es una razón clave del apoyo de China una galería de “Estados gamberros”, entre ellos Sudán, Birmania, Cuba y Venezuela. Algunos creen que la búsqueda de la riqueza mineral es lo que provoca este comportamiento. Pero tendrían que considerar cómo a pesar de que Robert Mugabe ha llevado a Zimbabwe a la ruina, Pekín ha seguido ofreciendo a este odiado dictador apoyo diplomático y militar. El apoyo a Corea del Norte no sólo se basa en la necesidad de un Estado tampón. Los dirigentes chinos temen que el colapso de un aliado comunista desde hace mucho tiempo podría tener un impacto nacional considerable. Dudamos que esto sea cierto, pero sí ayuda a explicar por qué el apoyo de China para una acción más dura contra Pyongyang ha sido tan limitado. En cuanto a Irán, la revista Time informó la semana pasada que una empresa de propiedad estatal china ha enviado vehículos blindados a la República Islámica para su uso contra los manifestantes de la oposición. Una empresa china, Limmt Económico y Comercial Co., también está bajo acusación en Nueva York por supuesta venta de componentes de misiles a los militares iraníes. Este no es el comportamiento de una potencia mundial responsable de tratar de promover las perspectivas de paz y estabilidad. Los disidentes chinos entienden muy bien todo el juego que Beijing está jugando. En los últimos días, una campaña de Twitter, titulada "CN4Iran" ha sido creada por "chinos que apoyan a los manifestantes en Irán". Como uno de ellos dijo: "Hoy somos libres en Teherán, mañana tomaremos Beijing". Esto sirve para alimentar la habitual paranoia de los cuadros del Partido Comunista acerca de que los "elementos subversivos" dentro y fuera del país se están organizando para acabar con ellos. Desde el exterior, estos temores parecen exagerados. Beijing no tiene ningún problema de laminar al puñado de disidentes dándoles en la cabeza cada vez que la asoman, y la economía no ha sufrido el embate de la crisis financiera mundial, con un crecimiento oficial superior al 8% en 2009. Pero los regímenes que carecen de legitimidad democrática siempre han temido por su propia supervivencia, por muy poderosos que puedan parecer en un momento dado. Lo mismo sucede con la China de hoy. La consecuencia de todo esto para la Administración Obama es que no deberíamos esperar a que China entre en razón respecto a las sanciones, o de forma preventiva, tengamos que rebajarlas para conseguir la aprobación de China en el Consejo de Seguridad. La mejor idea es formar una coalición de los dispuestos fuera de la ONU que, entre otras cosas, prohíba el acceso a los mercados de capitales occidentales a las empresas de todo el mundo que hacen negocios con Irán. Es probable que esta sea la forma de llamar la atención de Pekín de una forma más efectiva que ninguna negociación diplomática. THE WALL STREET JOURNAL. 11-1-2010