La habilidad jesuítica del PNV es capaz de conseguir la cuadratura del círculo.
A pesar de que la plana mayor jelkide en Álava acaba de ser condenada por un flagrante caso de corrupción, que muchos llaman ya “el 3% vasco”, el PNV no solo no ha salido debilitado sino que se ha convertido, con solo seis diputados, en la “tercera pata” del nuevo gobierno sin necesidad de sentarse en el consejo de ministros.
El acuerdo alcanzado con el PSOE fortalece la influencia peneuvista en Madrid. Consiguiendo desbloquear la transferencia de todas las competencias pendientes, entre ellas las de la seguridad social, otorgándose un poder casi de veto sobre las decisiones fiscales del nuevo gobierno, imponiendo el compromiso de avanzar en la adecuación de la estructura territorial a la realidad plurinacional, aunque difuso y sin concretar relevante políticamente, o arrancando concesiones simbólicas como el posible reconocimiento internacional de las selecciones deportivas vascas o la transferencia a Navarra del control de la seguridad vial.
El PNV no va a tomar un camino aventurero que haga peligrar su poder político en Euskadi, ni su capacidad de intervención en Madrid
Ninguno de estos puntos rompe la baraja. El mismo secretario del Euskadi Buru Batzar, Andoni Ortuzar, ha declarado que “el acuerdo cabe en la Constitución”. Pero sí estiran la cuerda.
El PNV no va a tomar un camino aventurero que haga peligrar el enorme poder político que hoy acumula en Euskadi, ni su capacidad de intervención en la política española. Pero sus “suaves intenciones”, alejadas de las aventureras formas del procés catalán, no son neutras. El PNV está impulsando un nuevo estatuto que contemple el “derecho a decidir” y una relación bilateral con España… mientras no solo gobierna con los socialistas vascos sino que acaba de conseguir el apoyo de Podemos a los presupuestos del gobierno vasco.
En un año donde se celebrarán elecciones vascas el PNV no va a tomar decisiones que lo comprometan, pero conviene no bajar la guardia ante unas “suaves formas” que también esconden peligros.