«A medida que la crisis de la deuda se ha profundizado, Alemania ha tenido que retirarse de una línea roja a otra. El año pasado, el rescate de Grecia estaba destinado a ser un hecho aislado, y desde entonces Irlanda y Portugal han sido rescatados y Grecia ha vuelto a por más. Un gran fondo europeo de rescate se suponía que era una medida temporal, ahora se está haciendo permanente.»
Alemania, entonces, no sabe lo que quiere, ero está dispuesta a hablar de todos modos. Sus políticos reconocen que el sistema actual no puede proporcionar estabilidad a largo plazo en la zona euro. También saben que los peligros acechan en cualquier intento de renegociar ese sistema. La resistencia en el Bundestag alemán y en otras partes significa que las medidas hasta el rescate parcial acordado en julio se está estancando. ¿Cuáles son las probabilidades de que la UE pueda acordar un salto aún más grande hacia la integración fiscal? ¿Y cuáles son las posibilidades de que los ciudadanos voten por él? (THE ECONOMIST) DIARIO DEL PUEBLO.- El “Acta de Relaciones con Taiwan” es un tumor maligno que impide el desarrollo sano de las relaciones chino-estadounidenses. Es una lástima que Washington no tenga el valor para extirpar este tumor maligno e impedir su metástasis. La actitud retrógrada de quines impulsan dichas ventas no hace más descarrilar las relaciones bilaterales de su sendero correcto, desatendiendo los intereses comunes de ambos países. Es necesario que ambos países multipliquen sus esfuerzos para salvaguardar las relaciones bilaterales, pues estas acciones desconocen la situación en su conjunto y hasta perjudican a los propios intereses estadounidenses. Si estos políticos consiguen imponer su desenfreno, socavarán las relaciones bilaterales y el equilibrio con el resto del mundo. R. Unido. The Economist Las preguntas alemanas sobre el euro Nadie sabe la respuesta, sobre todo no la saben los propios alemanes. ¿Qué es lo que Alemania quiere? La pregunta surge en cualquier discusión sobre el euro. Lo que no quieren es bastante claro: no a "una unión de transferencias", no a la puesta en común de las deudas nacionales y no a la desintegración de la moneda única. Pero es difícil saber cómo esperan conciliar estos objetivos, y aún más discernir el objetivo último de la política europea de Alemania. De repente, sin embargo, en Berlín se habla insistentemente de rehacer la Unión Europea: la emisión de eurobonos conjuntos, la renegociación de los tratados de la UE, incluso la creación de una Europa federal. Nadie sabe si algo de esto va a suceder. Los obstáculos a los cambios fundamentales son tan prohibitivos que los líderes siempre se verán tentados de tratar de salir del paso. Sin embargo, los términos del debate en Alemania están cambiando. Los políticos alemanes parecen haber decidido que ha llegado el momento de comenzar el rediseño de las instituciones europeas. Una vez más. Los eurofederalistas de Alemania han despertado después de un largo letargo. No es de extrañar que Joschka Fischer, dirigente de los Verdes, haga un llamamiento a los "Estados Unidos de Europa". Lo más sorprendente es que Gerhard Schröder, ex canciller social demócrata, pronunciara las mismas palabras, al igual que Ursula von der Leyen, ministra del Trabajo y dirigente demócrata cristiana. Esta semana, el señor Schröder en Bruselas junto a otros ex líderes como Felipe González de España, Guy Verhofstadt de Bélgica y Matti Vanhanen Finlandia, llamaran a crear los eurobonos, dar a la UE "poderes para aumentar los impuestos", en toda Europa y avanzar hacia "una federación europea". Esto puede sonar como algo ya sabido. Pero sin duda va en contra del euroescepticismo creciente en todo el continente. Sin embargo, el gobierno alemán está hablando de reformar las instituciones de la UE. Angela Merkel, la canciller, dice que la modificación de los tratados no es un tema tabú. Su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, habla de renunciar a parte de su soberanía a la hra de elaborar los presupuestos. Este cambio en la mentalidad de Alemania nace de los errores individuales, de las medidas financieras adoptadas hasta ahora en la zona euro y de la estrategia política de Alemania. A medida que la crisis de la deuda se ha profundizado, Alemania ha tenido que retirarse de una línea roja a otra. El año pasado, el rescate de Grecia estaba destinado a ser un hecho aislado, y desde entonces Irlanda y Portugal han sido rescatados y Grecia ha vuelto a por más. Un gran fondo europeo de rescate se suponía que era una medida temporal, ahora se está haciendo permanente. La debacle merodea a la coalición gobernante de Alemania. Las encuestas muestran que los alemanes están hartos del euro. Pero ni los demócrata-cristianos opuestos a los eurobonos, ni los Demócratas Libres que coquetean con el euroescepticismo más evidente ganan votos. Por el contrario, los socialdemócratas y los Verdes están avanzando a pesar de que quieren eurobonos que podrían fusionar a la ultra-segura deuda alemana con la deuda basura griega. "Este es un país extraño", dice Hans-Olaf Henkel, ex presidente de la Federación Alemana de Empresarios, que una vez apoyó el euro, pero que ahora apuesta por dividirlo en dos monedas al norte y el sur. "La opinión pública no quiere el euro, pero no quiere oír hablar de una alternativa al mismo." La extrañeza se debe, en gran parte, a los desastres de la historia. La Alemania de la posguerra se vinculó a normas y tratados con el fin de resistir a las tentaciones pasadas: una Constitución fuerte para frenar a los políticos, reglas fiscales para desterrar la hiperinflación, la Unión Europea para domesticar el nacionalismo. La crisis de la zona euro ha probado la eficacia de estas normas europeas y ha llevado a los alemanes a preguntarse por qué deben pagar cuando otros las rompen. Pero a medida que el Tribunal Constitucional mostró esta semana, la integración europea es parte también gran parte de Alemania de la posguerra la redención que ser abandonada con facilidad, sin embargo, muchos problemas que puede provocar. Por lo que algunos demócratas cristianos ahora quieren recuperar el patrimonio a favor de Europa de Konrad Adenauer y Helmut Kohl. La mejor manera de enfrentar el euroescepticismo, dicen, es mejorar y profundizar en la UE. Hay una cierta diferencia entre la señora Merkel y el eurófilo señor Schäuble sobre la forma de hacerlo. Ambos coinciden en que los problemas de la zona euro han sido causados por la laxitud de los países que acumularon deuda y la pérdida de competitividad. Ambos quieren nuevas formas de hacer cumplir las normas presupuestarias. Ambos creen que, emitida ahora, los eurobonos mataría lo poco celo por la reforma existe. Ambos esperan reglas más estrictas no sólo resolver la crisis, sino asegurarse de que no vuelva a ocurrir. Pero difieren en el futuro y en eurobonos. Para la señora Merkel, las normas y la rectitud que los estrechos diferenciales de bonos y eurobonos hacer innecesaria. Para el Sr. Schäuble, reglas más estrictas son una condición necesaria para los eurobonos y para más unión política. No sabemos lo que queremos, pero estamos felices de hablar de ello Alemania, entonces, no sabe lo que quiere, pero está dispuesta a hablar de todos modos. Sus políticos reconocen que el sistema actual no puede proporcionar estabilidad a largo plazo en la zona euro. También saben que los peligros acechan en cualquier intento de renegociar ese sistema. La resistencia en el Bundestag alemán y en otras partes significa que las medidas hasta el rescate parcial acordado en julio se está estancando. ¿Cuáles son las probabilidades de que la UE pueda acordar un salto aún más grande hacia la integración fiscal? ¿Y cuáles son las posibilidades de que los ciudadanos voten por él? Tal vez la crisis puede ser un acicate para el impulso federalista, pero nadie puede contar con eso. Lo cierto es que todo intento de cambiar las instituciones de la UE sería perjudicial. La UE pasó la mayor parte de la década redactando una constitución, que fue rechazada rechazo y, finalmente, reactivando el tratado de Lisboa 2009. Una mayor pérdida de soberanía podría exigir a Alemania que modifique su constitución. Reino Unido tratará de repatriar los poderes otorgados a Bruselas. Inevitablemente, una zona euro más integrada planteará preguntas de los diez países que están fuera, así como en el interior de Alemania. Sin economías liberales como Gran Bretaña resistiendo el proteccionismo, el mercado único puede estar en peligro. Sería una tragedia si el intento de salvar el euro tuviera que poner el mercado único en peligro. Alemania no quiere que sea así. THE ECONOMIST. 10-9-2011 China. Diario del Pueblo Trágica política de Washington hacia China Zhong Sheng Según informan medios de prensa estadounidenses, el Gobierno de Barack Obama decidirá si vende o no armas a Taiwan en el presente mes. Al acercarse la fecha para la decisión, crece la ansiedad de algunos congresistas estadounidenses. Ellos han hecho todo lo posible para impulsar dicha transacción, en una acción ya reiterada, demostrando en cada ocasión lo complicado de las relaciones chino-estadounidenses. Merecen especial atención dos rasgos del forcejeo legislativo en Washington. Primero, el mismo sucede en medio de la estabilidad general de las relaciones bilaterales, cuando quedan pendientes de solución muchos temas bilaterales y globales, sujetos al mecanismo cooperativo de consultas entre ambos estados. Segundo, hay congresistas estadounidenses que intentan ligar la venta de armas a Taiwan con otros proyectos, para impedir que el Gobierno de Obama anule esta venta. Incluso llaman a consolidar el “Acta de Relaciones con Taiwan”. En consideración de la importancia de sus relaciones con China, Washington ha hecho gala de “relativa moderación” en el tema, al reducir la exportación a la isla de algunas armas sensibles, las cuales ha evitado exportar en momentos específicos que puedan afectar el cumplimiento de importantes intercambios bilaterales. Sin embargo, esa postura no cambia en lo más mínimo la naturaleza de esa venta, que constituye una grosera intervención en los asuntos de China, un grave daño al sentimiento de la nación china y un grave perjuicio y sabotaje a las relaciones bilaterales. El “Acta de Relaciones con Taiwan” es un tumor maligno que impide el desarrollo sano de las relaciones chino-estadounidenses. Es una lástima que Washington no tenga el valor para extirpar este tumor maligno e impedir su metástasis. La actitud retrógrada de quines impulsan dichas ventas no hace más descarrilar las relaciones bilaterales de su sendero correcto, desatendiendo los intereses comunes de ambos países. Es necesario que ambos países multipliquen sus esfuerzos para salvaguardar las relaciones bilaterales, pues estas acciones desconocen la situación en su conjunto y hasta perjudican a los propios intereses estadounidenses. Si estos políticos consiguen imponer su desenfreno, socavarán las relaciones bilaterales y el equilibrio con el resto del mundo. Es trágico que EEUU cuente con congresistas tan arrogantes y presuntuosos. Pero aunque estos se esfuercen por hacer del Congreso su plataforma para la proliferación de la mentalidad de la Guerra Fría y el sueño hegemonista, sufrirán golpes contundentes. Los que quieren hacer retroceder la rueda de la historia deben ser conscientes del precio que deberán pagar. China, como todo país, se adhiere a la defensa irrestricta de sus intereses fundamentales. De ahí la necesidad de advertir a esos congresistas estadounidenses que dejen de jugar con fuego. Las quemaduras resultantes pueden ser fatales. DIARIO DEL PUEBLO. 9-9-2011