La manifestación del 17M en Madrid convocada por la MERP colocando en primer plano la necesidad de blindar las pensiones en la Constitución, como un derecho fundamental que se abre camino imparable y cada vez cuenta con más apoyos.
Frente a quienes buscan empobrecer las pensiones públicas y reducir el Sistema Público de Pensiones a un sistema de pensiones asistencial con pensiones de miseria en beneficio de las pensiones privadas, un objetivo perseguido por bancos, aseguradoras y grandes fondos extranjeros, y favorecido por las reformas de los últimos años y desde el gobierno.
En España el Sistema Público de Pensiones ha impedido hasta ahora que la banca y las grandes aseguradoras y los fondos extranjeros hagan de los 110.000 millones que mueven cada año las pensiones se conviertan en uno de sus grandes negocios.
Pero la ofensiva continúa pese a las movilizaciones masivas en toda España. Desde el banco de España el gobernador insiste en que las pensiones no se podrán revalorizar según el IPC y propone potenciar los planes privados. Desde la Fundación de las extintas Cajas de Ahorros, su director Eduardo Bandrés, apuesta por retrasar la edad de jubilación a los 70 años.«Las pensiones se pueden blindar como un derecho fundamental en la Constitución en cuatro días si hay voluntad por parte de las fuerzas políticas para hacerlo»
Todas estas propuestas van en el mismo sentido: degradar las pensiones públicas para que, si bien palíe los casos más extremos, obligue a la inmensa mayoría a suscribir planes privados pensiones.
De ahí que sea cada vez más urgente blindar las pensiones en la Constitución.
¿Pero se pueden blindar las pensiones en la Constitución? Si, es un problema de voluntad política.
Hay quienes lo cuestionan por la dificultad que entraña abordar una reforma de la Constitución que necesitaría dos tercios en el Parlamento y eso, dicen que hoy por hoy es un gran impedimento.
Pero “si se blindó la deuda con el 135, ¿por qué no las pensiones?”, como responden las organizaciones y personalidades que apoyan la MERP. Como decía el diputado Joan Baldoví en su intervención de la manifestación del 17M en la Plaza Reina Sofía, “es un problema de voluntad política”. Al igual que se modificó el artículo 135, en cuatro días y en plenas vacaciones de agosto, para dar prioridad política al pago de la deuda, ¿por qué no se han de blindar las pensiones?
Las pensiones se pueden blindar como un derecho fundamental en la Constitución en cuatro días si hay voluntad por parte de las fuerzas políticas para hacerlo.
En primer lugar por parte de las fuerzas que han recogido la mayoría del voto popular y de progreso. PSOE, Unidos-Podemos y Ciudadanos suman 188 escaños frente a los 137 del PP.
Un acuerdo de estas tres fuerzas para impulsar la reforma de la Constitución que blinde las pensiones en la Constitución sería un paso fundamental, ya que contaría con el apoyo mayoritario de la sociedad. Encuestas como el barómetro de La Sexta dicen que el 74,8% de los ciudadanos considera que el futuro de las pensiones no está garantizado, incuso para el 40% de los votantes del PP.
Además, con un acuerdo para blindarlas y con el respaldo abrumador de la mayoría social, ¿qué fuerza política que no fuera la que apoya el actual gobierno se atrevería a estar en contra de que se blinden como un derecho fundamental?
Las movilizaciones masivas de pensionistas, una fuerza de 9 millones de votantes, se han convertido en una auténtica espada de Damocles sobre el PP, y aquellas fuerzas que osaran oponerse a cualquier iniciativa, como el blindaje constitucional, para que se garantice el futuro de las pensiones.
Hasta el exministro de Exteriores y diputado del PP, García Margallo, ha declarado que “las pensiones son un derecho, un gasto social más como la Sanidad o la Educación… Nos estamos jugando el contrato social en el que se basa la convivencia… Y el PP debería dar una paso más…”
Este es el camino, el del acuerdo y el de sumar todas las fuerzas sociales y políticas necesarias. Y sólo quienes viven fuera del país, como los grandes fondos extranjeros que buscan hacer negocio con nuestras pensiones; o la oligarquía financiera que, como dijo en su día Botín, el gran patrón de la banca, vive “en otra dimensión”, pesando también en hacer de las pensiones negocio pueden estar en contra de que no se blinden constitucionalmente para garantizar que ni se recorte el poder adquisitivo ni se privaticen.
Los bancos no pueden estar por encima de las generaciones que han construido el país.
Si se pueden blindar las pensiones si hay voluntad política para hacerlo.