El Directorio va a verse obligado a purgar a los «insensatos sin escrúpulos», que aún quedan en el PSOE para poder proclamar que el orden reina en Ferraz
PÚBLICO. 4-10-2016
Como era previsible, tras el triunfo del golpe del miércoles en el PSOE Sánchez dimitió el pasado sábado. Sustituido por una gestora nombrada por los mismos que le defenestraron, en una confusa votación en el comité federal condicionada por el previo éxito de los conspiradores. ¿Qué hubiera votado el parlamento, el 23-F, por ejemplo, si Tejero no hubiese impedido que el Elefante Blanco se dirigiese a los diputados? Se equivocaba Borrell el viernes cuando afirmaba que un sargento chusquero había dirigido un golpe de estado que chocaba contra la legalidad de los estatutos socialistas y que, por lo tanto, Prisa (42 portadas y 26 editoriales contra Sánchez desde el 26 de junio) no iba nuevamente a designar al secretario general del PSOE. Quien lo dirigió no es un patatero, la ley de la fuerza se impuso a la fuerza de la ley y El País quita y pone inquilinos en Ferraz.
Fernández no encabeza una gestora como aquellas habidas tras las dimisiones de González y Almunia. Su tarea inmediata desborda ya la mera gestión orgánica para deslizarse rápidamente a la de un Directorio encargado de adoptar serias decisiones políticas de largo alcance (…)
Una idea de la enorme dificultad que le espera al señor Fernández la da que ni él ni los que le acompañan se atreven a defender abiertamente [la] abstención y recurren a variados circunloquios para vendérsela a los militantes y electores muy mayoritariamente en contra de apoyar a Mariano Rajoy, puesto que abstenerse es apoyarle (…)
Carecería de sentido decapitar a Pedro Sánchez sin guillotinar todo lo que representa, más allá de cuales sean sus motivaciones reales. Los autores intelectuales del golpe de estado necesitan un gobierno estable, una legislatura bien controlada y todo el PSOE normalizado. Que nadie se llame a engaño. Sin un PSOE domesticado, que se preste a ser la guinda roja de la política de la derecha, los poderosos lo van a tener bastante difícil para poder continuar aplicando nuevas dosis de medicina de caballo a la mayoría de la sociedad española (…)
La gestación de la abstención puede terminar en aborto y dejar malheridos a los gestantes. Parir en poco más de una quincena de días el apoyo a Mariano Rajoy es, prácticamente, una tarea imposible si el señor Fernández trata tan sólo de persuadir. Sin la coacción, como la demostrada con Sánchez, las dificultades del Directorio del PSOE serían sencillamente insuperables (…) el Directorio va a verse obligado a purgar a los “insensatos sin escrúpulos”, que aún quedan en el PSOE para poder proclamar que el orden reina en Ferraz.