¿Qué escenario deja el 9J?

Las claves de las elecciones europeas

¿Qué balance hacer del resultado de las elecciones europeas en el plano nacional? ¿Qué escenario y qué correlación de fuerzas han creado las urnas del 9J?

El 23-J se repartieron cartas políticas, en unas generales. En 2024 hemos asistido a una nueva mano, con varias citas electorales, primero las gallegas, luego las vascas y las catalanas, y como colofón las europeas.

¿Qué saldo nos dejan? ¿De qué manera afectarán al curso de la política española? Y sobre todo, ¿cómo van a afectar a los intereses populares?

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Más que las europeas

Lo más importante es lo que no se dice

Durante la campaña de las europeas hemos conocido varias noticias que determinarán nuestras vidas, pero que sorprendentemente han quedado fuera del debate político.

Por un lado se anuncia que los beneficios de bancos, monopolios y capital extranjero serán mayores en 2024 y 2025. Es decir, tras haber presentado récords de beneficios… volverán a ganar más.

Por otro, hemos sabido que casi la mitad de las familias españolas tiene dificultades para llegar a fin de mes. La sangría de la subida de precios o de hipotecas devora nuestros bolsillos.

Y, sobre todo, algunos medios han hecho público que el actual gobierno estaba negociando “en secreto” con la Comisión Europea la ejecución de nuevos recortes para reducir la deuda.

Se ha centrado toda la campaña en “el combate a la ultraderecha” o en “la corrupción del entorno de Sánchez”, pero lo que se dilucidaba en estas europeas es cómo, quién y con que plazos y calado va a seguir ejecutándose el atraco contra el 90% de la población.

¿Qué nos ofrecen las europeas en esta batalla decisiva?

Por un lado la suma de PP y PSOE acumula el 64% de los votos. En 2019 era un 53%. Sin volver a los momentos álgidos del bipartidismo, su dominio se ha fortalecido. Y ambos, a pesar de su virulento enfrentamiento público, coinciden en aplicar los recortes que Washington y Bruselas exigen.

Por otro, a pesar de la elevada abstención, el voto popular se ha movilizado, como sucedió el 23J, para evitar el peor escenario. Por eso la ultraderecha, aunque crece, tiene en España un peso menor que la media europea. Y por ello el PP, que debería gobernar con los ultras, no ha obtenido la victoria arrolladora que pretendía.

A esto se suma otra cuestión crucial. Sufrimos una guerra en el corazón de Europa, en Ucrania. Y se perpetra un genocidio a las puertas de nuestro continente, en Palestina.

En estas europeas también se ha demostrado que en España existe una amplia mayoría que defiende la paz.

Más de un 70% de la población se pronuncia contra el genocidio en Palestina, denunciando al mismo tiempo el terrorismo de Hamás, y apoya a Ucrania frente a la criminal invasión del imperialismo ruso.

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La victoria del PP

Victoria sí, pero…

El PP se ha beneficiado de la desmovilización de la izquierda, pero su avance ha sido menor de lo esperado

Nadie puede poner en duda que el PP ha ganado las elecciones europeas. Pero en la noche electoral la celebración de la victoria fue comedida. No se realizó la exhibición de sus líderes en el balcón de Génova, cita obligada de todo triunfo electoral

¿Exceso de prudencia o victoria agridulce?

Estas europeas son la tercera cita electoral a nivel nacional donde el PP de Feijóo es la fuerza más votada. Antes fueron las municipales y autonómicas y las generales.

A pesar de que la participación ha caído 15 puntos respecto a 2009, el PP ha obtenido 1,5 millones de votos más. Duplicando la ventaja sobre el PSOE de las pasadas generales: de 340.000 a 700.000 votos.

La victoria del PP es rotunda. Suma 14 puntos más que en las pasadas europeas, y dispara sus eurodiputados de 13 a 22.

Y ha sido generalizada. Siendo la fuerza más votada en 13 comunidades, en todas menos en Cataluña, Euskadi, Navarra y Canarias.

¿Entonces por qué en el PP no se ha desatado la euforia?

La respuesta está en las proyecciones que algunos medios han realizado sobre cómo quedaría el congreso si trasladáramos estos resultados a unas generales. Aunque son comicios muy diferentes, nos ofrece un hilo del que tirar. La suma del PP y Vox no obtendría la mayoría suficiente para gobernar. ¡Necesitarían el apoyo de la trumpista y ultrareaccionaria formación presidida por el agitador fascista Alvise. Un escenario tan dantesco que, como sucedió el 23J, movilizaría al votante progresista para evitarlo a toda costa.

El PP gana pero no barre, España se resiste a aceptar un gobierno con los ultras

El PP se ha beneficiado de la desmovilización de una parte de la izquierda. En unas europeas siempre aumenta la abstención, pero en esta ocasión ha sido mucho mayor en la izquierda que en la derecha. Por eso las fuerzas de la derecha y la ultraderecha han pasado de suponer el 45,9% de los votos en 2019 al 52,5% en 2024.

Pero el avance del PP ha sido menor que el esperado. Estas europeas se han celebrado con una mayoría empobreciéndose, y con un PP que ha aprovechado al máximo el desgaste de la aprobación de la amnistía y ha sacudido las falsas acusaciones de corrupción contra el entorno de Sánchez. Pues bien, en estas condiciones óptimas, el PP solo ha aventajado en 4 puntos al PSOE. El PP sigue sin poder gobernar sin el apoyo de la ultraderecha. Junto a Vox o los nuevos partidos ultras, el partido de Feijóo solo representa al 22% del censo.

Nos dicen que el problema es que Feijóo puso las expectativas demasiado altas, proclamando que estas europeas eran un plebiscito contra Sánchez. La realidad es otra. Una vez más se ha demostrado que el PP tiene un límite. No ha “barrido” como se esperaban por la resistencia de la sociedad española a aceptar las alternativas más reaccionarias y agresivas contra los intereses populares.

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Los resultados del PSOE

Resistir siendo más débiles

Si el PSOE aguanta es a costa de Sumar o Podemos, debilitando con ello al gobierno de coalición.

El PSOE difunde una valoración de las europeas donde afirman que “hemos resistido”, añadiendo que aquí no ha pasado nada porque “ha fracasado el plebiscito de Feijóo”.

El partido de Sánchez no ha sufrido una derrota estruendosa, como la que ha obligado a Macron a convocar elecciones. Solo ha quedado a escasos 4 puntos del PP. Ha superado el 30% de los votos y solo ha perdido un eurodiputado. Es, junto al portugués, el partido socialdemócrata europeo con mejores resultados. Otros, como el alemán, se han hundido.

Pero esto no puede ocultar los claros signos de retroceso y debilidad. En comparación con las europeas de 2019, el PSOE ha perdido más de 2 millones de votos. Solo ha ganado en Cataluña, Navarra y Canarias. Y en dos de las comunidades más pobladas, Madrid y Andalucía, el PP le ha “pasado por encima”. Sin los muy buenos resultados en Cataluña el cuadro de las europeas sería mucho peor para el PSOE.

Sánchez sufre el rechazo de quienes se empobrecen al tiempo que la banca gana mucho más

Y si Sánchez aguanta, conservando un importante suelo del 30% de los votos, es porque ha devorado una parte importante del espacio de su socio de gobierno, Sumar, así como de Podemos. Para resistir, el PSOE tiene que jibarizar a los partidos con los que gobierna o debe aprobar leyes en el parlamento. El resultado es una mayor debilidad del gobierno de coalición, especialmente en Sumar, su ala izquierda.

¿Por qué ha “resistido” el PSOE?

Algunos lo atribuyen a una nueva pirueta del “manual de resistencia” de Pedro Sánchez. No es verdad. El PSOE se ha beneficiado de un voto útil que ha actuado con fuerza. Una parte de la izquierda ha decidido votar a los socialistas, aunque no comparta su política, para evitar lo peor, una mayoría aplastante de la derecha junto a la ultraderecha.

¿Por qué a pesar de haber resistido los socialistas han retrocedido?

Solo se habla del desgaste fruto de la aprobación de la amnistía, o del efecto de la “máquina del fango” que esparce sin pruebas acusaciones de corrupción. Pero el factor principal que ha perjudicado al PSOE es otro. Sánchez ha difundido en campaña que “la economía española va como un cohete” . Mientras muchos sectores populares ven como, con un “gobierno de izquierdas”, los bancos, monopolios y capital extranjero se forran mientras ellos se empobrecen.