Los siete sindicatos presentes en la mesa sectorial de Sanidad en Madrid presentaron una propuesta alternativa al plan del gobierno autonómico, para ahorrar más de 500 mil millones… y fue rechazada
¿Qué hay detrás de la negativa del gobierno madrileño ante las propuestas de los sindicatos?
La valoración es que más allá del ahorro presupuestario que nuestras propuestas significan para el 2013, la negativa del gobierno autonómico es una decisión política. Nosotros presentamos una alternativa basada en cifras que el plan del gobierno no contemplaba. Cifras que hemos tenido que recabar de los anteriores presupuestos, entre otras fuentes. Ha sido un proceso complejo que al final nos ha permitido proponer un plan alternativo sustancial.
En el plan de sostenibilidad del gobierno hay dos partes diferenciadas. Una que se refiere a la privatización de la gestión de los hospitales, y la otra el resto de medidas. Lógicamente nuestras propuestas van a evitar la privatización y, como digo, la decisión del gobierno es exclusivamente política.
A día de hoy no está cerrado el diálogo, hay un intento de acercamiento de posturas, pero está complicado. El plan se basa, además, en la ley de acompañamiento y en la de medidas fiscales y administrativas del 2013, y se determina la habilitación para que la Consejería de Sanidad lleve a cabo este proyecto. Por lo que no es impositivo, es una limitación para poder hacerlo, y basándonos en eso vamos a tratar de seguir influyendo para ver si somos capaces de contemplar otras medidas que no sea la privatización de los centros.«Las cifras avalan que con la gestión privada se deteriora el sistema»
Pero lo cierto es que no solo proponéis medidas de redistribución de la riqueza sino también de mejora de la eficiencia de la gestión…
Estamos convencidos de que hay que influir sobre la gestión que se está haciendo ahora mismo. Se puede y se debe gestionar mejor, con responsabilidad y profesionalidad. Hemos propuesto cómo incidir en aquellos aspectos que puede hacer más eficiente el sistema sanitario. Está considerado como uno de los mejores, pero tiene margen de mejora, y siempre desde lo público, no de la gestión privada, donde existe un ánimo de lucro porque se busca un margen de beneficios. Se debe hacer mejor porque además, sin dudar de la calidad de la gestión privada, haciendo una comparativa de ambos tipos de gestión, en el modelo privado hay una reducción de la plantilla y menores recursos humanos para una población de referencia similar, que no pueden dar la misma calidad asistencial, sino un deterioro de la misma.
Además en la Sanidad están avanzando la presencia de grandes fondos de inversión, como Capio en Madrid, lo que significa un sometimiento de la asistencia a intereses ajenos a la salud de la población… ¿no se pone en evidencia la coincidencia del gobierno con los intereses de estos fondos privados?
Puede haberla. En su día, cuando se nos presentó el plan de sostenibilidad de manera sorpresiva, todas las organizaciones que componemos la mesa sectorial, le dijimos al consejero de Sanidad, que todo lo que sea la gestión privada significan intereses que no contemplamos ni queremos contemplar, porque da cabida a una incertidumbre obvia. Son empresas de capital riesgo que en cualquier momento pueden ser susceptibles de no asumir la rentabilidad de este sector y dejarlo de nuevo a la gestión pública, con lo que eso conlleva. Has mencionado Capio, que tiene una implantación importante, pero esto no pasa por el nombre sino por el concepto, y éste pasa porque no aceptamos la gestión privada de los recursos públicos.
¿Los resultados de las movilizaciones de Sanidad en Madrid, y especialmente el caso del hospital Princesa, significan que “Sí se puede”?
Qué duda cabe que esto afecta no solo a los profesionales, sino a todos de manera directa, a los usuarios y a toda la sociedad. Es un cambio de modelo en la atención sanitaria a la ciudadanía que nos ha llevado a unir fuerzas, a las organizaciones sindicales, con una acción sindical que no se había vivido nunca en la Comunidad de Madrid, y a otras organizaciones y plataformas cuyos objetivos son comunes. Esto ha tenido una repercusión mediática por nadie contemplada en un principio, y que de alguna manera debe despertar sensibilidades de la Administración. Otra cosa es que desde un punto de vista político un giro de 180 grados es muy difícil, pero la consejería de Sanidad, y el gobierno central se han dado cuenta que una gran mayoría de la sociedad madrileña ha salido a la calle contra esta forma de entender la gestión de la Sanidad, y esto tiene que tener consecuencias. «Hemos visto una unidad sindical como no se había vivido en Madrid»
Te lo pregunto porque es importante, como ha pasado con los desahucios, comprobar que la movilización social y unitaria puede parar los recortes…
Claro, y seguiremos insistiendo. El proceso es largo y tenemos mucho camino que recorrer. Pero este movimiento lo remueve todo, y con un movimiento tan grande es posible conseguirlo todo. Esperemos que podamos ver los resultados de toda esta energía derrochada.
Es evidente que las medidas de redistribución de la riqueza que proponéis son aplicables, en su esencia, a todos los sectores, pero ¿podemos extraer también como conclusión la necesidad de mayor participación de los profesionales y de los ciudadanos en general, en la gestión de los recursos?
Es importantísimo contar con los actores que viven el modelo, con gente muy preparada para participar en la optimización de estos recursos. Porque este plan se ha hecho sin contar con los profesionales ni con la gente implicada en el día a día de la Sanidad, en aquellos que la viven y la sienten como propia. Además entre los profesionales hay muchos dispuestos a implicarse en la gestión de manera profesional y responsable. Si hubiésemos partido desde ahí, posiblemente no estaríamos en la situación que estamos. Esperemos que todo esto sirva para que en el futuro las cosas se hagan de otra forma.