EEUU intentó introducir armas y narcóticos a la Argentina

Las «cargas extras» de Washington

¿Se atreverí­a usted a entrar a los EEUU con un cargamento de estupefacientes y armas y, además, sentirse indignado si las autoridades aeroportuarias le decomisan dicha carga? Las autoridades Argentinas encontraron un cargamento ilegal de armas y narcóticos en un avión militar norteamericano, y tras decomisar la peligrosa «carga extra» proveniente de Washington, el gobierno norteamericano no sólo se encuentra indignado por el incautamiento, tampoco piensa pedir perdón o dar explicaciones al gobierno argentino. Lo que EEUU no tolerarí­a en su territorio, lo practica con el resto del mundo, violando flagrantemente la soberaní­a del resto de paí­ses del planeta.

El 10 de febrero un avión del ejército norteamericano, un C17 de gran caacidad, llegó a la Argentina cargado de soldados y armas destinados a un curso antiterrorista en el que participarían policías argentinos y que sería impartido por militares de EEUU. Pero cuando las autoridades Argentinas inspeccionaron la carga del avión -contrastada con la lista enviada por la embajada norteamericana en Buenos Aires- encontraron, además de las armas declaradas, una carga ilegal compuesta de narcóticos y estupefacientes, como epinefrina, morfina y otros sedantes e hipnóticos, así como sus correspondientes antídotos. Inicialmente los militares de EEUU que viajaron en la aeronave se negaron a abrir los baúles en los que se encontraron los narcóticos para su inspección, mientras las autoridades del Gobierno argentino insistían en que debía revisarse el contenido de la misma antes de su ingreso al territorio. Por otra parte, las autoridades argentinas también encontraron equipos de transmisión, aparatos encriptadores, memorias de contenido calificado como secreto, cañones de ametralladora y carabinas no declaradas. La Cancillería argentina presentó una nota de protesta ante Estado Unidos y lamentó las omisiones en la información proporcionada por la embajada de EEUU en el momento de declarar el material. Decomisó todo el material ilegal y devolvió la aeronave junto con los hombres a EEUU. Pero ante esta situación, para Washington, es el gobierno argentino quien “le sale a deber”. El vocero del Departamento de Estado norteamericano, Philip Crowley expresó estar “perplejo y preocupado por las acciones de las autoridades argentinas”. Y dijo públicamente tras el incidente, que el gobierno de Barack Obama “no tiene por qué pedir perdón” a Argentina por la situación generada en el aeropuerto de Ezeiza. En estos momentos el caso está en manos de la justicia argentina que está llamando a declarar a los policías y agentes que participaron en la inspección (hasta 22 testigos) para establecer si hubo o no delito en la fallida introducción de elementos no registrados por parte de un avión militar de EEUU. Los dueños del barrio Como señala el periodista argentino, Horacio Verbitsky: “Estados Unidos cumple su destino manifiesto de actuar como policía del mundo y se asombra cuando alguien pide documentos a sus hombres, les revisa el equipaje y aplica sus propias leyes.” (20 de febrero, Pagina 12). ¿Por qué dice Washington estar “perplejo y preocupado”? Es una señal manifiesta de que las autoridades norteamericanas y sus fuerzas armadas de “misión” en Argentina, y posiblemente en los demás países de la región –menos en Venezuela, Ecuador o Bolivia- no acostumbran a cumplir con las leyes, por lo tanto, por ejemplo, entran y salen de los distintos países sin ser requisados por las autoridades locales. Algo que da mucho que pensar, ya que Washington lleva años promoviendo y financiando cursos de lucha antiterrorista en prácticamente todos los países el mundo, acordados con los respectivos gobiernos. ¿Qué tipo de cargamentos ilegales introducen cada día las fuerzas militares y diplomáticas de EEUU en otros países? ¿De qué naturaleza son estos cargamentos ilegales: armas, documentos, drogas ilícitas…? Y, lo más importante, ¿Para qué fines? De hecho, no es la primera vez que ocurre un incidente de este tipo entre Washington y Argentina. El 6 de agosto de 2010 llegó el primer avión para los mencionados cursos de antiterrorismo. En aquel momento la aduana argentina detectó que además del material incluido en la lista de la carga, se encontraban varios fusiles, pistolas y lanzagranadas. La Aduana rechazó el ingreso de ese material sin declarar, el incidente no se hizo público para mantener las “buenas relaciones” entre los dos gobiernos y la embajada reprogramó el curso. La cuestión no es que antes no se hayan detectado las “cargas extras” de Washington, es que en la medida que los gobiernos de la región han ido ganando soberanía y recuperando su independencia, este tipo de prácticas ilegales de EEUU ya no se toleran. Una lección para los países y pueblos de la región El incidente debe servir para que el conjunto de los países de Iberoamérica impongan cada vez mayores límites, restricciones y vigilancia sobre las actividades y fuerzas militares norteamericanas presentes en su territorio. Todas las tropas y funcionarios en el exterior de EEUU, incluyendo sus los soldados norteamericanos desplegadas en Iberoamérica, gozan de inmunidad diplomática. Los militares norteamericanos sospechosos, por ejemplo, de crímenes y violaciones a los derechos humanos no pueden ser juzgados fuera de su país. La entrada ilegal de armas y narcóticos en Argentina es sólo la punta del Iceberg, que se debe enmarcar dentro de todas las acciones que Washington emprende como parte de su ofensiva militar sobre la región. En el 2009, EEUU acaparó más de la mitad del gasto militar total del planeta con 600.000 millones de dólares (430.000 millones de euros), así como el 58% del incremento global en gasto militar de los últimos diez años. En el 2010, gracias a Obama, el gasto militar norteamericano aumentó en 100 mil millones de dólares. Este es el coste de la dominación global de EEUU y es un presupuesto destinado a la guerra, que es la esencia del Estado norteamericano. El Libro Blanco del Comando Sur (responsable de la planificación, coordinación y ejecución de la actividad militar de EEUU en toda América Latina y el Caribe) establece una nueva estrategia militar para la región. Debido al avance en los últimos años de los gobiernos progresistas en la región, hoy el objetivo de la Casa Blanca es reconfigurar el mapa de Iberoamérica cambiando la actual correlación de fuerzas. Por ello la propuesta del presidente de Bolivia, Evo Morales, a Unasur es más que razonable. Morales propondrá en la próxima reunión de este organismo de coordinación e integración regional, conformado por el conjunto de países del Cono Sur, mecanismos para controlar de manera absoluta los cargamentos de aviones norteamericanos. “Un avión de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, pues viene a llevar armamento (…) en la primera reunión que tengamos con Unasur, vamos a plantear la forma de cómo tener un control absoluto de toda esta clase de aviones que vienen de EEUU, trayendo droga o armamento. Es muy lamentable” expresó Evo Morales. Y añadió “Suramérica no puede ser la alfombra de Estados Unidos”, cuestionando el intento de Washington de interferir en la soberanía argentina. Evo Morales afirmó que la respuesta del Gobierno norteamericano ante los hechos ha sido soberbia y de total irrespeto hacia las leyes internacionales. “Todos estos hechos demuestran que EEUU negocia ilegalmente con la droga, pero no se sabe con qué fines’”, puntualizó. Merece la pena recordar que el gobierno de Evo Morales echó a la DEA (la agencia antidrogas norteamericana, que opera en todo el Continente) por inmiscuirse en los asuntos internos de Bolivia y por acciones muy poco claras en su “lucha” contra las drogas. Parece ser que las reglas de juego para EEUU están cambiando en su “Patio Trasero”.