Carlos Jiménez Villarejo es firmante del Manifiesto ‘1-O Estafa Antidemocrática’, ex-fiscal anticorrupción de Cataluña y ex-europarlamentario de Podemos.
El manifiesto califica al 1-O como una estafa antidemocrática. Desde su personal punto de vista ¿qué motivos le han llevado a firmar?
Porque la afirmación del título del manifiesto es absolutamente correcta. El Gobierno de Cataluña carace de competencias para convocar un Referéndum de ruptura con España, por unos cauces que no están previstos en el ordenamiento constitucional, ni el ordenamiento autonómico, ni nada. Ha saltado por encima de la legalidad, ha hecho una especie de ‘golpe’ antidemocrático violando todo el marco legal que regula la vía de los referéndums, y planteando un derecho que no está reconocido en la Constitución, que es el derecho de secesión de una parte de España del conjunto de toda ella y de los pueblos que la integran.
El manifiesto se dirige especialmente al conjunto de progresistas y personas de izquierdas en Cataluña. ¿Es decisiva una toma de posición clara y rotunda de la izquierda que está por la unidad?
Es absolutamente decisiva y necesaria. Indispensable. Entre otras cosas porque la convocatoria de un referéndum -como ellos llaman, de «autodeterminación»- es decir, de separación de Cataluña del conjunto de España… tambien quiere decir una ruptura de los lazos fraternales que han unido a las clases populares del Cataluña y del resto de España a lo largo de muchos siglos. A lo largo del siglo XX ha habido varios momentos cruciales donde esa unidad se ha puesto en valor, como la guerra civil y la defensa de la II República. La izquierda es la que está más llamada a defender la unidad de los pueblos de España, particularmente la unidad de las clases populares, de los trabajadores, porque son precisamente los que van a ser más perjudicados por la ruptura que pretende el gobierno conservador nacionalista de Cataluña.
Ahora mismo, el Govern se está centrando en llamar a votar a los del ‘No’. La clave para la legitimidad -o no- del resultado está principalmente en la participación. ¿Considera que hay que ir a votar?
En el caso hipotético de que las hubiera -que creo que no las habrá- creo que la única opción legítima y absolutamente democrática es no ir a votar bajo ningún concepto. No meceren ningún crédito, carecen de legitimidad para erigirse en árbitros de una decisión que desborda con mucho sus competencias. Y al mismo tiempo crea un precedente peligrosísimo para la comunidad de los pueblos de España y para la unidad de sus clases populares. Por eso la única alternativa seria y rigurosa -en ese caso- es no ir a votar, y dejarlos abandonados a su suerte con los escasos votos que puedan obtener en la consulta.