«Tras enfrentarse a la presión de sus homólogos europeos y recibir una llamada del presidente de EEUU, un hecho sin precedentes, Zapatero impuso uno de los planes de austeridad más severos de la eurozona. La insistencia de Obama en que Zapatero tomara «acciones contundentes» hace pensar hasta qué punto los gobiernos occidentales consideraban grave la situación»
Al igual que sus colegas euroeos, Zapatero y su gobierno intentan encontrar un equilibrio entre la necesidad de implantar medidas austeras y la de utilizar el gasto público para mantener el crecimiento. Pero de ningún modo se ha librado España de su fama de economía renqueante. En la línea incluso de los analistas más optimistas, Canals predice “al menos doce meses duros”. Mucho se ha hablado de las estadísticas publicadas este mes que indican que China ha desbancado a Japón como la segunda gran economía mundial, pero lo que está pasando unos puestos más abajo también es importante. La misma clasificación muestra cómo Brasil ha superado a España, relegando a ésta al octavo puesto. (FINANCIAL TIMES) THE WALL STREET JOURNAL.- La reunión de los principales funcionarios de la Reserva Federal de Estados Unidos el 10 de agosto figura entre una de las más polémicas del período de cuatro años y medio de Ben Bernanke como presidente del banco central. Con el empeoramiento de las perspectivas económicas, el tema en discusión parecía simplemente técnico: ¿debería la Fed modificar la manera en que maneja su enorme portafolio de instrumentos financieros? No obstante, el debate era más trascendental: hacerlo pondría a la Fed de nuevo en el centro de los mercados y propiciar un futuro relajamiento de la política monetaria. BREAKING VIEWS.- Las tendencias como Japón son evidentes en Estados Unidos. La inflación es de sólo el 1,2%, pese a que los precios mundiales de los productos básicos han sido considerados como altamente inflacionarios. La impresión abundante de dinero de la Reserva Federal ha generado un crecimiento anual de la masa monetaria del 2%. El problema es si la expansión de la base monetaria de la Fed puede contrarrestar el daño hecho al sistema financiero y los balances de los consumidores por el estallido de la burbuja inmobiliaria. R. Unido. Financial Times La tímida recuperación de España Víctor Mallet El 11 de julio de 2010 fue una noche inolvidable en Madrid. España derrotaba a Holanda en la final del Mundial de Sudáfrica y la capital se echaba las calles para celebrarlo. Los festejos se prolongaron durante más de veinticuatro horas. La crisis financiera global, que hundió al país en dos años de recesión, situando a España y el euro en el punto de mira de los especuladores financieros, quedó brevemente aparcada. Durante unos días, parecía que lo peor habría pasado; llegaron incluso a registrarse algunas mejoras en la economía real y los mercados financieros, el complemento a los resultados de la selección nacional. La cuestión ahora es si esa tímida recuperación se puede sostener. “Objetivamente no parece que las cosas vayan mucho mejor”, explica José Carlos Ariza, dueño de una tienda de vinos de Madrid que se ha visto afectada por la morosidad de algunos clientes. “Pero psicológicamente ha habido algunas mejoras. Yo creo que el peor momento lo vivimos hace ocho o nueve meses, cuando había una falta de confianza absoluta”, añade. De hecho, dos meses antes de la final del Mundial, los inversores llegaron a pensar que el país estaba al borde del abismo del impago. Tras las ayudas a Grecia, la UE y el FMI, lanzaban un paquete de rescate de 750.000 millones de euros destinado a sostener a los países que en ese momento parecían a punto de caer: España y Portugal. Especulaciones Algunos analistas apuntaban incluso a que el posible impago de España provocaría el colapso de la eurozona y desestabilizaría aún más la economía mundial. Fue entonces cuando el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, decidió, muy a su pesar, coger al toro por los cuernos. Tras enfrentarse a la presión de sus homólogos europeos y recibir una llamada del presidente de EEUU, un hecho sin precedentes, Zapatero impuso uno de los planes de austeridad más severos de la eurozona. La insistencia de Obama en que Zapatero tomara “acciones contundentes” hace pensar hasta qué punto los gobiernos occidentales consideraban grave la situación. A finales de julio, España parecía haber resuelto, o al menos aclarado, el otro gran problema que había debilitado la confianza internacional en el país y en la moneda única europea: la situación del sistema bancario del país. Siguiendo la iniciativa del Banco de España, las autoridades europeas hacían públicos los resultados de las “pruebas de resistencia” de 91 bancos europeos. Mientras, la economía real se recuperaba, aunque a un ritmo más lento que el de la mayoría de los países desarrollados. El fin de la recesión llegaba por fin, con un crecimiento intertrimestral del PIB del 0,1% en el primer trimestre y del 0,2% en el segundo. Los mercados financieros parecían recuperar la confianza en la economía del país. El diferencial de rentabilidad de los bonos españoles frente a los alemanes se estrechó rápidamente y el euro se fortalecía frente al dólar. A esta situación de alivio se sumaron los triunfos de los deportistas españoles: Nadal venció en Wimbledon y Contador ganó el Tour. En opinión de Charles Powell, de la Universidad San Pablo-CEU, hay una mezcla de factores que han contribuido al optimismo. Entre ellas, las grandes inversiones en el extranjero de Telefónica, el mayor grupo de telecomunicaciones de la eurozona, y de Santander, su mayor banco en capitalización de mercado. No obstante, tanto economistas como analistas de mercado de dentro y fuera de España creen que es demasiado prematuro pensar que estamos ante el final de la crisis o descartar una recaída en una recesión. Mientras la economía europea se recupera a un ritmo superior a lo esperado, las condiciones de los países periféricos, como Grecia, Irlanda y España, siguen siendo difíciles. Al igual que sus colegas europeos, Zapatero y su gobierno intentan encontrar un equilibrio entre la necesidad de implantar medidas austeras y la de utilizar el gasto público para mantener el crecimiento. Mucho de lo que depara a España y a la eurozona el año que viene depende de los caprichosos mercados financieros, que han contribuido tanto a estimular como a frenar las subidas y bajadas de las economías más débiles. Pero no hay duda de que España acaba de iniciar su recorrido en la larga y dolorosa senda del ajuste fiscal, un nuevo mundo de austeridad y sequías crediticias. “Hace tres o cuatro meses, es posible que nadie hubiese imaginado que algunas de las cosas que acaban de ocurrir pudiesen suceder con el gobierno actual”, afirma Jordi Canals, decano del IESE. Los inversores, según Canals, se sienten seguros gracias a las pruebas bancarias de resistencia y la economía real se recupera poco a poco gracias a unos ingresos turísticos y las exportaciones. Pero de ningún modo se ha librado España de su fama de economía renqueante. En la línea incluso de los analistas más optimistas, Canals predice “al menos doce meses duros”. Mucho se ha hablado de las estadísticas publicadas este mes que indican que China ha desbancado a Japón como la segunda gran economía mundial, pero lo que está pasando unos puestos más abajo también es importante. La misma clasificación muestra cómo Brasil ha superado a España, relegando a ésta al octavo puesto. Tal vez el único consuelo para los españoles es que ellos, y no los brasileños, son los que han ganado el Mundial de fútbol. Perspectivas políticas Tras seis años en el poder y dos de incesante crisis, el presidente del Gobierno sufría en junio ataques desde todos los frentes políticos y se enfrentaba a la posibilidad de convocar unas elecciones adelantadas. El Parlamento aprobó en mayo su plan de austeridad por tan sólo un voto después de que recibiera críticas no sólo de la derecha en la oposición sino de antiguos compañeros de filas y de partidos autonómicos por su torpe manejo de la economía. “Hace dos meses, la impresión predominante era que Zapatero estaba aislado en Moncloa sin escuchar a nadie”, señala una fuente que conoce bien la maquinaria gubernamental. “La situación ha cambiado un poco. Parece que el gobierno está más dispuesto a planear una reacción a la crisis”. El habitualmente bienhumorado Zapatero sufrió el peso de la crisis y de la necesidad de cambiar sus queridas políticas socialistas de gasto público para aplacar a los mercados. Pero los analistas políticos coinciden en que ha superado su etapa de aislamiento y que en las últimas semanas ha recuperado su habitual confianza. Sin una mayoría parlamentaria, Zapatero aún encara la batalla de la aprobación de los Presupuestos para 2011. No obstante, se prevé que haga concesiones al PNV para recabar apoyo y que cuente con la ayuda de CiU. Las encuestas indican que el PP ganaría las elecciones si se celebraran hoy. Pero los socialistas se han burlado de sus oponentes por hacer una “oposición de chiringuito” y el poco carisma de Rajoy le hace aún menos popular que Zapatero. FINANCIAL TIMES. 24-8-2010 EEUU. The Wall Street Journal Opciones para estimular la economía dividen a la Fed, ¿cuál es el siguiente paso? Jon Hilsenrath La reunión de los principales funcionarios de la Reserva Federal de Estados Unidos el 10 de agosto figura entre una de las más polémicas del período de cuatro años y medio de Ben Bernanke como presidente del banco central. Con el empeoramiento de las perspectivas económicas, el tema en discusión parecía simplemente técnico: ¿debería la Fed modificar la manera en que maneja su enorme portafolio de instrumentos financieros? No obstante, el debate era más trascendental: hacerlo pondría a la Fed de nuevo en el centro de los mercados y propiciar un futuro relajamiento de la política monetaria. Al menos siete de los 17 funcionarios reunidos se opusieron a la propuesta o expresaron sus dudas. Al final del extendido debate, Bernanke presionó con éxito para proceder con el cambio. La reunión que concluyó con la decisión de no reducir la reseserva de US$2.050 billones en deuda hipotecaria e instrumentos del Departamento del Tesoro de EE.UU. de la Fed, descrito por varios participantes, marcó la pauta para una discusión aún más importante que sigue sin resolverse: qué hacer, si acaso algo, sobre la débil recuperación económica de EE.UU. y su preocupante baja inflación. Bernanke tendrá la oportunidad de explayarse sobre esta crucial pregunta cuando él y otros funcionarios de la Fed se reúnan el viernes y sábado, junto con homólogos extranjeros y un grupo de expertos académicos, durante el encuentro anual del banco central en Jackson Hole, estado de Wyoming. Luego de lograr evadir otra Gran Depresión, Bernanke enfrenta una lenta recuperación. El desempleo sigue alto y la inflación permanece incómodamente baja. Funcionarios de la Fed, que dedicaron gran parte del año a planificar el fin de políticas monetarias expansivas, han sido obligados a pensar qué hacer para revivir la economía. Representantes de la Fed enfatizan que tienen objetivos comunes si bien están divididos sobre qué hacer ahora: evitar una deflación, una caída general de precios y salarios, o un resurgimiento de la inflación. Y comparten un fuerte deseo por hacer que la economía crezca lo suficientemente rápido como para sostener una recuperación sin un apoyo gubernamental inusual. La Fed ya recortó la tasa de interés de corto plazo a casi cero, prometió mantenerla a ese nivel por un período largo de tiempo y compró billones de dólares en valores, con dinero impreso por el mismo banco central, para bajar las tasas de interés de largo plazo. El tema más polémico ahora es si se debe imprimir más dinero y comprar más instrumentos de largo plazo, lo que ensancharía el portafolio de la Fed aún más. Un reciente programa de compra de bonos cesó en marzo. La decisión depende en gran parte de si la inflación sigue cayendo o si el crecimiento económico no logra repuntar. La Fed y la mayoría de analistas privados aún esperan una aceleración del crecimiento en 2011, y pocos economistas predicen una clara deflación. Otro tema pendiente es si la Fed debe actuar de manera preventiva o si debería esperar a ver evidencia más clara de que la economía realmente flaquea. Y si decide actuar, ¿debería tomar medidas pequeñas y cautas o grandes y radicales? Los funcionarios de la Fed están divididos en ambos puntos, y todas las partes sabían que la decisión de la reunión del 10 de agosto indicaría la inclinación de la Fed sobre estos temas. En esa reunión, se decidió actuar. Antes de la reunión, funcionarios de la Reserva Federal de Nueva York, que maneja el portafolio de la Fed, estaban preocupados, según fuentes al tanto. El portafolio de valores respaldados por hipotecas estaba por reducirse mucho más rápido de lo anticipado, a medida que tasas de interés llevaban a más consumidores a refinanciar sus hipotecas. Esto significaba que los instrumentos hipotecarios en poder de la Fed estaban siendo pagados. El tamaño del portafolio de la Fed se ha convertido en uno de los instrumentos monetarios principales del banco central. Un portafolio que se reduce en medio de un crecimiento económico en desaceleración no caía bien a muchos funcionarios, incluyendo al presidente de la Fed de Nueva York, William Dudley. Equivalía a frenar la economía de manera prematura. A Dudley y los presidentes de los bancos centrales de San Francisco y Boston les inquietaba que la tasa de desempleo estuviese en 9,5%, muy por encima del 5% a 6% que la Fed considera como empleo total. También les preocupaba la inflación de 1%, por debajo de su meta informal del 1,5% a 2%. Este grupo se inclinaba a actuar. El otro bando tenía dudas. El gobernador de la Fed Kevin Warsh, temía que una decisión para reinvertir ganancias de hipotecas en bonos del Tesoro podía confundir a los inversionistas y hacer creer que el banco central estaba más preocupado por la economía de lo que realmente lo estaba. Richard Fisher, presidente de la Fed de Dallas, y otros expresaron su preocupación de que las decisiones del banco podrían ser ineficaces. Luego de escuchar el debate con atención, Bernanke tomó en consideración las diferencias y concluyó que la Fed no debería permitir una restricción pasiva de las condiciones financieras causada por la reducción de su balance. Esto implicaría en la práctica tomar cerca de US$400.000 millones en deuda hipotecaria que vencía e inyectar el dinero en deuda del Tesoro. La Fed también debía reconocer el panorama de menor crecimiento, dijo. El voto 9 a 1 disimuló las diferencias. Ahora, el debate interno se dirige hacia el futuro, sobre todo si se deben tomar grandes medidas. Las opiniones otra vez son diversas. Algo si es claro: Bernanke tiene la determinación de evitar errores de sus predecesores que dieron pie a brotes deflacionarios devastadores. "Responderá de manera tajante a evidencia de una materialización de un riesgo de proceso deflacionario. No será ambivalente", asegura Alfred Broaddus, ex presidente de la Fed de Richmond. THE WALL STREET JOURNAL. 25-8-2010 Inglaterra. Breaking Views El miedo a otra caída bursátil Ian Campbell Parece que las Bolsas están en un punto de inflexión. Desde el cataclismo de principios de 2009, las acciones han aumentado ante la impresión abundante de dinero y las expectativas de recuperación de la economía. Pero los temores de que se retrase la recuperación son ahora evidentes con el deslizamiento del precio del petróleo y un dólar más alto, lo que provoca que los inversores se refugien en los bonos de EE UU. El cierre más bajo en 15 meses en el índice Nikkei de Japón es una señal pesimista. Japón puede verse como una amenaza para la renta variable global. Los años de estímulo fiscal y monetario no han roto el dominio de deflación ni rescatado el Nikkei, que está a sólo un cuarto de su pico alcanzado en la burbuja de hace 20 años. La peor amenaza que afrontan los mercados es el destino japonés: un fracaso del estímulo haría que la economía y las empresas languidezcan por años. Si eso sucediera, el índice Dow Jones podría situarse por debajo de los 7.000 puntos de 2009, y caer aún más. El idea que prevalece en EE UU desde hace tiempo de que los valores subirán y llegarán a nuevos máximos puede ser refutada, lo que implica un peligro para el mercado. Las tendencias como Japón son evidentes en Estados Unidos. La inflación es de sólo el 1,2%, pese a que los precios mundiales de los productos básicos han sido considerados como altamente inflacionarios. La impresión abundante de dinero de la Reserva Federal ha generado un crecimiento anual de la masa monetaria del 2%. El problema es si la expansión de la base monetaria de la Fed puede contrarrestar el daño hecho al sistema financiero y los balances de los consumidores por el estallido de la burbuja inmobiliaria. Las previsiones son que la Fed tendrá éxito y que el crecimiento de EE UU se elevará en 2011. Pero hasta que los indicadores económicos demuestren de manera convincente que el mundo no volverá a la recesión, será preciso vigilar con atención la renta variable global. BREAKING VIEWS. 25-8-2010