Toni Carrasco (STE's Intersindical)

«La sumisión total del gobierno nos lleva a la ruina»

Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras de la Enseñanza

¿Estamos ante un momento crucial para la unidad tras el 19-J?

Ha habido un salto en cuanto a la participación y la pluralidad, pero llevamos desde mayo del 20120 con los recortes de Zapatero construyendo la unidad a nivel sindical. El salto cualitativo se ha producido cuando a los recortes en los derechos laborales se han sumado los recortes en los derechos sociales, en Sanidad y Educación, lo que ha hecho levantarse a una buena parte de la población. Podría haber sectores que estuvieran de acuerdo con algunos recortes, pero es que ahora nos afectan a todos, especialmente a los más débiles.

Están gobernando para el 1% más rico, garantizando los beneficios de los que más tienen, precarizando las condiciones de vida y de trabajo del 99% de la población.

¿Es el 15-S una oportunidad para ampliar la unidad y la movilización?

Es un escalón más. Las manifestaciones de julio fueron mayoritarias porque además se dieron de forma descentralizada y con un éxito total. Se trata de dar una imagen al gobierno y a los propios movimientos sociales de que no estamos solos. Se debe visualizar el descontento y la indignación del conjunto. Se trata de animar y reagrupar, algo que se está haciendo ya porque la propia convocatoria viene de un frente muy amplio de organizaciones. Hay que dar un golpe en la mesa y hacer una foto de la realidad para ver si el gobierno toma nota.

Ese 1% del que hablas, ¿no está cada vez más claro que sus privilegios se basan en las imposiciones desde el FMI y Berlín y la violación de nuestra soberanía nacional?

Claro, hay una sumisión total que nos está llevando a la quiebra y a la ruina. Hay que darse cuenta de que poder trabajar y salir adelante depende de que la gente tenga capacidad de consumo. Parece que solo debemos producir para que se lo lleven fuera. Estamos viendo que cuanto más recortes sociales y laborales más profundizamos en la crisis y en los problemas.

Y luego no es solo que se deterioren los servicios públicos para reducir los gastos del Estado, que es mentira, sino que se están convirtiendo los derechos sociales en un bocado apetecible, en una opción de negocio, desde las pensiones, la Sanidad y la Educación. Se está poniendo en el mercado los derechos sociales, convirtiéndolos en beneficios para unos pocos.