La elección del nuevo secretario general de UGT será una de las decisiones más importantes del 42 Congreso. Con la presentación de la candidatura de Josep María Álvarez, secretario general de UGT de Cataluña durante 26 años, serán tres los candidatos a suceder a Cándido Méndez
Josep María Álvarez se presenta, según sus propias declaraciones para “modernizar” el sindicato, abanderando la fusión de federaciones de seis a tres, mayor transparencia y “obtener más financiación para el sindicato de su participación en la negociación colectiva”. Álvarez, que reconoce que “la percepción de UGT entre la sociedad se ha deteriorado durante la crisis”, declara que su posición favorable al “derecho a decidir de los catalanes” no vaa cambiar porque sea elegido secretario general.
La “modernización” que propone Josep María es un ataque a la línea que están reclamando, cientos de miles de afiliados a los sindicatos, sindicalistas de base y millones de trabajadores en nuestro país.
La concentración de federaciones que las centrales mayoritarias han llevado adelante en las últimas décadas, y el consiguiente cierre de uniones locales, sólo ha servido para acabar con la democracia directa (el papel de las asambleas decisorias en los centros de trabajo y de las organizaciones de base) y burocaratizar los sindicatos concentrando la capacidad de decisión cada vez en menos manos. «De los Josep María no puede venir la renovación de UGT capaz de hacer frente a la decisiva batalla contra los recortes»
Su propuesta de obtener más financiación que propone: “Hemos de ver por la vía de la negociación colectiva cómo somos capaces de repercutir los costes en quienes se benefician de ella”, no tiene nombre. No sólo quiere un sindicato que viva de las subvenciones públicas y del pago de las grandes empresas a los liberados, sino que ahora quiere que sean los trabajadores quienes paguen más por firmar convenios o negociar sus EREs y despidos.
Josep María, después de 26 años dirigiendo la UGT en Cataluña, se presenta como si él no fuera el máximo responsable de que la UGT haya perdido la confianza de amplios sectores de la clase obrera y el pueblo trabajador en Cataluña al rebajar el papel de lucha de la UGT durante la crisis. ¿Dónde ha estado la dirección de UGT presidida por Álvarez durante los años más duros de la crisis mientras Artur Mas ejecutaba en Cataluña los recortes más duros dictados por la Troika?.
Álvarez ha puesto por delante el apoyo a las propuestas secesionistas de Más y Junts Pel Sí a la defensa de los intereses de las clases trabajadoras y la unidad del pueblo trabajador frente a los recortes. La UGT presidida por él se presentó en la primera reunión del “Pacto Nacional por el Derecho a Decidir” convocada por Mas. Y aporta cargos al gobierno secesionista que ahora preside Puigdemont, como la ex líder de UGT en Gerona, Dolors Bassas, consejera de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias.
De los Josep María no puede venir la renovación que UGT y los trabajadores necesitamos, capaz de hacer frente a la decisiva batalla que se libra en nuestro país contra el saqueo y los recortes al que estamos sometidos por el capital extranjero comandado por Washington y Berlín, la oligarquía de aquí y sus gestores en Madrid o Barcelona, como Rajoy y Mas.
Necesitamos unos sindicatos, y una UGT, con una nueva línea de clase, combativa y unitaria. Que haga bandera de la Redistribución de la Riqueza como base de un programa de lucha por una salida a la crisis favorable a la mayoría. Y que defienda la unidad de la clase obrera y el pueblo trabajador de todas las nacionalidades y regiones de España.