Más de dos millones de pensionistas en España viven bajo el umbral de la pobreza. Y casi la mitad, concretamente el 48%, cobra menos de 700 euros. Pero la OCDE, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, considera que España es demasiado “generosa” con sus pensionistas.
La OCDE llamó a incrementar el montante de los rescates, con los que cientos de miles de millones de dinero público se entregaron a los grandes bancos. Pero valora “demasiado generosa” la cuantía de las actuales pensiones de miseria.
Cada vez es más urgente blindar las pensiones en la Constitución, para que los miserables no puedan meter mano en ellas.
Los grandes centros de poder mundiales han colocado las pensiones públicas españolas en el centro de la diana. Y utilizan las mentiras como arma de desinformación masiva.
El último informe de la OCDE es un buen ejemplo de ello.
Afirman que España será en 2050 el segundo país más envejecido del mundo, solo por detrás de Japón. Habrán 76 pensionistas por cada cien trabajadores en activo -cuando hoy son 30-, lo que convertirá en inviable el sostenimiento del actual sistema de pensiones.
No nos quedaría más remedio que ampliar la edad de jubilación y reducir la cuantía de la pensión. Es decir, trabajar más y cobrar menos, si queremos poder tener acceso a una pensión en el futuro.
La mentira es mayúscula. Porque el incremento de la productividad -hoy los trabajadores producen el doble de riqueza que hace diecisiete años- permite que una menor proporción de población activa pueda mantener los ingresos de una cantidad mayor de pensionistas.
También afirma la OCDE que el sistema de pensiones español ofrece una tasa de sustitución –pensión que se recibe como porcentaje del último salario-, demasiado alta, al situarse en el 82%, frente al 63% de media en la OCDE y el 71% de la UE.
La mentira de que pagamos pensiones “por encima de nuestras posibilidades” se pulveriza al comparar con los países de nuestro entorno el gasto público español.
España destina a pensiones un 9,5% del PIB, por debajo del 13,7% de Italia o el 12,6% de Francia. E incluso inferior al 12,1% de Portugal.
Según el nivel de riqueza que tenemos -España es el cuarto país por volumen de PIB de la UE- deberíamos pagar más a nuestros pensionistas, y no menos.
Esconder un atraco de 1.700 millones de euros
Las mentiras difundidas sobre las pensiones buscan esconder un gigantesco atraco.
Gracias a la congelación de las pensiones de Zapatero, o la mísera subida del 0,25% impuesta por Rajoy -muy por debajo de la inflación- los pensionistas han perdido en los últimos 8 años, casi cinco puntos de poder adquisitivo.
Lo que significa que a cada pensionista se le han quitado, cada año, 622 euros que deberían haber cobrado.
La actualización de las pensiones en función del aumento del IPC, vigente hasta 2.013, habría obligado a pagar este año 1.700 millones de euros más a nuestros pensionistas. Dinero que el Estado se ha “ahorrado” a costa de empobrecer a nuestros jubilados.
Frente a este robo, los datos de la encuesta de riqueza del Banco de España nos dicen que un 27% de las pensiones se sitúa por debajo de los 600 euros, y un 23% por debajo de los 700 euros. Solo 800.000 de los 9,5 millones de pensionistas -apenas un 8,4% del total- viven dignamente con ingresos superiores a los 1.200 euros mensuales.
Y según el estudio de la Unión Estatal de Pensionistas, Jubilados y Prejubilados de UGT, más dos millones de pensionistas en toda España viven por debajo del umbral de la pobreza con ingresos inferiores a 469 euros al mes.
Quieren tu pensión, y la quieren ya
El informe de la OCDE animaba a tomar medidas para “aumentar el ahorro” favoreciendo los planes de pensiones privados.
Este es el corazón del asunto. En España el gran capital financiero tiene “infrautilizado” el negocio de las pensiones por la existencia de un sistema público.
El dinero manejado por los fondos privados de pensiones en España apenas supone el 8,4% del PIB, años luz del 79% de Reino Unido, o del 155% de Holanda.
El servicio de estudios del BBVA lo expresa con la mayor desvergüenza. Se pregunta “¿Por qué en España se ahorra poco en pensiones privadas?”. Y contesta: “La razón es que la pensión pública cubre una gran parte de las necesidades de los jubilados, el 74% de su último salario. Algo que no ocurre en otros países, con cobertura pública mucho más baja a excepción de Austria: por eso allí los sistemas privados tienen mucho más peso”. Anunciando amenazadoramente que “con las últimas reformas, esto cambiará”.
Liquidar el sistema público, ofreciendo tan solo pensiones de miseria, para ampliar el negocio privado. Obligándonos a contratar unos fondos privados de pensiones que son una auténtica estafa, ofreciendo menos de la mitad de rentabilidad que la inversión en deuda pública. Son los grandes bancos quienes se quedan con la rentabilidad del ahorro, ofreciendo a sus clientes apenas unas migajas.
La defensa contra este ataque a las pensiones públicas no va a venir de un nuevo acuerdo en el Pacto de Toledo, donde mandan unos partidos mayoritarios que siempre se han mostrado más dispuestos a recortar las pensiones.
La única alternativa es blindar las pensiones en la Constitución, como defiende la Mesa Estatal Por el Blindaje de las Pensiones (MERP). Introduciendo en la Carta Magna un artículo que prohíba expresamente recortar o privatizar las pensiones.