Les hace mucho daño que desde la izquierda se denuncie su carácter antidemocrático. Les enfurece que alguien como Coscubiela, que siempre ha defendido el derecho a decidir y se ha enfrentado a los gobiernos del PP, diga muy claro que están pisoteando los más elementales derechos democráticos.
Joan Coscubiela fue secretario general de CCOO en Cataluña durante 13 años, entre 1995 y 2008, culminando una larga trayectoria como sindicalista. Se declara defensor de “la cultura del PSUC”, una de las grandes referencias de los comunistas catalanes.
Conviene recordar este amplio bagaje de luchador por las libertades y los derechos sociales, desde una posición inequívocamente de izquierdas, para valorar el papel que ha jugado Joan Coscubiela ante la estafa antidemocrática que los Puigdemont pretenden imponernos.
Representando a muchos catalanes de izquierdas Coscubiela -o “el Coscu”, como se le conoce popular y cariñosamente en Cataluña- dijo alto y claro: “estoy aquí porque mis padres me enseñaron a luchar por mis derechos. No quiero que mi hijo Daniel viva en un país donde la mayoría pueda tapar los derechos de los que no piensan como ella”.
No tuvo reparo en declarar “estoy dispuesto a partirme la cara para que ustedes voten sobre la independencia de Cataluña, pero no si pisan los derechos de los diputados”.
Recordó que hay cosas, como la pena de muerte, que no pueden ser impuestas por mayorías parlamentarias porque no son democráticas, dirigiéndose a Junts pel Si para decirles “como la mayoría parlamentaria no tiene más límite que la mayoría parlamentaria, ¿qué les impediría debatir esa idea?”.
Remarcando que “los derechos de los diputados no pueden ser derogados. Esto no es democracia”. Y preguntándose si “saltarse las leyes y los derechos de los diputados es la base del país que se pretende construir”.
Dos reacciones definen el sentido del papel jugado por Coscubiela.
Maruja Torres, periodista, escritora, destacada personalidad de la izquierda catalana, vetada en TV3 por escribir en castellano y estar en contra de la independencia, le dirigió un tuit breve y contundente: “gracias por la decencia”.
Mientras, Mónica Terribas, periodista estrella de Catalunya Radio, la radio pública catalana, arremetía sin pudor contra Coscubiela, cortaba su intervención en el parlament, declaraba que “es una intervención impropia” y defendía con furia a Puigdemont y su govern.
Les hace mucho daño que desde la izquierda se denuncie su carácter anti democrático. Les enfurece que alguien como Coscubiela, que siempre ha defendido el derecho a decidir y se ha enfrentado a los gobiernos del PP, diga muy claro que están pisoteando los más elementales derechos democráticos.
Por eso Coscubiela está ahora recibiendo los más duros ataques del entramado burocrático controlado por la Generalitat. Y por eso también crece el apoyo social a su rebeldía entre una mayoría social de izquierdas ya demasiado harta.
En nombre de muchos, y frente a los ataques de unos pocos: gracies Coscu.