El Producto Interino Bruto (PIB) de las economías emergentes ha pasado de representar el 39,7 por ciento del PIB mundial en 1990 a constituir el 48 por ciento en 2006, muestra de que el escenario económico del planeta ha experimentado cambios significativos.
Goldman Sachs acuñó en el año 2003 el término BRIC, creado a artir de las iniciales de Brasil, Rusia, India y China, para denominar a las cuatro potencias económicas del futuro. Frente a esto, recientemente ha surgido también el concepto VISTA (Vietnam, Indonesia, Sudáfrica, Turquía y Argentina) , es decir, estos países siguen a los primeros. Ambos términos representan los cambios y novedades que han surgido recientemente en el nuevo orden económico mundial, así lo señala un comentario publicado en el Diario del Pueblo, de mayor tirada en China. El Producto Interino Bruto (PIB) de las economías emergentes ha pasado de representar el 39,7 por ciento del PIB mundial en 1990 a constituir el 48 por ciento en 2006, muestra de que el escenario económico del planeta ha experimentado cambios significativos. Dentro de las economías emergentes, los BRIC y los VISTA se sitúan en primera fila. El crecimiento económico promedio de los primeros se situó en 2006 en el 8,3 por ciento, un ratio muy superior a la media mundial, mientras que el crecimiento promedio de los segundos tampoco se queda muy atrás. Según algunos expertos, las economías emergentes deben contar con cinco importantes condiciones: riqueza de materias primas y recursos, un creciente número de trabajadores jóvenes, estabilidad política, una fuerte inversión extranjera y el continuo aumento de consumidores, características presentes en estos países, si no las cinco, al menos cuatro de ellas. Los BRIC son países con gran población y vastas dimensiones, al igual que los VISTA, aunque éstos últimos en menor medida, de modo que tras haber iniciado un camino de rápido crecimiento económico, estas naciones han ejercido influencias estructurales en el mapa económico mundial. Si nos fijamos en el modelo de crecimiento, estos países han adoptado el de economía de mercado guiada por sus respectivos gobiernos, lo que, al igual que los llamados «cuatro pequeños dragones» (Hong Kong, Taiwan, Singapur y Corea del Sur), y países del Sudeste Asiático, demuestra la eficacia generalizada de este modelo en los países en vías de desarrollo. A diferencia de la economía de libre mercado que han pregonado desde el principio las naciones de Occidente, el modelo de crecimiento de las naciones emergentes adquiere un tinte más marcado de la dirección del gobierno. En estos países, sólo mediante la reconstrucción de un tejido social que tenga en cuenta la idiosincrasia histórica y cultural del propio país será posible instaurar una fórmula económica efectiva para el progreso. En la actualidad, las naciones emergentes han demostrado una clara ventaja en el sector de las manufacturas, aunque en industrias que precisan una tecnología más avanzada o en el campo de las finanzas mantienen ciertos puntos débiles, así como mecanismos internos que deben ser mejorados.En la actualidad, hay quien todavía pone en duda la capacidad de los países emergentes de hacer frente a una crisis económica, lo que sin duda constituye un gran desafío para este tipo de economías. Según el FMI, en la actualidad EEUU lidera el ranking mundial de riqueza en términos de paridad de compra, con 13 billones de dólares, seguido por China, con 9,9 billones de dólares. India ocupa el cuarto lugar con 4,2 billones de dólares estima que en el 2020 China será la primera economía del mundo e India, la tercera, creando un nuevo trío de potencias economicas -EEUU, China e India- que sustituirá al actual formado por los americanos, europeos y japoneses.En las llamadas economías emergentes cifran las esperanzas muchas naciones para tratar de estabilizar los graves problemas que ha provocado la crisis económica surgida en Estados Unidos y diseminada por el mundo. Gobiernos del mundo ponen sus miradas en las estables y pujantes economías de China, India, Rusia y Brasil, que no han entrado en recesión como ha ocurrido ya con Alemania, Gran Bretaña, Italia, España, para que puedan ayudarles a paliar la situación actual.Pero la realidad es que estos cuatro países son mayormente productores y exportadores de bienes y servicios, y no consumidores insaciables como Estados Unidos. Las soluciones pasan por reformas en la economía y las financias globales y el impulso a la multipolaridad mundial.