En los últimos cinco años hemos vivido un ciclo con cuatro elecciones generales, dos de ellas repetidas, que han quebrado el viejo bipartidismo político, y han emergido nuevas fuerzas políticas, como Podemos y Ciudadanos. Un ciclo que está a punto de cerrarse con la probable formación de un gobierno de coalición progresista, por primera vez en la reciente historia democrática de España.
Además hemos asistido a la eclosión del desafío independentista de las élites del procés, que tuvo su momento álgido con el referéndum-estafa del 1-O de 2017 y la declaración unilateral de independencia, DUI, en octubre de ese año.
Estos acontecimientos han acaparado las noticias, las portadas y telediarios hasta el punto de que las acciones de los sindicatos, las luchas obreras y del pueblo trabajador (dejando aparte las movilizaciones reivindicativas de los pensionistas o feministas) han quedado silenciadas, como si no existiera una clase obrera y un pueblo trabajador que ni un solo día de cada año mantiene una lucha permanente por sus derechos y reivindicaciones concretas de clase frente a la explotación capitalista.
No salen en los medios, o lo hacen solo muy de vez en cuando, seguramente porque no llaman la atención bloqueando fronteras, ni sabotean el AVE. No van encapuchados ni levantan barricadas al estilo Hong Kong. Van a cara descubierta, de frente, en las fábricas y polígonos, o en las ciudades y pueblos codo con codo… Si los medios los silencian no es porque no luchan, será porque hay a quien le interesa ocultar y silenciar esa lucha de clase.
2 huelgas al día y 4 millones de huelguistas
En los últimos cuatro años y medio (2015- julio de 2019) en España se han producido 3.260 huelgas en las que han participado 4 millones de trabajadores, según datos oficiales del ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Dos huelgas por día que apenas han tenido reflejo en los medios de comunicación,
1) Lo primero que sorprende al analizar los datos de la conflictividad laboral durante estos años es su contundencia y regularidad creciente. Nuestro país ha soportado en este tiempo 3.258 huelgas, una media de 730 anuales; 2 huelgas diarias los 365 días de cada año.
Casi 4 millones de trabajadores han participado en estos conflictos laborales, 230.000 trabajadores anuales de media, sin contar las huelgas generales, se han movilizado sin que sus luchas hayan abierto los telediarios y ocupado las portadas de los principales periódicos del país.
Si incluimos las huelgas laborales el número de trabajadores implicados se dispara en los dos últimos años, sobre todo en 2018, con un aumento de más de 2,5 millones de huelguistas, debido a la huelga laboral convocada por las organizaciones feministas y apoyada por los sindicatos coincidiendo con el 8-M, día de la mujer trabajadora.
Estos hechos han cambiado en 2018 una tendencia, por primera vez el número de mujeres participantes en las huelgas superaron al de hombres: el 68,6% de participantes en las huelgas de 2018 fueron mujeres, según datos oficiales del ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Tendencia que seguramente se confirmará también en 2019 cuando se conozcan los datos definitivos y de huelgas generales que aún no ha publicado el ministerio.
2) En segundo lugar, la recuperación económica, lejos de disminuir las huelgas, va acompañada de un aumento de la conflictividad. Como se puede ver en la Tabla 1 el número de huelgas aumenta, al margen de las huelgas generales, en estos años donde ha crecido el PIB, de inicio de la “recuperación” económica y donde se nos ha vendido hasta la saciedad la creación de empleo. Incluso en este año 2019 la media de conflictividad de los siete primeros meses supera ya la media de los años anteriores.
| 2015 | 2016 | 2017 | 2018 | 2019* | TT |
Nº Huelgas | 615 | 641 | 731 | 728 | 543 | 3.258 |
Trabajadores implicados ***Con H.G | 170.528 | 183.120 |
225.723
482.914 |
338.671
2.921.408 | 169.997 |
1.088.039
3.927.967 |
Centros implicados | 4.153 | 9.679 | 20.234 | 15.485 | 8.644 | 58.195 |
Estos hechos ponen de manifiesto cómo la clase obrera y el pueblo trabajador mantienen una enconada lucha contra las consecuencias estructurales de la crisis que han hecho posibles las dos reformas laborales, la de Zapatero en 2010 y la de Rajoy en 2012. Reformas que han contribuido decisivamente a la precarización del mercado de trabajo, generalizando la contratación temporal y a tiempo parcial, junto con la eliminación de los derechos laborales. Y al aumento abismal de las desigualdades en la distribución de la riqueza, favoreciendo las políticas de bajos salarios, creando el sector de “trabajadores pobres” porque con sus “contratos basura” y sus bajos salarios no pueden escapar a la pobreza y la exclusión social. Representan ya el 13,8% de los trabajadores, casi 2,6 millones.
La clase obrera industrial encabeza las luchas
La conflictividad laboral es fundamentalmente industrial y la clase obrera industrial aparece claramente como la clase que encabeza las luchas por motivos estrictamente laborales. Esta es la principal conclusión que se deduce del estudio de las Tablas 2a, 2b, 2c y 2d.
| 2015 | % | 2016 | % | 2017 | % | 2018 | % |
Agricultura | 5 | 0,8 | 6 | 2,3 | 5 | 0,7 | 6 | 0,8 |
Industria | 253 | 41,1 | 249 | 38,8 | 268 | 36,7 | 253 | 34,8 |
Construcción | 19 | 3,1 | 35 | 5,5 | 25 | 3,2 | 12 | 1,6 |
Servicios | 338 | 55,0 | 352 | 54,9 | 432 | 59,3 | 455 | 62,5 |
Como se puede ver en la Tabla 2b, la conflictividad por número de ocupados en cada sector, pone de manifiesto que el conflicto laboral es principalmente un conflicto industrial. Aunque cuantitativamente haya más conflictos en el sector servicios, al tener el 75% de los trabajadores ocupados, en la industria el nivel de huelgas es mucho mayor que en los servicios, 2,5 frente a 0,82.
AÑO 2018 | %Huelgas | %Trabajad. | Relación |
|
Agricultura
| 0,8 | 4,2 | 0,19 | |
Industria
| 34,8 | 13,9 | 2,5 | |
Construcción
| 1,6 | 6,2 | 0,25 | |
Servicios
| 62,5 | 75,7 | 0,82 |
Al mismo tiempo la movilización es mayor en los sectores, ramas y Comunidades autónomas con mayor presencia del movimiento obrero organizado y por lo tanto con una relación directa con los sindicatos de clase, CCOO, UGT, CGT, USO…
Es especialmente evidente, si miramos la conflictividad por ramas de producción, que la industria manufacturera (235 huelgas) es la de mayor conflictividad. Seguida de otras tres que superan los 80 conflictos: Transporte y Almacenaje, Actividades Sanitarias y Servicios Sociales, Actividades Administrativas y de Servicios Auxiliares, ramas con implantación sindical y más directamente vinculadas con el movimiento obrero. Y otro tanto ocurre con la conflictividad por Comunidades Autónomas, donde destacan Andalucía, Cataluña, Madrid y País Vasco, que junto con Valencia, son bastiones históricos del movimiento obrero organizado.
Si hay una mayoría de izquierdas y si hay un acuerdo para la formación de un gobierno progresista es porque hay una lucha popular y de clase que estará silenciada pero no eliminada y cuya influencia recorre todas las instancias políticas y sociales del país.