El Ministerio de Defensa ha premiado, en la categoría de Trabajos de Estudio e Investigación, el ensayo de Esteban Vicente Boisseau, militar y alumno de la UNED, que lleva por título “La imagen de la presencia de España en América (1492-1898) en el cine británico y estadounidense”. Se trata de una investigación innovadora, que focaliza su atención en Hollywood, la gran maquinaria de propaganda del imperio norteamericano.
Boisseau se escandaliza de que “podamos encontrar en parques Disney una atracción de los piratas en la que la diversión es contemplar el saqueo de una ciudad poblada por hispanos, con escenas de tortura, asesinato y esclavización que estarían prohibidas si las víctimas representadas fueran judíos o africanos”.
Pero no es una irracional furia antiespañola. Tiene motivos extraordinariamente prácticos. Y Boisseau los expone con claridad, señalando los motivos geopolíticos de la “leyenda negra” contra España. Recordando como fue “ forjada a partir del siglo XVI por la Inglaterra anglicana y los Países Bajos para justificar, entre otros fines, su expansionismo en América frente a la potencia colonial española en América”. Y señalando, tras la anexión de Cuba en 1898, la “finalidad política” de una propaganda difundida a través del cine para “justificar la hegemonía norteamericana en el continente americano”.
Descubrimos como la primera película bélica realizada en Hollywood fue precisamente un ataque contra España. Se llamaba “ Tearing Down the Spanish Flag” (“Desgarrando la bandera española”). Y mostraba el arriado de la bandera de España sobre el castillo del Morro del puerto de la Habana, para izar a continuación la norteamericana de las barras y estrellas. Está rodada en 1897, y formo parte de la gigantesca campaña mediática -autohundimiento del Maine mediante- para arrastrar a la sociedad norteamericana a una guerra contra España que sería el primer paso de un largo camino de invasiones, anexiones y golpes de Estado con sabor norteamericano en todo el continente.
El mismo Hollywood que arremete contra la colonización española nos presenta una versión, no negra sino rosa, del dominio anglosajón, tergiversando conscientemente la historia. El capitán John Smith, que destacó por su crueldad, encabezando a los colonos ingleses que cometieron numerosos crímenes contra la población india en Virginia, es transformado en “Pocahontas” en un personaje amable y bondadoso. Mientras que, como denuncia el profesor estadounidense Theodore Jojola, de origen indio, “ el gobernador inglés Ratcliffe es transformado [por Hollywood] en un conquistador español ávido de oro”.
La lista de mentiras históricas difundidas por Hollywood sobre España sería interminable. En “Bailando con lobos”, un sioux muestra el casco de un conquistador español, afirmando que los echaron hace mucho tiempo, y luego los olvidaron… Pero en California, Florida, Nuevo México o Texas hubo una presencia española constante… Y personalidades indias como Gerónimo, de la tribu de los apaches, hablaban español.
Hasta desembocar en recientes superproducciones, como “Piratas del Caribe”. Boisseau declara que “resulta llamativo que, incluso en España, se hayan asimilado y tengan éxito películas como la saga de Piratas del Caribe, en la que criminales anglosajones, asesinos y ladrones, son los héroes, mientras que los españoles que combaten la piratería son presentados como villanos”.
El extremo ha llegado a la fabricación de un supervillano, presentado con aspecto putrefacto y apariencia fantasmal, llamado Armando Salazar, un capital español que encarna todos los males a destruir.
“La imagen de la presencia de España en América (1492-1898) en el cine británico y estadounidense” nos coloca ante la realidad. La de un cine norteamericano que ha utilizado, y sigue haciéndolo, toda su enorme capacidad de propaganda para ofrecer una imagen donde, como denuncia Boisseau, se nos presenta “la falsa contraposición de un mundo anglosajón guiado por la providencia y los valores morales frente a una España decadente”.
Y la mayor virtud de este libro es contextualizar los ataques recibidos, desde las relaciones de poder existentes en cada momento. Si la “leyenda negra” contra España se mantiene, y se sigue difundiendo desde Hollywood, es porque todavía existe una España y un mundo hispano que el imperio norteamericano quiere dominar.