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La industria española de los componentes, pendiente de Trump

Fabricantes y expertos piden prudencia ante la llegada del mandatario estadounidense a la Casa Blanca, y resaltan la dimensión global del sector del automóvil

Donald Trump es el nuevo presidente de los Estados Unidos desde este viernes. El ya mandatario ha cargado en las últimas semanas, a través de Twitter, contra varios fabricantes de automóviles como Ford o General Motors (GM) a los que ha presionado para que no hagan nuevas inversiones en México, y redoblen su apuesta por sus plantas estadounidenses, so pena de aplicarles un arancel del 35% a los nuevos vehículos que se exportarán a su país desde las nuevas fábricas construidas en suelo mexicano. (…)En este escenario de incertidumbre, a la espera de que se materialicen o no estos vientos proteccionistas, se mueve la industria española de componentes (…)

Desde la Asociación Española de Fabricantes de Equipos y Componentes para la Automoción (Sernauto) reconocen que están siguiendo «muy de cerca todo lo que afecta a la industria de la automoción en Estados Unidos» y, recuerdan, que se trata de uno de sus mercados más relevantes. Formada por más de 1.000 empresas en España, según las estimaciones de Sernauto, en 2015 el 4% de las exportaciones del sector fueron al país presidido por Trump(unos 730 millones de euros), un 24% más con respecto al año anterior. (…) Una actividad que entre empleos directos e indirectos da trabajo a hasta 330.000 personas.

(…) Gescamp o Grupo Antolín coinciden en que es «pronto» para tomar decisiones

Para Pedro Nueno, profesor de finanzas del IESE, «Trump no piensa en los detalles» y critica que por «proteger» a la industria del automóvil estadounidense termine dañándola. (…)

Roger (KPMG) no duda en hablar de «incertidumbre importante en el sector del automóvil», aunque asegura que no se está tomando ninguna medida concreta a la espera de acontecimientos. Únicamente apunta a la paralización de las nuevas inversiones en México («standby»). Para este consultor, las políticas proteccionistas «no favorecen en nada a la industria, ni a la economía» ya que restarían competitividad y el consumidor lo terminaría pagando. En este sentido, cree que si Trump cumple con lo declarado «perjudicaría a la industria automovilística mexicana, y podría arrastrar a otros países con inversión española». Sin embargo, recuerda que la «presión política siempre ha existido», y que el sector toma las decisiones basándose más en la eficiencia y la rentabilidad.