Funcionarios y militares de EE UU investigados

La gran estafa de la reconstrucción de Irak

Soldados de EE UU. (EFE)

«Creo que el auténtico saqueo de Irak tras la invasión lo llevaron acabo funcionarios y contratistas norteamericanos y no los habitantes de los barrios pobres de Bagdad», dijo al periódico un hombre de negocios que lleva trabajando allí­ desde el 2003.

Las autoridades estadounidenses están investigando una suuesta estafa gigantesca relacionada con trabajos de reconstrucción en Irak tras el derrocamiento de Sadam Husein.Según informa hoy desde Bagdad el diario británico ‘The Independent’, mandos del Ejército norteamericano podí­an estar involucrados en el posible mal uso de parte de los 125.000 millones de dólares destinados a ese fin.No se sabe con exactitud cuánto dinero falta, pero un informe del Inspector General Especial de EEUU para la Reconstrucción de Irak (siglas inglesas: SIGIR) indica que puede superar los 50.000 millones de dólares, con lo que la estafa superarí­a a la atribuida al especulador norteamericano Bernard Madoff.»Creo que el auténtico saqueo de Irak tras la invasión lo llevaron acabo funcionarios y contratistas norteamericanos y no los habitantes de los barrios pobres de Bagdad», dijo al periódico un hombre de negocios que lleva trabajando allí­ desde el 2003.En un caso, los auditores que trabajan para el SIGIR descubrieron el enví­o de 57,8 millones de dólares en efectivo al interventor estadounidense responsable de la zona centro sur de ese paí­s árabe,Robert J Stein Jr., que se hizo fotografiar incluso junto a esa pila de billetes.Stein Jr es sólo uno de un pequeño grupo de funcionarios estadounidenses que estuvieron en Irak y van a ser acusados de estafa y blanqueo de dinero, según ‘The Independent’.A pesar de las enormes sumas de dinero que EEUU dedicó a la reconstrucción de Irak desde 2003, apenas se han visto grúas en la capital excepto las dedicadas a la construcción de una nueva embajada estadounidense y las que flanquean una enorme mezquita aún no terminada que comenzó a construirse en la época de Sadam Husein.Según el periódico, los dirigentes iraquí­es están convencidos de que el robo o despilfarro de enormes cantidades de dinero de los gobiernos de Washington y Bagdad sólo ha podido ocurrir por la corrupción de funcionarios norteamericanos.Así­, en 2004/05, todo el presupuesto del ministerio de Defensa iraquí­ destinado a la compra de armamento se utilizó para la adquisición de helicópteros soviéticos totalmente obsoletos y carros de combate fácilmente perforables por las balas enemigas.En su momento se culpó a los iraquí­es de ese despilfarro, pero, según el periódico, habí­a funcionarios estadounidenses controlando el ministerio de Defensa, por lo que o bien participaron en ese engaño o demostraron imperdonable negligencia.Pero en cí­rculos iraquí­es se sospecha de la complicidad de funcionarios estadounidenses en algunos de esos manejos. A instancias de la administración estadounidense se encargó de trabajos importantes a funcionarios iraquí­es sin experiencia.Así­, el responsable de la adquisición de armas que protagonizó el citado escándalo en el ministerio de Defensa era un polaco-iraquí­ que habí­a pasado 27 años fuera del paí­s árabe y que habí­a regentado una pizzerí­a en la ciudad alemana de Bonn en los años noventa.La reconstrucción de Irak emerge como una extendida estafa proteccionista, un New Deal que transfiere fondos públicos ilimitados -en contratos, préstamos y seguros- a firmas privadas como Hulliburton, y, por si fuera poco, hasta se deshace de la competencia extranjera, bajo el disfraz de la «seguridad nacional». Irónicamente, a estas firmas se les otorga este bienestar corporativo para que puedan aprovechar las leyes impuestas por EE UU, que sistemáticamente desmantelan a la industria iraquí­ de todas sus protecciones, desde las tarifas a la importación hasta los lí­mites a la propiedad extranjera.