Federico Mayor Zaragoza

La fuerza de la razón

Conversamos con Federico Mayor Zaragoza sobre el reto que supone la invasión de Ucrania para la Unión Europea en el actual orden internacional

Joanen Cunyat

Federico Mayor Zaragoza, que fue presidente de la UNESCO, además de pertenecer a múltiples instituciones nacionales e internacionales, con una trayectoria de reconocido prestigio, preside desde hace más de dos décadas la Fundación Cultura de Paz.

Recientemente ha escrito y cofirmado varios artículos sobre lo que supone la invasión de Ucrania para el actual orden mundial y cuál debe ser el papel de Europa.

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¿Cree que es inocente que se hable de conflicto en vez de invasión?

Creo que existe el delito de silencio y que esto es peor que el silencio. Es decir cosas tendenciosas que no corresponden con la realidad. Ucrania es un objetivo dentro de la expansión en el ámbito de la exURSS. Eso es innegable.

Y luego, hay un problema de gobernanza mundial. Si somos 196 países, ¿por qué esto lo tienen que resolver unos pocos?

Europa se ha callado durante mucho tiempo, sometido a la unanimidad, que es la antítesis de la democracia. Y eso significa que 27 países tienen veto. Necesitamos un multilateralismo democrático.

Esta es una invasión injustificada como lo fue la de Irak. Pero es que aquí, además, hay armas nucleares en juego. En el 86, Gorbachov propuso la eliminación total de armas nucleares pero no se aceptó y ahora estamos antes países con más de 6 mil ojivas nucleares.

‘Si somos 196 países, ¿por qué esto lo tienen que resolver unos pocos?’

Que Putin se entere de que el mundo entero le exige que se vaya de Ucrania. Y cuando eso se consiga, fuera las armas nucleares, y entonces… el multilateralismo en unas Naciones Unidas fuertes que puedan protagonizar procesos de paz. Ahora con el derecho a veto se acaba en seguida el papel de la ONU.

¿Qué opina del papel que está jugando Europa?

Es fundamental que sea Europa la que adopte el papel que le corresponde, el protagonista, y que no sea la OTAN la que tome la palabra. Porque la UE tuvo unos líderes de gran capacidad de convicción que representaban la solidaridad, los Derechos Humanos y la democracia, y esto no puede ser sustituido por una organización militar que preside EEUU.

Es muy importante que Putin sepa que todo el planeta va a ser un clamor popular contra la invasión. Es ya una realidad, desde hace tres décadas, que la gente puede manifestar sus opiniones más allá del ámbito local con igual dignidad para todos los seres humanos. Por eso tenemos que ser los actores de un gran clamor popular.

‘Que Putin se entere de que el mundo entero le exige que se vaya de Ucrania’

La ONU, ese sistema multilateral democrático, es un diseño magnífico, tanto el de Roosevelt como el de Eleanor con la Declaración de 1948. Pero con el veto no ha podido tener el papel que le corresponde: el contexto de la gobernanza mundial, con voto ponderado pero no con veto. Y esto es algo que podemos reclamar. El multilateralismo que siempre han rechazado el partido republicano en EEUU. Los imperios se reducen y de 196 países, gracias a Reagan y Thatcher, pasamos al G6, un grupo plutocrático de gobernanza sobre los rieles del PIB. Después G7, G8, G20… pero siempre está el G1 que es el Partido Republicano.

Putin interviniendo ante la Asamblea General de la ONU (foto de archivo)

Al mismo tiempo que no disminuimos ni un ápice la responsabilidad de Putin en la invasión, debemos aprovechar para dar un volantazo. No nos podemos olvidar que hay guerras que no se han reconducido por el multilateralismo: Irak, Siria, Libia, Yemen… es el deber de memoria, frente al delito de silencio.

La Unión Europea es la que debe tener la palabra, no los sistemas de defensa. Lo primero alto el fuego, y después abordemos el problema de la neutralidad. Ahora bien, primero que pare la locura del señor Putin.

Es importante que el mundo tenga ciudadanos activos y actores. A mí me llamó la atención una cosa que dijo Soledad Gallego, que los medios son armas de distracción masiva, no podemos distraernos. Lo primero, grandes clamores populares para que Putin detenga el ataque a Ucrania, y después un multilateralismo democrático que sustituya al gobierno plutocrático basado en el PIB. Unas Naciones Unidas que sean el marco que evite las armas.

He escrito mucho sobre la cultura de paz, y el origen de esta tendencia a resolver todo por la fuerza, ‘si vis pacem, para bellum’, un poder absoluto masculino, y la razón de la fuerza, y no la fuerza de la razón. Necesitamos el convencimiento de que esto no vuelve a ocurrir, con países con armamento nuclear.

‘Europa no puede ser sustituida por una organización militar’

La Carta de las Naciones Unidas empieza diciendo ‘nosotros los pueblos hemos resuelto evitar a las generaciones venideras el horror de la guerra’, pero ahora es el horror de una guerra atómica y amenazas globales sobre la habitabilidad de la tierra.

Hay que frenar a Putin y a partir de ahí abordar estos problemas.

¿Cree que Europa debería sondear otras posibilidades de diálogo con la mediación de otros países como China o India?

China puede ser un factor muy relevante. Es que esto no es un problema de quienes dependen del gas, es el mundo el que se la juega y el que tiene que clamar contra la invasión. Y si logramos que China o la India sean protagonistas e intervengan, como la Organización para la Unidad Africana, por ejemplo. Lo que no puede ser que esto esté en manos de unos pocos países. Se ha acabado la vía de la fuerza.

El mundo necesita pasar de la razón de la fuerza a la fuerza de la razón, de una cultura de guerra a una cultura de paz.

Que los grandes países ejerzan toda la presión para parar esta situación y después abordar el debate de la neutralidad para mantener la paz en zonas fronterizas, entre unas regiones y otras. Putin debe cesar su agresión sobre Ucrania y a partir de ahí, establecer el multilateralismo democrático.

‘Lo primero alto el fuego, y después abordemos el problema de la neutralidad’

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El papel de Europa

Fragmento del artículo publicado el eldiario.es por Manuel de la Rocha, presidente del Movimiento por la Paz, cofirmado por Francisca Sauquillo (presidenta de Fundipax), Federico Mayor Zaragoza (presidente de Fundación Cultura de Paz), Ana Barrero Tiscar (presidenta de la Asociación Española de Investigación para la Paz), Mercedes de Castro (presidenta de Asociación de Cooperación por la Paz) y José Ángel Ruiz Jiménez (director del Instituto de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Granada).

Josep Borrell, alto representante de la UE

En 1983 Olof Palme, primer ministro sueco, en plena guerra fría y de confrontación entre los bloques militares de la OTAN y el Pacto de Varsovia y con los misiles oponiéndose en el escenario europeo, lanzó la propuesta de la seguridad compartida como solución para evitar la guerra y la amenaza y para eliminar o disminuir la tensión vinculada al conflicto [… ]

[…] la Unión Europea no puede quedar al margen de un conflicto que se produce en territorio europeo y entre dos países que están a las puertas físicas de la Unión. Debe superar las divergencias entre sus miembros y erigirse como la mejor aliada de la paz, siendo protagonista principal en las negociaciones de las partes, capaz de aportar soluciones que faciliten la desescalada del conflicto y no sometiéndose a la estrategia de Estados Unidos y Rusia, de ser estos quienes deciden sobre el futuro de Europa. Los tiempos de imponer intereses geoestratégicos ante amenazas o a través de la fuerza militar deben terminar. Europa y su ciudadanía ya han vivido a lo largo de la historia demasiados conflictos y violencias a través de regímenes totalitarios o dictatoriales. Frente a ello nació la UE, que debe ser capaz de promover y garantizar por todos los medios seguridad a su ciudadanía y a todo el continente. Para ello, es apremiante eliminar la unanimidad para adoptar decisiones, especialmente en los temas más relevantes.

Siguiendo a Palme, consideramos que la mejor prevención de las guerras es impulsar la seguridad compartida. Hace unos día J. Borrell, Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, manifestaba que si Rusia quiere hablar de su seguridad, él cree que hay que hablar de la seguridad de toda Europa, incluida Rusia.

De ahí que un escenario a considerar es el de Ucrania con un estatuto de neutralidad, similar a Finlandia, Suecia o Austria, sin perjuicio de que como país independiente sea soberano para establecer las relaciones y alianzas con quien considere, inclusive entrando en su caso en la Unión Europea, a la vez que se aplican con suficiente flexibilidad los Acuerdos de Minsk de 2015 que garantizan la pertenencia de Donetsk y Lugansk a Ucrania con estatutos especiales.

Desde las organizaciones pacifistas abogamos por el diálogo y la consecución de un acuerdo entre ambas partes lo antes posible. España, inequívocamente, tiene que formar parte de la opción que trabaje por el diálogo y la diplomacia. No cesaremos de repetir que la paz es la única solución: el diálogo, la diplomacia, el objetivo de la paz siempre en el horizonte. No podemos seguir construyendo sociedades inseguras, violentas y desiguales para millones de personas, por lo que debemos seguir enraizando en nuestras sociedades la cultura de paz, comprobado una y mil veces que es la única forma posible que permite a las personas una vida digna y pacífica.

No más guerras en nombre de nacionalismos ni de sueños expansionistas, ni en Europa ni en ningún lugar del mundo. No más violaciones de Derechos Humanos, que es lo único que traen las guerras, que son la constatación del fracaso del ser humano, la victoria del egoísmo de unos pocos, la devastación de los valores más básicos de humanidad. La paz es y será siempre la única solución.