«Las elecciones generales del 20 de noviembre atenuarán el bipartidismo acentuado de las dos últimas legislaturas, según la encuesta de Metroscopia para EL PAÍS. El sondeo expone que la suma del porcentaje de los dos grandes partidos apenas superará el 75%, frente al 83,8% de las elecciones de 2008. Según el sondeo, ese malestar se transformará en una abstención prevista de cinco puntos superior a la de anteriores procesos electorales y en una mayor fragmentación del próximo Congreso de los Diputados»
El estudio, al no estar territorializado, no uede hacer más que suposiciones en la atribución de escaños, y la estimación de voto de formaciones distintas al PSOE y al PP está sujeta a mayor margen de error. Sin embargo, el sondeo permite deducir que Izquierda Unida podría llegar al 6,2% de los votos; es decir, 2,4 puntos más que su resultado de 2008. La cuarta fuerza estatal sería UPyD, con una estimación de voto de 4,4%, frente al 1,2% que logró en 2008, cuando obtuvo un escaño para Rosa Díez. Si se cumpliera esa previsión, el Congreso que saliera del 20-N estaría mucho más fragmentado que el de las últimas legislaturas, con un Grupo Mixto más numeroso que el actual y la posibilidad de que haya al menos un grupo parlamentario más que en la actual. (EL PAÍS) EL CONFIDENCIAL.- El cierre de los mercados mayoristas -donde se financian bancos y cajas de ahorros- le ha abierto una vía de agua al Estado de imprevisibles consecuencias. En un contexto de creciente aversión al riesgo, y con Grecia al pie de los caballos, el sector público ya ha avalado deudas de la banca privada por valor de 88.994 millones de euros. La cifra es, por supuesto, la más alta jamás alcanzada, y lo que pone de manifiesto es que el sector público es ahora quien corre peligro en caso de que las entidades financieras colapsen por un agravamiento de la crisis en los mercados de deuda debido a su enorme exposición a la deuda pública (a medida que sube la rentabilidad, bajan los precios de los bonos). El Estado, a cambio de una comisión, es quien debe correr con las pérdidas en caso impago. EL ECONOMISTA.- Poco después de que el economista Nouriel Roubini haya planteado la posibilidad de una autodestrucción del capitalismo como consecuencia de la globalización y la desaforada intermediación financiera, el asesor económico senior de UBS, George Magnus, ha afirmado esta semana que nos encontramos ante "una crisis del capitalismo que sólo se ve una vez en la vida". En un artículo que recoge la CNBC, Magnus afirma que "el sector privado no tiene más remedio que reducir el apalancamiento, lo que agrava el impacto económico que supone la pérdida de los motores de crecimiento del pasado". En su opinión, "la deserción financiera en el sector público representa un añadido más a la complicada situación económica". Encuesta. El País El 20-N atenuará el bipartidismo de las dos últimas legislaturas F. Garea El malestar ciudadano con los dos grandes partidos tendrá reflejo en el próximo Parlamento; especialmente, el generado contra el PSOE. Las elecciones generales del 20 de noviembre atenuarán el bipartidismo acentuado de las dos últimas legislaturas, según la encuesta de Metroscopia para EL PAÍS. El sondeo expone que la suma del porcentaje de los dos grandes partidos apenas superará el 75%, frente al 83,8% de las elecciones de 2008 y el 80,30% de 2004. También estará por debajo del resultado de 2000, cuando ambos partidos sumaron el 78,68%, y se aproximará al 73,54% de 1996, cuando la agenda política estaba marcada por el final del ciclo de los Gobiernos socialistas de Felipe González. Ahora, siempre según el sondeo, ese malestar se transformará en una abstención prevista de cinco puntos superior a la de anteriores procesos electorales y en una mayor fragmentación del próximo Congreso de los Diputados. El estudio, al no estar territorializado, no puede hacer más que suposiciones en la atribución de escaños, y la estimación de voto de formaciones distintas al PSOE y al PP está sujeta a mayor margen de error. Sin embargo, el sondeo permite deducir que Izquierda Unida podría llegar al 6,2% de los votos; es decir, 2,4 puntos más que su resultado de 2008. La cuarta fuerza estatal sería UPyD, con una estimación de voto de 4,4%, frente al 1,2% que logró en 2008, cuando obtuvo un escaño para Rosa Díez. En ambos casos, ese porcentaje global de voto solo puede transformarse en escaños en circunscripciones en las que esté en juego un número importante de escaños y, además, supere la barrera del 5% de votos que exige la ley electoral para cada provincia. Obviamente, no están incluidos Equo, el proyecto de los ecologistas, ni otras opciones nuevas que aspiran a representación en circunscripciones concretas, como el ex presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, y el partido de Francisco Álvarez Cascos en Asturias. Si se cumpliera esa previsión, el Congreso que saliera del 20-N estaría mucho más fragmentado que el de las últimas legislaturas, con un Grupo Mixto más numeroso que el actual y la posibilidad de que haya al menos un grupo parlamentario más que en la actual. Otra variable será la previsible presencia de Bildu, que, extrapolando los datos de las elecciones municipales y forales de mayo, podría incluso llegar a formar grupo parlamentario propio. CiU y PNV mantienen históricamente una situación estable, con variaciones no superiores a un escaño. De los dos grandes partidos, el que obviamente pierde más votos en favor de esas dos formaciones es el PSOE. Los socialistas perderían votos por su derecha y por su izquierda, con un descenso de 13 puntos con respecto a las elecciones de 2008. El nivel de fidelidad de los votantes del PSOE está en el 52%, frente al 82% que mantiene el PP. Todos los estudios de los últimos meses, incluidos los del Centro de Investigaciones Sociológicas y los de Metroscopia, revelan un aumento sustancial y con escasos precedentes del trasvase de votos del PSOE al PP, reflejado en el elevado porcentaje de votantes socialistas indiferentes ante el triunfo de los populares. Según Metroscopia, el voto en blanco también puede aumentar. EL PAÍS. 12-9-2011 Banca. El Confidencial España juega con fuego en plena tormenta y avala a la banca privada casi 89.000 millones C. Sánchez El cierre de los mercados mayoristas -donde se financian bancos y cajas de ahorros- le ha abierto una vía de agua al Estado de imprevisibles consecuencias. En un contexto de creciente aversión al riesgo, y con Grecia al pie de los caballos, el sector público ya ha avalado deudas de la banca privada por valor de 63.800 millones de euros, pero si se incluyen todas las operaciones emitidas con garantía del Estado, se estaría hablando de 88.994 millones de euros hasta el pasado 31 de julio. La cifra es, por supuesto, la más alta jamás alcanzada, y lo que pone de manifiesto es que el sector público es ahora quien corre peligro en caso de que las entidades financieras colapsen por un agravamiento de la crisis en los mercados de deuda debido a su enorme exposición a la deuda pública (a medida que sube la rentabilidad, bajan los precios de los bonos). El Estado, a cambio de una comisión, es quien debe correr con las pérdidas en caso impago. Los avales concedidos a bancos y cajas representan por el momento el 43,5% de los 146.700 millones que ha comprometido como máximo el Ministerio de Economía ante las autoridades de Bruselas, que deben aprobar las operaciones al tratarse de ayudas de Estado, lo que distorsionaría la libre competencia. La última autorización -quinta prórroga- fue remitida por Bruselas a Madrid el pasado 1 de junio, pero expira el próximo 31 de diciembre. Y nada indica que será la última. Los mercados siguen cerrados y sólo las cámaras de compensación y la suavización del régimen de aportaciones al Fondo de Garantía de Depósitos han permitido aligerar algo la tesorería de las entidades financieras, que sólo pueden cerrar el grifo del crédito para asegurar sus niveles de solvencia. Hasta el momento, sólo las cajas de ahorros y algún banco pequeño han dispuesto de la garantía del Estado, toda vez que las grandes entidades han podido afrontar al temporal sin avales públicos. Para hacerse una idea de las dificultades que tiene la banca para financiarse al margen del Estado, hay que tener en cuenta que representa un crecimiento del 39% respecto de noviembre de 2010, y desde entonces la crisis de deuda soberana no ha hecho más que deteriorarse. España se comprometió ante el comisario <strong style="mso-bidi-font-weight:<br>normal»>Almunia -responsable de Competencia en la Comisión Europea- a presentar durante esta misma semana un informe de evaluación sobre el funcionamiento del régimen de concesión de avales públicos. Y sobre la base de ese informe, Bruselas prolongará la autorización. En su misiva de junio, la Comisión Europea admitía que dado que el objetivo de la medida consiste en ofrecer financiación “a corto y medio plazo” a las entidades de crédito que no pueden obtener fondos en los mercados financieros, o que sólo pueden obtenerlos con márgenes muy altos, se anunciaba que el régimen estará disponible “mientras dure la crisis financiera mundial”. Ventajas para el sector privado La legislación obliga a las entidades financieras a presentar ante el Tesoro Público un Plan de Viabilidad en caso de que las emisiones de una entidad superen los 500 millones de euros y representen más del 5% de sus pasivos totales. La ventaja de este tipo de operaciones para el sector privado, además de la obtención de liquidez, se deriva de que las emisiones avaladas no computan a efectos de recursos propios por riesgo de crédito. Y es que la crisis no da respiro. Lejos de resolverse, se agrava de la mano de las dificultades de Grecia para enderezar su economía. Ayer un portavoz del Gobierno heleno llegó a decir que el país sólo tiene dinero para pagar las nóminas de los empleados públicos y los pensionistas hasta el mes de octubre, lo que también puede interpretarse como una medida de presión para que se desbloquee el sexto pago de ayuda financiera. Un dato ilustra la naturaleza de los problemas. El Banco Central Europeo (BCE) informó ayer que la semana pasada (sin incluir las operaciones efectuadas durante el jueves y el viernes) intervino en los mercados secundarios para adquirir 13.960 millones de euros. Aunque el BCE no explicita el destino del dinero (que será drenado en operaciones de esterilización monetaria para evitar efectos inflacionistas) los mercados daban ayer por seguro que se trata de emisiones soberanas de España e Italia. Como se sabe, el pasado viernes el economista jefe del BCE, el alemán, Jürgen Stark, presentó su dimisión para mostrar su oposición por el programa de compra de bonos. También Axel Weber, ex presidente del Bundesbank (Banco Central de Alemania), dimitió hace unos meses y abandonó la carrera para sustituir a<strong style="mso-bidi-font-weight:<br>normal»> Trichet al frente del BCE. Lo que está fuera de toda duda es que el caso griego vive sus horas decisivas, y aunque ayer todas las autoridades europeas se conjuraron para desmentir un colapso inmediato de la economía helena, lo cierto es que casi nadie lo cree. Algo que explica el ensanchamiento de los diferenciales de los países periféricos respecto de Alemania. En el caso de España, ha vuelto a situarse por encima de los 355 puntos básicos. EL CONFIDENCIAL. 13-9-2011 Opinión. El Economista “El mundo se enfrenta a una crisis histórica del capitalismo” Poco después de que el economista Nouriel Roubini haya planteado la posibilidad de una autodestrucción del capitalismo como consecuencia de la globalización y la desaforada intermediación financiera, el asesor económico senior de UBS, George Magnus, ha afirmado esta semana que nos encontramos ante "una crisis del capitalismo que sólo se ve una vez en la vida". En un artículo que recoge la CNBC, Magnus afirma que "el sector privado no tiene más remedio que reducir el apalancamiento, lo que agrava el impacto económico que supone la pérdida de los motores de crecimiento del pasado". En su opinión, "la deserción financiera en el sector público representa un añadido más a la complicada situación económica". Con un crecimiento que sigue siendo bajo o deprimido desde el último pico que se registró a principios de 2008, Magnus asegura que una nueva recesión o lo que se ha venido a llamar una "doble caída" en realidad no sería más que la continuación de una recesión que comenzó hace tres años, tras el colapso de Lehman Brothers. Por tanto, a juicio de este analista, centrarse sólo en las medidas de austeridad no va a llevar a los países a la estabilidad económica ni a retornar a un crecimiento sostenible. "El problema debe ser considerado más ampliamente, abarcando la capacidad de nuestro sistema para crear empleos y fortalecer la formación de los ingresos", apunta. Bajo el punto de vista de Magnus lo que se necesitan son medidas a corto plazo para apoyar el crecimiento y medidas a largo plazo para reducir el gasto. Pero, en su opinión, pocos gobiernos han logrado equilibrar ambos objetivos. Trastorno de atención del déficit El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha planteado recientemente la primera medida, pero no dispone de la segunda. Por su parte, Reino Unido y otros países tienen el acento al revés. Magnus describe esta condición como un "trastorno de atención del déficit". Las palabras de Magnus van en línea con las pronunciadas a mediados de agosto por el economista Nouriel Roubini, quien se preguntó en un artículo si el capitalismo está condenado a su autodestrucción. Roubini piensa que tanto el modelo estadounidense como el europeo occidental están agotados, y reclama "volver al equilibrio correcto entre los mercados y la provisión de bienes públicos". En este sentido exige estímulos fiscales para crear empleos, inversión en infraestructura, reducción de deudas de los hogares o una mayor disciplina fiscal. "Estamos ante una crisis del capitalismo, porque nuestro modelo económico y la configuración de la política son incapaces de producir un crecimiento sostenible, la formación de un ingreso adecuado o la creación de empleo", asegura Magnus. "Hemos perdido la vivienda, los servicios financieros y los motores de creación de crédito, en un contexto de niveles excesivos de deuda privada y pública, con un sistema financiero disfuncional y unos mercados laborales completamente debilitados". En la medida en que los consumidores no pueden seguir el ritmo de producción de bienes y servicios ya que están reconstruyendo sus balances, Magnus cree que las economías se enfrentan a una crisis de demanda. Con los políticos preocupados por la austeridad, sólo los bancos centrales están siendo vistos como actores creíbles en la lucha contra la recesión, "pero esto no va a funcionar", apunta. Para este analista, la prueba de fuego de la política debe ser su capacidad para la creación de empleo y la adopción de medidas fiscales y de inversión, así como iniciativas en infraestructuras y otras para facilitar el proceso de desapalancamiento de los hogares. Recapitalización de los bancos La primera acción que Magnus cree que hay que llevar a cabo es una recapitzalición del sistema bancario europeo, antes de intentar abordar los principales problemas estructurales. "La unión fiscal es poco probable que sea la solución más adecuada a este problema", de acuerdo con Magnus. Magnus concluye, además, que el sistema del euro no está próximo a romperse, si bien tampoco está asegurada su viabilidad en los términos en que está planteado actualmente. EL ECONOMISTA. 13-9-2011