El bolsillo de los consumidores españoles, electrocutado una vez más. Según Eurostat la factura de la luz en nuestro país -que lleva una década entre las más caras de la UE- alcanzó en la primera mitad su récord histórico.
Leer el último informe de Eurostat (el servicio de estadística de la Unión Europea) da calambre. Constata lo que muchos bolsillos ya han sentido, que la factura de la luz de la primera mitad de este año ha sido la más alta de la historia.
También evidencia que desde 2008, el coste de encender la luz ha subido en España ¡un 70%! La factura que soportan los consumidores domésticos de electricidad en España ha pasado de los 0,1124 euros por kWh en la primera mitad de 2008, primer dato que recopila Eurostat, hasta los 0,1889 euros por kWh a los que ha llegado en el primer semestre de este año.
Es un rampazo más de una larga lista de atracos de las grandes eléctricas. Los españoles sufrimos uno de los precios de la luz más caros de la UE. Solo Irlanda y Bélgica pagan mayores precios absolutos, pero si hacemos la comparativa teniendo en cuenta la paridad de poder adquisitivo, las familias de nuestro país son las segundas en el penoso ranking de bolsillos electrocutados. Solo nos «gana» la República Checa.
A partir de esta noticia, vienen toda una serie de explicaciones -técnicas, meteorológicas o de mercado- de por qué esta factura eléctrica lleva tanto tiempo en unos niveles tan escandalosamente altos. Razones -o excusas- que van desde «el alto coste del CO2», al «mal desempeño de las renovables».
No se sostiene. Estos factores pretendidamente «asépticos» podrían explicar un momento puntual de encarecimiento de la producción eléctrica. Pero ¿una década de atraco a los bolsillos y nos quieren hacer creer que es un proceso sin culpa ni culpables?
Lo cierto es que esas «causas meteorológicas» o «técnicas» no parecen impedir que los grandes monopolios saquen pingües beneficios año tras año. El 2018 (de 2019 no hay aún un cierre contable) fue un gran año para las tres grandes compañías eléctricas del país en su negocio, ya que sus ingresos crecieron casi un 6,7% respecto a los obtenidos en el periodo anterior. En concreto, la renta conjunta de Iberdrola, Endesa y Naturgy se quedó cerca de los 80.000 millones de euros, frente a los 74.627 que obtuvieron en 2017.
Los tribunales han pillado in fraganti a estas empresas, descubriendo las prácticas ilegales -de cártel monopolista- que usan estos gigantes para jugar con la factura de la luz. Pero las multas que reciben son una broma. En 2017, la CNMV condenó a las eléctricas por alterar la producción hidráulica… a 25 millones de euros.
Mientras presumen en sus anuncios publicitarios de ofrecernos energía eléctrica “limpia y renovable”, las grandes eléctricas han mantenido durante años un impuesto al Sol contra el autoconsumo de energía fotovoltaica y la producción por pequeños campos de placas solares. O mantienen que el precio mayorista de la electricidad se marque por lo que cuesta generar la electricidad más cara -la de las térmicas- y no la de la hidroeléctrica o la eólica.
El atraco en la factura de la luz no es nada “meteorológico”, ni “objetivo”. Es un producto directo de la voracidad monopolista y del saqueo que imponen contra el 90%.