“Que vida tan diferente la suya y la nuestra, señor residente”, denunciaba un cantautor latinoamericano, poniendo el dedo en la llaga del indignante abismo social.Podríamos hacer un remake bajo el lema. “que pensión tan diferente la suya y la nuestra,señor Solbes”.Nosotros padecemos míseras pensiones mínimas, y Pedro Solbes va a disfrutar de una escandalosa pensión máxima.Tras abandonar el gobierno y dejar recientemente su escaño como diputado, Pedro Solbes cobrará tres sustanciosas pensiones -con una cuantía media de 20.000 euros mensuales cada una- del erario público, es decir, de nuestros bolsillos.Así, su condición de ex vicepresidente del Gobierno le otorga el derecho a la pensión de indemnización que corresponde a todos los ministros salientes y que tiene una duración máxima de dos años. Esta pensión es compatible con la de diputado en el Congreso y con la de ex comisario europeo (dirigió la cartera de Asuntos Económicos, entre 1999 y 2004).Pero no se acaba aquí el “retiro dorado” de Solbes. A esas tres pensiones se suma, además, su nuevo cargo como presidente de la Junta de Supervisión del Grupo Asesor Europeo sobre Información financiera (EFRAG), el organismo comunitario que orienta a la Comisión Europea en materia de normas contables, que ocupó el pasado 16 de julio. Por ejercer esta función, Solbes tiene derecho a percibir las correspondientes dietas y gastos de viaje. Por si ello fuera poco, (tres pensiones y un cargo retribuido), al igual que otros muchos ex políticos de alto rango, Solbes comenzará su carrera como conferenciante en diversos foros y organismos. Su caché ascenderá a cerca de 60.000 euros por intervención. 120.000 euros de ingresos mínimos mensuales. ¿Comparamos la jubilación de Solbes con las míseras pensiones de la mayoría de españoles, que el mismo Solbes quiere rebajar, arrojados en la vejez al pozo de la pobreza?