Entramos en la tercera semana del juicio del procés. Se ha fijado la atención en los interrogatorios a los acusados o en las declaraciones de testigos estelares como Mariano Rajoy. Pero una noticia difundida por algunos de los principales medios españoles (El Confidencial, El Mundo o El Periódico) nos sitúa ante un marco si cabe más inquietante, pero que sorprendentemente no ha provocado escándalo político alguno.
Según los informes recopilados por la Guardia Civil en el marco de la “Operación Anubis”, impulsada por el juzgado número 13 de Barcelona para investigar la celebración del referéndum del 1-O, un destacado monopolio alemán como T-Systems diseño una estrategia, en colaboración con las élites del procés, para desarrollar las “estructuras de Estado de la Cataluña independiente”. Incluían el censo de catalanes en el extranjero, el formato del DNI de la “república catalana”, una Hacienda y Seguridad Social catalana totalmente independiente de España, o las bases informáticas para que los Mossos d´Esquadra vigilaran la aplicación de las leyes del nuevo Estado independiente o se desarrollara el embrión de los servicios de inteligencia catalanes.
T-Systems no es cualquier empresa alemana. Es la filial tecnológica de Deutsche Telekom, la principal operadora de telecomunicaciones germana, y uno de los grandes emblemas del capitalismo industrial alemán. Y está participada, en un 31,89%, por el Estado alemán, un 14,82% directamente, y otro 17,41% a través el banco público KfW.
Es decir, detrás de esa multinacional que ha dado apoyo y cobertura a los planes de Mas y Puigdemont para desgajar Cataluña de España están los grandes nódulos de la burguesía y el Estado de la primera potencia europea.
El informe elaborado por la Guardia Civil afirma con rotundidad que “no hay lugar a duda de la intencionalidad de T-Systems de participar en el procés”. No es una conclusión basada en valoraciones o especulaciones, sino en hechos irrefutables.
T-Systems ya se encargó de crear el registro de catalanes en el exterior para el referéndum del 9-N, promovido por el gobierno de Artur Mas en 2014. Posteriormente la multinacional germana desarrolló la web del Pacte Nacional pel Referéndum, que lanzó la convocatoria de una consulta independentista en enero de 2017, y la remodeló unos días antes del 1-O, para sortear los intentos de la policía española por clausurarla.
La implicación de T-Systems con las élites del procés, y en contra de España, ha sido completa, y los hechos lo demuestran. Artur Mas fue, incluso después de abandonar su cargo de president de la Generalitat, el muñidor de los contactos de la multinacional alemana con la Generalitat. Y altos cargos de esta empresa mantenían una fluida relación con pesos pesados del gobierno de Puigdemont como Josep Rull, según demuestran los emails interceptados por la Guardia Civil.
La conexión era al más alto nivel. El 30 de junio de 2017 el director general de T-Systems en España, Osmar Polo, declaraba ante un juez, por su implicación en el desarrollo del soporte tecnológico para poder celebrar la consulta soberanista. Pues bien, ese mismo día el presidente mundial del monopolio germano se reunía en Barcelona con Puigdemont y Junqueras, no solo para garantizar la celebración del 1-O, sino para planificar el desarrollo de las futuras “estructuras de Estado de la república catalana”.
El diseño del plan de fragmentación estaba encima de la mesa de T-Systems desde 2015, dos años antes de la celebración del 1-O y la proclamación de a DUI. En el registro de la sede central de la multinacional alemana, la Guardia Civil incautó un informe titulado “Generalitat de Catalnya -Account Plan- Análisis de idearios políticos y posicionamiento institucional”. No era un informe técnico. Se examinaban los planteamientos de los partidos que defendían la independencia unilateral y se diseñaban estrategias para alcanzarla. Fijando el compromiso de T-Systems en proporcionar todo el apoyo posible al desarrollo del nuevo Estado independiente.
Se ha publicado que todo es una cuestión de negocios. La Generalitat de Cataluña es el principal cliente de T-Systems en España, proporcionándoles contratos de varios años de duración por valor de 400 millones de euros.
Pero no todo se reduce a los manejos de una multinacional que, para conservar un jugoso negocio, es capaz de cualquier cosa. El asunto es bastante más grave. Lo que los hechos nos dicen es que los grandes centros de la burguesía y el Estado alemán han alentado y protegido desde hace años a quienes fragmentar España.
La intervención de una potencia extranjera azuzando la división en España -con la intención de debilitarla para dominarla mejor- debería de convertirse en un escándalo político. Y nos ayuda a comprender, mucho mejor incluso que lo que ha ocurrido en la sala del Tribunal Supremo, lo que está en juego en el juicio del procés.