Bajo el ruido atronador de las minas de carbón se escucha el susurro de una canción antigua. Los viejos y nuevos tiempos chocan brutalmente poniendo a prueba al protagonista, pronto a la humanidad entera. Éste es el sonido de La balada del norte.
Madrid, 1933. Tristán Valdivia, periodista sin periódico, editor sin éxito y amante sin ilusión, abandona la capital para volver al norte. Allí le espera su padre, el marqués de Montecorvo. Son tiempos difíciles para el país, inmerso en las convulsiones de la II República, y el viejo aristócrata debe mantenerse a la cabeza de su feudo particular: la Compañía Minera del Noroeste.
Alfonso Zapico, Premio Nacional 2010 con Dublinés, dibuja una realidad que le toca de cerca, recreando con pulso firme unos tiempos convulsos, donde se sitúa la gestación de la Revolución asturiana del 34 como telón de fondo.
Flaco, tímido, provinciano y socialdemócrata, así se define Alfonsó Zapico, ilustrador y autor de comics. Actualmente vive en Francia, donde trabaja en varios proyectos de cómic, ligado a la residencia de artistas la Maison des Auters de Angoulême en la capital europea del cómic
Alfonso Zapico reflexiona sobre temas universales y actuales desde la perspectiva histórica. Después de dibujar las aventuras de Vasco Núñez de Balboa, las de James Joyce -en Dublinés, la Guerra de Crimea o el conflicto árabe-israelí; Alfonso Zapico, nacido en la cuenca minera de Asturias, publica La balada del Norte. Con este nuevo trabajo, el joven autor asturiano dibujala revolución minera de 1934, un acontecimiento clave para entender la historia de Asturias y de España desde entonces hasta nuestros días.
“Lo importante, como en las minas, estaba en el fondo, había que hurgar para extraerlo. Las causas, la vida ordinaria de aquella gente, sus miedos y pasiones(…) Con las huelgas mineras y la marcha de los mineros a Madrid en 2012, ciudadanos de todo el país se sintieron cercanos a su lucha, que era la de muchos. Hace pocos meses se han destapado escándalos de corrupción en el seno del SOMA, el viejo Sindicato Minero. La decepción ha sido insoportable, y ha venido acompañada de la ira y el descrédito. A pesar de todo, creo que sigue existiendo una conciencia colectiva, porque el sindicalismo obrero, que aquí fue una religión laica durante generaciones, pierde sus popes, pero los fieles no pierden la fe” dice.
La revolución de Asturias marcó un verdadero punto de inflexión en la revolución en España. Después del 34 ya nada será igual. La insurrección de Octubre fue la primera respuesta nacional a la reacción fascista. La lección de Asturias fue ante todo una lección de unidad. Con el heroico levantamiento armado se inició el camino de la clase obrera hacia la unidad de acción encabezada por el PCE. A pesar de la derrota y la sangrienta represión perpetrada por las tropas legionarias traídas de África al mando de Franco, el pueblo derrotado resultó ser más fuerte que los vencedores.