Se llenan la boca de palabras como «democracia», «libertad», y «dret a decidir», pero basta con dejarles hablar entre ellos -cuando se sueltan el pelo- para que salga el «demócrata de toda la vida» que llevan dentro.
En una conferencia telemática en el marco de la Universitat Catalana d’Estiu -un encuentro estival que suele desarrollarse en el Rosellón francés- , la presidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Elisenda Paluzie, puso en el blanco de la próxima Diada a lo que ella llamó «rectorados unionistas» en las dos principales universidades públicas catalanas: la Universidad de Barcelona (UB) y la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
De hecho, los actos previstos por la ANC para la próxima Diada incluyen protestas de pequeño formato frente a varias instituciones del Estado en Catalunya, y una de esas sedes será el edificio central de la Universitat de Barcelona (UB)
«En el momento en el que era más necesario, tenemos las dos mayores universidades catalanas, la Universitat de Barcelona y la Universitat Autónoma de Barcelona, están manos de rectorados unionistas. Esta es una lección de lo que no tenemos que permitir», dijo Paluzie.
A este sector ultraidentitario del independentismo no le basta con el asfixiante dominio de las instituciones y organismos públicos, de los medios de comunicación públicos (Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals) o de una infinidad de organizaciones ultrasubvencionadas por la Generalitat, como la propia ANC u Omniúm Cultural.
No «pueden permitir» que la comunidad educativa (profesores, alumnos y PAS) de ambas instituciones hayan elegido democráticamente a equipos rectorales que no les siguen en sus delirios. En ese caso les estorba el derecho a decidir y la autodeterminación universitaria.
Como a los «demócratas de toda la vida» -nombre que en la Transición se arrogaban los que pocos años antes estaban con el régimen- les molesta la autonomía universitaria.