En la primera Escuela sobre el Manifiesto Comunistas comprobamos su “revolucionaria actualidad”, y lo hicimos en dos sentidos. En segundo lugar, el texto del Manifiesto del Partido Comunista, del cual estudiamos el primer capítulo, constituye una guía imprescindible para comprender la esencia del mundo actual. En sus páginas está expresada -de forma sorprendentemente completa, para ser el primer texto donde los comunistas se presentaban públicamente- los fustes principales del marxismo, encabezados por una viga maestra: “toda la historia de las sociedades humanas hasta nuestros días es una historia de lucha de clases”. Explotadores y explotados “empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otras franca y abierta, en una lucha que conduce en cada etapa a la transformación revolucionaria de todo el régimen social o al exterminio de ambas clases beligerantes”.
En el trabajo de estudio de la pasada escuela nos adentramos a desgranar los puntos fuertes del primer capítulo y también establecimos los puntos en los que debía ser actualizado, bien por haber cambiado la realidad (especialmente porque el desarrollo capitalista ha dado lugar a la aparición del capitalismo monopolista de estado que analizó Lenin), o bien porque en textos posteriores y en El Capital, Marx siguió desarrollando el pensamiento originario plasmado en El Manifiesto.
Al capítulo primero que estudiamos en la pasada escuela titulado: “Burgueses y proletarios”, le siguen tres capítulos más: “Proletarios y comunistas”, “Literatura socialista y comunista” y “Actitud de los comunistas respecto a los diferentes partidos de oposición”
Vamos a continuar con su estudio abordando el resto de capítulos que lo componen. El tercero y el cuarto tienen en parte mucha más necesidad de actualización porque se refiere a los partidos socialistas y comunistas de la época, pero el segundo, “Proletarios y comunistas” está dedicado a expresar el programa de los comunistas contestando a los ataques, y sigue siendo de gran actualidad, veamos un ejemplo:
“Se nos ha reprochado a los comunistas el querer abolir la propiedad personalmente adquirida, fruto del trabajo propio, esa propiedad que forma la base de toda libertad, actividad e independencia individual.
¡La propiedad adquirida, fruto del trabajo, del esfuerzo personal! ¿Os referís acaso a la propiedad del pequeño burgués, del pequeño labrador, esa forma de propiedad que ha precedido a la propiedad burguesa? No tenemos que abolirla: el progreso de la industria la ha abolido y está aboliéndola a diario.
¿O tal vez os referís a la propiedad privada burguesa moderna?
¿Es que el trabajo asalariado, el trabajo del proletario, crea propiedad para el proletario? De ninguna manera. Lo que crea es capital, es decir, la propiedad que explota al trabajo asalariado y que no puede acrecentarse sino a condición de producir nuevo trabajo asalariado, para volver a explotarlo. En su forma actual, la propiedad se mueve en el antagonismo entre el capital y el trabajo asalariado. Examinemos los dos términos de este antagonismo.
Ser capitalista no sólo significa ocupar una posición personal en la producción, sino también una posición social. El capital es un producto colectivo; no puede ponerse en movimiento más que por la actividad conjunta de muchos miembros de la sociedad y, en última instancia, sólo por la actividad conjunta de todos los miembros de la sociedad.
El capital no es, pues, una fuerza personal; es una fuerza social.
En consecuencia, si se transforma el capital en propiedad colectiva, perteneciente a todos los miembros de la sociedad, no es la propiedad personal la que se transforma en propiedad social. Sólo cambia el carácter social de la propiedad. Ésta pierde su carácter de clase.”
Para todos los que queremos cambiar el mundo de base, el Manifiesto Comunista es un texto de una rabiosa actualidad. Vamos a estudiarlo para aplicarlo hoy en España. Porque como dice al final El Manifiesto:
Las clases dominantes pueden temblar ante una Revolución Comunista. Los proletarios no tienen con ella nada que perder más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar.
¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAÍSES, UNÍOS!
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• La Escuela será los próximos viernes 20 y sábado 21 de marzo. Son tres clases de dos horas y tiene una matrícula de 6€ por la que se entregará un dossier de estudio. SE REALIZARÁ POR VIDEOCONFERENCIA (Skype)