La cara oculta de Ikea

“Intentan que los trabajadores de Ikea sean menos reivindicativos, para perpetuar unas tristes condiciones de trabajo”

La política de despidos en diferentes centros del país de la multinacional sueca IKEA sigue un mismo patrón: librarse de los trabajadores más antiguos, reivindicativos y sindicados, para poder moldear una plantilla más precaria. Nos lo cuentan Lucia Cabeza, Silvia Guillén, Ana Zapata y David Ojeda, portavoces de la sección sindical del SOA en Ikea Zaragoza.

En los últimos meses, la multinacional sueca Ikea ha llevado a cabo prácticas que nos recuerdan al siglo pasado: despidos de trabajadores y trabajadoras de larga trayectoria, contratación de jóvenes en precario, represión sindical…

Hablamos con Lucia Cabeza, Silvia Guillén, Ana Zapata y David Ojeda, portavoces de la sección sindical del SOA en Ikea Zaragoza.

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La reciente oleada de despidos en Ikea ha afectado, en particular, a trabajadores con más de 20 años de antigüedad, principalmente además a mujeres. Desde el SOA, ¿qué explicación creen que hay detrás de esta medida empresarial? ¿Crees que Ikea está buscando un cambio de modelo laboral en España, eliminando progresivamente a los trabajadores con más derechos adquiridos?

Nuestra percepción de la situación es que ha habido un cambio de modelo en cuanto al perfil de trabajador en IKEA. Todo el cambio no solo se está efectuando a través de despidos, sino que también hay mucha renuncia debido a las condiciones de trabajo en la empresa. Ves el perfil de las personas que están contratando desde los últimos dos años y ves que se tiende a contratar a gente muy joven. Parece que lo que quieren es tener personas jóvenes 2-3 años trabajando en la tienda, mientras acaban sus estudios, se vayan y entren otras del mismo tipo y repetir el ciclo. Porque cuando tienes una plantilla con muchísima más antigüedad, más asentada, con más horas de contrato -ahora trabajadores de jornada completa somos la minoría-, solemos ser los más reivindicativos. Una persona joven con 6-12 horas de trabajo, se aprovechan de su inexperiencia y lo ven como algo temporal. Con este modelo intentan que los trabajadores sean menos reivindicativos, perpetuar unas condiciones de trabajo tristes. Otra cosa que nos ha llamado la atención es que desde el comité de empresa hemos preguntado sobre que plan tienen de relevo generacional, y no lo tienen. Parece que cuentan con que los trabajadores no van a llegar a jubilarse en la empresa.


Parece como si Ikea se quisiera quitar de en medio a trabajadores y trabajadoras más combativos y organizados, hacer una «limpia» de plantilla para renovarla con nuevos empleados más precarios y dúctiles, ¿no?

Totalmente. De hecho esto no es nuevo, en Febrero de 2023 convocamos una huelga porque ya se veían venir las intenciones y era necesario dar una respuesta. Denunciamos que se estaban haciendo contratos de muy pocas horas, este es el problema de base. Porque están estos contratos pero la realidad es que está gente hace muchísimas mas horas, en base a “horas complementarias”. Con esto tienen a la plantilla a sus expensas, a parte de que se han dado casos de gente que llevan 3 años trabajando en la empresa y en la seguridad social solo le consta un año.

Estamos haciendo un frente común con otros centros de Ikea para hacer movilizaciones a nivel nacional.



Uno de los aspectos más preocupantes de este conflicto es la supuesta represión sindical que se ha intensificado. ¿Podrías hablarnos más sobre cómo afecta esto a los representantes sindicales?

Concentración del sindicato SOA en las puertas del centro de Ikea en Zaragoza

En nuestro caso, y teniendo en cuenta que convocamos una huelga en el centro de trabajo, la situación no es para nada cómoda. De hecho, el desarrollo personal y laboral, de muchos de los que participamos en esa huelga se vio frenado. La huelga fue secundada mayoritariamente por el departamento de restaurante, que les obligamos a negociar aunque ellos lo nieguen. Y tomaron como represalia dar una carga de trabajo que a muchos de los que participaron tuvieron secuelas tanto físicas como mentales.Y es una cosa que va a peor, en los últimos años las encuestas de clima laboral del departamento tiene todos los factores en rojo (negativo). Ante esta situación se nos “invita” a abandonar la empresa si no estamos contentos. Nos preocupa este ambiente que ha generado que ha provocado muchas denuncias.



¿Qué medidas están tomando desde el SOA y otros sindicatos para hacer frente a esta situación?

A nivel de tienda a parte de pedir bastantes reuniones diversos de tienda como de recursos humanos para intentar mover la situación, sin ninguna respuesta por su parte. A raíz de los despidos masivos que se hizo en Alcorcón y el proceso sancionador que iniciaron hicimos un frente común con ellos, con Málaga y País Vasco para hacer movilizaciones a nivel nacional. Hemos intentado unir fuerzas para ir todos en la misma linea para que la gente vea la verdadera cara de Ikea, que la gente conozca lo que está pasando.

Se ha llegado a un punto donde hacer un sano debate dentro de una empresa como Ikea es inviable.


Parece que ahora mismo tenemos dos grandes problemas: por un lado, seguimos sufriendo efectos de la reforma laboral, que sigue siendo una sangría por los trabajadores, por otro lado tenemos una ley mordaza que reprime duramente los intentos de protestar ante esta situación. ¿Consideras que para que la situación de los trabajadores mejores pasa por derogar tanto la reforma laboral como la ley mordaza?

Pues sí, cuando tu observas que estamos pidiendo cosas tan básicas y de tan sentido común y a ellos les genera tanto malestar. Cuando tu ves que estas acciones sindicales, que actuamos dentro de la legalidad, y la empresa toma represalias. Se ha llegado a un punto que hacer un sano debate dentro de una empresa es inviable. Estamos en un punto donde hay muchas cosas que cambiar.


Para finalizar, ¿qué mensaje enviarías a los trabajadores de Ikea que puedan estar preocupados por su futuro en la empresa?

Si no empezamos a levantarnos van a pensarse que son gente sumisa y van a seguir pisoteandonos. Eso no podemos permitirlo