El presidente ucraniano en la boca del lobo

Humillación imperialista en la Casa Blanca

La Casa Blanca escenifica una humillación pública a Volodimir Zelenski, a Ucrania y a los ucranianos, delante de unas cámaras que han grabado cada detalle, retransmitiéndolo en streaming para que lo vea todo el planeta. Una escena que nos muestra -sin filtros ni maquillajes- la podredumbre moral del hegemonismo norteamericano.

Tras semanas de tiras y aflojas entre Kiev y Washington sobre las condiciones para que Ucrania se siente a negociar la «paz imperialista» que Trump y Putin habían diseñado en Arabia Saudí, el presidente ucraniano acudía a la Casa Blanca para discutir sobre las garantías de seguridad de su país ante la potencia invasora, y sobre el precio que pone EEUU, un «acuerdo de cooperación sobre recursos minerales» que implica que Ucrania entregue a las corporaciones norteamericanas el derecho de explotación de sus tierras raras, unos recursos por valor de medio billón de dólares, que cuadruplican el montante total (cerca de 120.000 millones de dólares) de toda la ayuda militar recibida de Kiev por parte del Pentágono.

Desde la llegada del presidente ucraniano a la Casa Blanca, la escena fue la de una emboscada, la de una humillación diseñada al milímetro. Cuando Zelenski salió del coche oficial para estrechar la mano de Trump, este le espetó, refiriéndose con sorna al atuendo de verde militar que el presidente ucraniano lleva desde el inicio de la invasión: “Vaya, mira, hoy estás muy elegante».

Pero fue en el Despacho Oval, una verdadera boca del lobo llena de cámaras, donde el premier ucranio se vio rodeado de enemigos que buscaban abrumarle y humillarle.

Una bronca discusión en la que el líder ucraniano trató de mantener la dignidad de un país que lleva tres años resistiendo una brutal invasión imperialista por parte de la Rusia de Putin, soportando la muerte y el frío, el bombardeo de sus ciudades e incontables crímenes de guerra, ante un Donald Trump y un JD Vance que le abroncaron entre gritos y comentarios hirientes.

“Estás jugando con la tercera guerra mundial”, dijo Trump, acusando de nuevo al presidente ucraniano de haber provocado la guerra, borrando la única responsabilidad del agresor. “O llegas a un acuerdo, o nosotros nos vamos”, ha declarado el presidente estadounidense. “Y si nos vamos, se van a quedar solos luchando, y no va a ser nada bonito. Se van a quedar luchando, y no tienen con qué”.

La hostilidad y el ánimo degradatorio se pude percibir hasta en el lenguaje gestual, con un Trump con el dedo levantado expresando acusación, amenaza y dictado: «harás lo que yo te diga, ciudado conmigo»

Al acabar la tensa reunión, en la que hubo momentos en los que parecían que iban a llegar a las manos o en la que Zelenski se iba a levantar e irse, y ante una embajadora ucraniana en EEUU se echaba las manos a la cabeza, la delegación de Kiev fue conducida a una habitación aparte, en la que el secretario de Estado, Marco Rubio, les dijo que tenían que abandonar la Casa Blanca. Lo nunca visto.

Sin embargo, el presidente ucraniano no ha bajado la cabeza ni ha aceptado la encerrona. También delante de todo el planeta, Zelenski ha dicho «no» al chantaje de Trump.