«La sátira política en tiempos tan nefastos como estos debería ser recetada por los médicos. Es necesaria para la salud mental»
Las críticas de Javier Gallego a las políticas del Gobierno y una línea editorial demasiado independiente fueron razones suficientes para que la dirección de Radio3 cancelase su programa. Pocos son los que ponen blanco sobre negro, porque Carne Cruda es una carnicería radiofónica, un programa libre que a pesar de haberse emitido durante tiempo en una cadena pública ha criticado la política de recortes del PP y del PSOE sin hipotecarse con nadie y colocando un programa de una emisora minoritaria en trending topic en Twitter.
Te has referido a Carne Cruda como “cine para ciegos”. ¿Podrías explicarlo?
”Cine para ciegos” es un sonido muy poderoso, complejo y completo como el sonido cinematográfico. En Carne Cruda hemos intentado ir a contracorriente en los contenidos pero también explorar nuevas vías de tratamiento sonoro y estético. Esto es así porque mi primera formación radiofónica fueron los radio dramas. En mi primera etapa en Radio3 tenía un programa semanal de ficción y nos dedicábamos a la experimentación sonora, al sketch, el cuento… Trabajábamos mucho con el sonido y la estética radiofónica que es muy rica y a la vez muy sencilla de hacer.
La radio es muy sencilla porque solo tienes tres elementos: la palabra, el sonido y el silencio, pero además hoy tenemos herramientas muy potentes para trabajar el sonido. Como la radio es un medio ciego buscamos más la sugerencia y la potencialidad del sonido. A pesar de ser un programa diario hemos intentado en Carne Cruda vestir las entrevistas, crear ambientes componiendo una banda sonora para cada programa. Siempre me he imaginado el programa como un relato, todos los temas tienen algún tipo de unión como una sucesión de cuentos que están relacionados y forman un todo. A través de la música, las canciones y los efectos busco un sentido de unidad para que cuando tú entres en el relato te resulte muy difícil salir. Igual que el novelista que trata de agarrar al lector hasta la última página nosotros en la medida de nuestras posibilidades hemos intentado buscar eso. «La radio es un medio muy cercano a la locura»
La radio desgraciadamente desaprovecha mucho esas posibilidades expresivas que tiene. En mis clases de realización radiofónica en la universidad siempre he insistido mucho en recuperar la potencia sonora de la radio. Se potencia mucho en la radio la cercanía, la familiaridad o la compañía pero no tanto las capacidades expresivas de la radio que yo siempre he reivindicado
Hoy la televisión copia el formato radiofónico de la tertulia y al revés, programas de radio son televisados.
La televisión que está copiando a la radio es mala televisión. La televisión es hoy radio televisada. La tertulia es efectivamente un género profundamente radiofónico. Los debates en la televisión cambian de plano rápidamente o insertan colas, imágenes que hacen referencia al tema sobre el que se está hablando, para intentar reconvertir de alguna manera al lenguaje audiovisual un formato que es más radiofónico. La tertulia es un género que me interesa pero hay una proliferación en radio muy cansina.
Y ahora se presenta como una gran innovación los programas de radio televisados.
Yo respeto mucho a los compañeros que lo hacen pero eso no es radio. La radio es el medio de la imaginación. La esencia de la radio es que no se vea; esa es la magia aunque suene a tópico. Tienes que imaginarte como son las voces que te están hablando y no ver la tramoya. La radio es un medio muy cercano a la locura. De hecho yo tenía un programa en la radio que se llamaba Oigo voces y es que la radio penetra en la materia gris, es un medio muy parecido a la esquizofrenia, controlada afortunadamente (…)
Es verdad que ahora hay muchísimas tertulias y debates en televisión y radio pero un formato de sátira política como Carne Cruda es una rareza.
La sátira política en tiempos tan nefastos como estos debería ser recetada por los médicos. Es necesaria para la salud mental porque no hay manera mejor de hacer terapia colectiva. Es también una forma de atacar al poder de una manera menos controlable. Con el humor y la sátira puedes dar un rodeo para golpear. Hay cosas que no se pueden decir si no es desde el humor porque podrían ser objeto de una demanda. La sátira política es la manera de decir las cosas sin que te lleven a la cárcel. «Hay una toma de conciencia por un periodismo más crítico y sano»
Cerca de 9.000 periodistas han perdido su trabajo. ¿Cómo se vive esa situación desde dentro?
La situación del periodismo en este momento es tan dramática como la que está viviendo el resto de la sociedad en cuanto a falta de perspectivas, precariedad laboral, despidos masivos… Los ERES en todas las cadenas contribuyen a que haya mucho miedo y recelo a la hora de informar de ciertos temas. Los que tenemos la suerte de mantener el trabajo lo vivimos con mucha preocupación. Trabajamos muchas veces en condiciones muy precarias pero también es verdad que esta situación está llevando a muchos periodistas a impulsar nuevas plataformas y a hacerse dueños de su trabajo. Estamos viviendo un momento de cambio y de duda pero también de oportunidad. Hay una toma de conciencia por un periodismo más crítico y sano.
¿Cómo afecta la revolución de las nuevas tecnologías a la radio?
La radio es la primera red social. Es un medio muy interactivo con el oyente. Antes te comunicabas con los oyentes por teléfono o por carta y ahora a través de las redes sociales. La radio además se puede beneficiar de la inmediatez de la red social porque es de todos el medio más inmediato. El periódico se publica al día siguiente y la televisión tiene que mover todo un equipo de cámaras y periodistas; sin embargo en la radio nos basta con un telefonazo. Por esa razón no se siente tan amenazada por la revolución digital a diferencia de la prensa o la televisión. La radio suele renovarse con bastante celeridad y se adapta bien a los tiempos. De hecho la radio por podcast es uno de los fenómenos que mejor está funcionando. Ahora puedes bajarte en tu móvil el programa que te gusta y escucharlo en el momento que quieras. Es un formato que se adapta muy bien a Internet.
Has trabajado como guionista en Caiga quien caiga. ¿Qué te aporta la radio frente a la televisión?
La radio aporta una mayor verdad, sinceridad y naturalidad en los contenidos. En la radio hay poca mentira porque el proceso de la idea a la realización de esta es muy corto y hay muy poca manipulación o tergiversación de la idea original. La radio es un medio que se puede hacer entre muy pocas personas y es muy artesanal por el contrario en la televisión de la idea a la efectiva realización de esta la idea original pasa por tantas manos que acaba muy manoseada. De ahí esos productos audiovisuales tan absurdos e inconexos. «Se pueden hacer programas de gran calidad y tener audiencia»
Mi experiencia en televisión fue muy frustrante. En televisión hay programas buenísimos como Caiga quien Caiga o Salvados pero resulta muy difícil mantener la autenticidad del planteamiento original. Es difícil por lo que ya he dicho pero también por el peso de la medición de audiencias sobre la televisión. Es un peso que es esclavo e insoportable. Compararte minuto a minuto con los resultados de audiencia de otras cadenas y empezar a elucubrar no funciona en absoluto.
La medición de audiencias la realiza una única empresa y no hay manera de contrastar esos datos.
Eso es cierto y podría haber una medición exterior para medir cuán fiable es. En cualquier caso esos son los datos que se tienen. Pero en mi opinión el error principal es ir a por la audiencia en vez de seguir tu propio criterio. Programas como Salvados o el Intermedio como otros tantos buenos programas lo han demostrado. Por ejemplo el telediario de TVE dirigido por Franc Llorente ha sido elegido el mejor telediario del mundo. Se puede hacer buen periodismo y tener audiencia. He participado en programas que se les ha dado la vuelta como un guante intentando seguir lo que aparentemente decían las audiencias y no han funcionado.
Carne Cruda por ejemplo empezó como un programa muy minoritario y llego a ser “trending topic.”
En todo trabajo es importante la insistencia y la perseverancia y Carne Cruda es un ejemplo de ello. Empezó como un programa muy pequeño y por mantenerse fiel a una idea frente a influencias que intentaban torcer el programa en otra dirección ahí está. Se pueden hacer programas de gran calidad y tener audiencia. Pero hay que persistir y dejar que el programa respire pero sobre todo hay que dejar los contenidos en manos de quienes tienen criterio periodístico, no en manos de personas que venden lo mismo tornillos que programas de televisión.
¿No habéis demostrado que se puede hacer un programa interesante y tener audiencia a la vez?
Existe una minoría ruidosa que quiere una cultura de calidad y selecta. Es una audiencia capaz de meterse hasta el tuétano en discursos culturales y sociales más sofisticados. Precisamente el planteamiento de Carne Cruda era hacer accesible la contracultura o la cultura más vanguardista.
Yo no digo que la música que se escucha en Radio3 sea mayoritaria pero sí creo que tiene un público mayor del que ahora mismo alcanza. Y eso se demuestra en los festivales de música. La música que se picha en Radio3 está llenando festivales en toda España. El público quiere buenos contenidos y hay que saber vendérselos y sobre todo hay que darle espacios. El problema es que apenas hay huecos para una cultura de calidad. Estamos ahogados en una gigantesca montaña de basura y de esa manera se justifica que la sociedad sea inculta y demande sólo contenidos de batalla; y eso no es cierto.