El exabrupto no es de ella, sino del mismísimo presidente. Pero Hilary Clinton se lo devuelve y lo estrella en su cara. Todo un tortazo que fulmina la política exterior de Obama. Con ello, y con las palabras más claras hasta la fecha sobre qué va a hacer en el futuro inmediato, la ex secretaria de Estado da un paso más hacia su candidatura a la presidencia de EEUU en 2016.
En una larga entrevista con Jeffrey Goldberg para la revista The Atlantic, Clinton pone de vuelta y media la indefinición y buenismo del presidente en política exterior. Su reticencia a intervenir, su timidez y dudas permanentes que conducen a la inacción. Sus “fallos”, como el de no haber dado armas a los rebeldes Siria, lo que ha originado según ella el ISIS o Estado Islámico yihadista entre ese país e Irak. Y mucho más.
Como lo siguiente: “Las grandes naciones necesitan principios organizativos, y ‘no cometer estupideces’ no es un principio de organización”. Es una respuesta directa a una pregunta concreta de Goldberg en relación con la expresión que ha estado filtrando la Casa Blanca desde el pasado febrero en bastantes ocasiones sobre la definición que hace Obama de su objetivo minimalista para los dos años que le quedan al frente de EEUU: “Don’t do stupid stuff”, no cometer estupideces.
Pero dado el proverbial recato de la prensa norteamericana, siempre se ha añadido que la auténtica frase original del presidente es “más picante”. La frase auténtica, que cita Goldberg con todas sus letras precisamente en su pregunta a Hillary, es “don’t do stupid shit”. Traducciones varias: “No la cagues”, “no cagarla”, “no hacer cagadas”, “no cometer estúpidas cagadas”. El aspecto escatológico queda claro.
Si este pasado fin de semana ha sido Obama el que perfilaba su visión del mundo en una entrevista a The New York Times (ver en Archivo artículo anterior de esta sección), ahora es Hillary la que da la suya. Es justo la contraria, más echada para adelante.. Probablemente su entrevista es anterior, pero ambos se tienen bien conocidos. De sobra. Ella ya dijo poco antes de dejar su puesto en la Administración que no podía seguir con un presidente “que no sabe decidir si hoy es martes o miércoles”.
Frente al voluntarismo de Obama, Hillary apuesta por un camino intermedio entre la inacción y el belicismo de George Bush. No quiere que se vea que EEUU se desentiende del mundo, sobre todo en un momento en que hay marejada: Oriente Medio, Ucrania, Extremo Oriente con las ansias hegemonistas de China con sus disputas de islas y aguas con Japón y Corea del Sur… Entre otras cosas, y como demostró durante sus años al frente de la diplomacia norteamericana, se muestra absolutamente al lado de Israel frente a Hamás, “que fue el que empezó a empotrar lanzamisiles y entradas a túneles en áreas civiles y el que tiene que cargar con la responsabilidad”
Más críticas indirectas, con reconocimiento del pasado de Washington como líder del llamado mundo libre, con sus pecados y sus éxitos: ‘Hicimos un buen trabajo de contención con la Unión Soviética, pero cometimos muchos errores y apoyamos a gente realmente impresentable; hicimos algunas cosas de las que no nos debemos sentir particularmente orgullosos, desde América Latina hasta el Sudeste Asiático, pero teníamos una suerte de marco global de lo que queríamos hacer y que llevó a la derrota de la URSS y al colapso del comunismo. Ese era nuestro objetivo y lo conseguimos”.
Así es como lo ve Hillary, con una referencia a la famosa teoría de Francis Fukuyama: “El gran error fue pensar que, vale, que ha llegado el fin de la historia tras la caída de la URSS. Eso nunca fue verdad: la historia nunca termina y los nacionalismos iban a reafirmarse, y también otras variaciones sobre ideologías que iban a reivindicar su sitio. Obviamente, el Islam yihadista es el máximo ejemplo, por no el único: el esfuerzo de Putin por restaurar su visión de la grandeza de Rusia es otro. En el mundo en que vivimos hoy día, los vacíos los llenan actores bastante desagradables”.
¿Y ahora, cuál debe ser esa “estrategia global” en política exterior? Aquí lo tiene meridianamente claro: los dos grandes peligros hoy son el terrorismo del islamismo radical y las ansias de Rusia de reconquistar su plaza de superpotencia. Y EEUU debe volver a liderar al mundo libre con “contención, disuasión y derrota” del enemigo, pero siempre con un uso de “poder inteligente”. Y añade: “Así es como lo siento. Quizás estoy chapada a la antigua”.
Aquí es donde Goldberg hace hincapié en la Hillary candidata: “Y entonces, Clinton pareció dar una señal de que sí, de verdad, está pensando en ser candidata a la presidencia: “Vale, siento como que podría ser una idea trasnochada, pero estoy a punto de comprobarlo, en más de una manera”.