Entrevista a Vicente Larraga (Segunda parte)

“Hay que poner la investigación a disposición de toda la sociedad”

Hemos conversado sobre política científica con Vicente Larraga, profesor de investigación en el CSIC y que dirige el grupo de parasitología molecular en el Centro de Investigaciones Biológicas. Larraga nada más salir Pedro Sánchez como nuevo presidente del Gobierno firmó una carta con una serie de exigencias dirigida al nuevo presidente junto con otros dos investigadores de prestigio, Jesús Ávila y Mariano Barbacid.

En la primera parte publicada de esta entrevista, Larraga daba la bienvenida a la existencia misma de un Ministerio de la Ciencia y al nuevo ministro Pedro Duque. Por otra parte alertaba de la burocracia asfixiante. En esta segunda parte discutimos sobre si parte del presupuesto para la ciencia se utiliza para fines militares y si por el contrario lo que se podría hacer es utilizar parte del presupuesto de ºdefensa para cuestiones científicas entre otras cosas.

Hay diferentes asociaciones que han denunciado que de los presupuestos para la ciencia una parte considerable se utiliza para gastos militares encubiertos. ¿Cuál es su valoración al respecto?

Eso era así, ahora no lo sigo tanto. Hay que deslindar lo que es investigación de doble uso que es militar y civil, pero es investigación y lo que es simple compra de material. La compra de material sirve para disimular los presupuestos de investigación. Eso lo hacía mucho el Gobierno de Aznar.Se pueden desarrollar equipos de doble uso militar y civil, pero se pueden desarrollar en España o se pueden desarrollar en parte. Lo que no se puede hacer es comprarle a otro un arma, porque dependes del otro para todo, mientras que si tú desarrollas el arma no. Cuando hablo de arma puede ser un submarino, una fragata o un avión.

Los desarrollos son útiles en general. Se están desarrollando unos submarinos con motores que emiten el 10% de las emisiones dañinas que un motor normal. Eso es muy útil no solo para los submarinos sino para toda la sociedad. Considero que no hay que ser demasiado rígido a la hora de hablar de investigación militar o civil, porque es muy difícil deslindar. A todos nos interesa que haya motores de ese tipo. Si no se desarrolla desde un punto de vista civil, pero lo van a desarrollar para una cuestión militar, yo personalmente lo acepto, porque supone también un progreso. Luego comprar tanques con el dinero asignado a los presupuestos de investigación me parece algo completamente impresentable. Son dos cosas completamente distintas.

Quizás se podría hacer al revés, es decir coger dinero que está asignado a defensa y utilizarlo para investigación, ¿no? Para cuestiones de catástrofes humanitarias y para cuestiones que usted mismo investiga: epidemias, parasitología son cuestiones de salud y también de defensa…

Sin duda. Yo además trabajo en una especialidad pequeña. Trabajamos fundamentalmente para los pobres. Cosas que se desarrollan para cualquier tipo de enfermedad tienen una utilidad general. En nuestro caso las poblaciones más afectadas son poblaciones de personas pobres: de África, América del Sur. Hay que considerar que nadie está seguro de nada, de ninguna enfermedad. En Europa desde hace ya 3 años, están reapareciendo enfermedades que se habían hecho desaparecer hace 50, por ejemplo la esquistosomiasis, que es una enfermedad que normalmente afecta a poblaciones pobres y sin embargo ya no. Ha reaparecido en Córcega. Por lo tanto las personas que van a Córcega de vacaciones se pueden encontrar con esquistosomiasis que no había desde hace 60 años. En contra de lo que parece no se puede poner puertas a las enfermedades. Hay personas que están contaminadas que cruzan las fronteras. Si usted sigue teniendo el mecanismo de reinfección puede volver a tener la enfermedad. Por lo tanto aun desde el punto de vista egoísta nos interesa combatir la enfermedad de un modo global para que así no tengamos el peligro de la reinfección.

¿Podría explicarnos más en concreto sus líneas de investigación?

Nosotros trabajamos en parasitología molecular. Las enfermedades parasitarias siempre han estado ahí. Por alguna razón la sociedad piensa que esas enfermedades son de pobres y que a ellos no les afectan, pero no es cierto. La lucha contra esas enfermedades sigue siendo importante, pero los medios que tenemos ahora son mucho más importantes. Nosotros tenemos dos líneas que están entrelazadas. Trabajamos con un parásito que para nosotros tiene una ventaja y es que tiene unas fases en que no es infectivo y otras en que sí lo es. Utilizamos una tecnología y una ciencia que es la expresión génica. Para hacer una infección el parásito se arma para entrar en su huésped. Entonces lo que hacemos es comparar aquellos parásitos que no son infectivos con aquellos que sí lo son para ver qué diferencias existen, cuál es el mecanismo que utiliza para infectar y cuando descubrimos algún gen, alguna proteína que está codificada por algún gen que está relacionada con la infección, intentamos bloquearla para ver si conseguimos una diana para un fármaco o una vacuna. Ya tenemos alguna vacuna por ejemplo frente a la leishmaniasis que está funcionando en el campo.

Cambiando a otro tema, hay una propuesta suya en la que subrayaba que no era necesario buscar para la ciencia española tanto los científicos de gran renombre, sino los científicos medios que podrían crear un tejido interesante para el país.

Sin duda. Existe la tentación de favorecer a nuestros grandes científicos. No tenemos muchos, pero algunos tenemos. Se puede tratar de atraer a grandes figuras, pero desde el punto de vista práctico, lo más útil, es atraer a la ¨clase media¨. Clase media no significa que sean científicos medios. Son científicos muy buenos, que publican en revistas muy buenas, pero no están en áreas digamos de moda. Por ejemplo considere a alguien que trabaja en inmunoterapia de cáncer y a otro investigador que trabaja en mi campo que es un área muy pequeña. No se puede comparar. Yo pertenecería a la clase media y el de la inmunoterapia de cáncer a la ¨clase alta¨. No solo interviene que publiques en revistas muy buenas y que a nivel internacional seas reconocido como un buen científico. Hay más cosas que influyen en que seas considerado como de clase media. En cualquier caso la clase media es esencial. Sin clase media no hay clase alta. Eso lo saben todos los países del mundo. Traer muy buenos profesionales aunque no sean de relumbrón y que trabajen aquí sin problemas y dándoles financiación y facilidades es la única manera de convertir nuestro sistema en un sistema importante. También se puede traer a científicos de relumbrón, o a la vez, pero sin clase media, no existe tejido científico en ningún país, no existe ninguna posibilidad hacia un sistema sólido.

¿Cómo podemos conseguir que la investigación esté al servicio del pueblo? Por ejemplo lo que usted investiga probablemente no interesa excesivamente a las farmacéuticas, pero sí le interesa a la humanidad…

Eso es un problema muy serio y que no tiene resuelto nadie. La investigación debe estar a disposición de la sociedad. Luego en algunos casos las industrias farmacéuticas, algunas no son tan malas como la fama que tienen. Tampoco es que sean hermanitas de la caridad, pero tan malas no. Lo que hay que hacer es poner la investigación a disposición de toda la sociedad y que los conocimientos se trasladen. Por ejemplo en España hay algunas empresas, pocas, pero las hay, que son pequeñas o medianas que se esfuerzan en hacer vacunas y lo están haciendo muy bien. Por no poner un caso nuestro, por ejemplo en septiembre comienza en Sudáfrica una prueba de vacuna de nivel 2A. El nivel 2A es cuando uno empieza a hacer ya las pruebas con personas en el campo. Eso lo está haciendo una empresa española con un laboratorio de la Universidad de Zaragoza. Absolutamente desconocido, no lo sabe nadie, pero está pasando. Quiero decir que si uno pone los conocimientos que genera a disposición de la sociedad, alguien de la sociedad generalmente los capta. No es una situación tan desesperanzada.