Vicente Larraga es licenciado en Medicina y Cirugía y doctor en Biología. Profesor de Investigación en el CSIC y dirige el grupo de parasitología molecular en el Centro de Investigaciones Biológicas. Autor de más de un centenar de publicaciones en libros y revistas internacionales. Recientemente ha publicado varios trabajos sobre genómica en parásitos.
Ha publicado recientemente una carta con otros dos investigadores de prestigio, Jesús Ávila y Mariano Barbacid dirigida a Pedro Sánchez diciendo que son conscientes que hay un montón de cuestiones urgentes que el nuevo gobierno tiene que hacer, pero que consideran que una de esas cuestiones urgentes era establecer un ministerio de ciencia que sea independiente del ministerio de hacienda. Eso de entrada se ha conseguido. ¿Cómo valora esta cuestión y la elección de Pedro Duque?
Muy positivo. Que haya un ministerio es importante porque este es un país en el que si no se ven las cosas, no se las considera. Si hay un ministerio, se habla constantemente de ciencia y eso es fundamental. Pedro Duque es un investigador e ingeniero. Ha realizado acciones importantes, no sólo ser astronauta. Trabajaba en la agencia espacial europea y estaba en contacto directo con un tipo de ciencia muy interesante. Que haya un ministro que sepa de su competencia es una muy buena cosa, porque cuando estabamos con el ministerio de economía el ministro no sabía absolutamente nada de ciencia. La secretaria de estado que también formaba parte del gobierno que se ocupaba de ciencia y tecnología es la primera secretaria que yo recuerde que no tiene el título de doctor. Al gobierno le daba lo mismo la ciencia. Tenía que haber algo de ciencia para de alguna forma recoger las instituciones que hay, pero en ningún momento el planteamiento era utilizar la ciencia como una herramienta de progreso.
Otra de las cosas que pedían en la carta era la cuestión urgente de eliminar la burocracia asfixiante. De hecho recientemente ha salido el dato que sólo el 30% de los presupuestos se ha podido ejecutar. Osea que sin variar los presupuestos se podría triplicar el gasto en investigación si se eliminan las barreras burocráticas, ¿no?
Prácticamente. Esto ha formado parte de una estrategia en contra de lo que mucha gente piensa. Hemos sido una coartada perfecta para el ministerio de hacienda. El ministerio estaba interesado en reducir el déficit, lo cual en principio está muy bien. Lo que hace es dar unos presupuestos para investigación y desarrollo, aunque no creían en absoluto en la investigación ni en el desarrollo y poniendo trabas han conseguido lo que querían, es decir que no se haya gastado. Al final de año, todo el dinero que no se ha gastado revierte a hacienda y eso disminuye el déficit. Valemos dos veces como coartada. Primero cuando se dice que nosotros invertimos en investigación y luego cuando no se puede gastar el dinero que teóricamente se invierte en investigación y se reduce el déficit. Para el ministerio de hacienda ha sido un negocio redondo.
¿Podría poner algunos ejemplos de esas trabas, porque resulta bastante sorprendente esa cifra de que sólo se haya podido gastar el 30%?
Ha estado en un 30-40%, pero últimamente se ha incrementado enormemente la burocracia destructiva. No la buena, porque hace falta buenos gestores de ciencia y tecnología. Los que han estado dominando han sido los gestores destructivos. Por ejemplo si Usted necesita contratar a una persona para llevar adelante un proyecto que se ha hecho entre dos instituciones, lo primero que hay que hacer es un acuerdo entre esas dos instituciones. La burocracia ha hecho que todos los acuerdos que en el caso de los centros de investigación pueden ser miles al año tengan ser visados por los abogados del estado. En España hay funcionantes unos 400 abogados del estado. No les da tiempo a verlo por lo que todo se retrasa y retrasa. El tiempo medio de aprobar un convenio son 5 meses. Si el proyecto es de un año se ha comido prácticamente la mitad del proyecto. Esa es la burocracia destructiva que ha llevado a una situación límite a la ciencia en España.
También comentaban en la carta que no se habían resuelto las convocatorias de las becas de formación de profesorado universitario e investigador que afecta a los jóvenes investigadores.
Claro. Ni se resuelven las convocatorias. Eso es un hábil truco por decirlo de una forma suave. Si Usted va retrasando las convocatorias, cuando las personas toman posesión ya sólamente se gasta por ejemplo la mitad de lo que se debería del año y así se disminuye el déficit. A los funcionarios de hacienda y a los políticos de ciencia que han sido también tan responsables como ellos no les interesaba que se invirtiese en ciencia, porque lo que buscan es que se gaste lo menos posible. Si Usted hace eso, evidentemente disminuye el gasto, pero lo que pasa es que los jóvenes no se pueden formar, pierden dinero, porque obviamente cuando les dan la beca después de varios meses, esos meses de espera se quedan sin cobrar. Todo ha sido poner trabas y problemas a una actividad que nosotros pensamos que es esencial para nuestro país.
El ahorrar está muy bien, pero hacerlo en la ciencia es absurdo, porque la ciencia además es extremadamente rentable, ¿no?
Claro, eso es lo que ellos no entienden, que la ciencia es rentable. Les parece un gasto superfluo. Forma parte de su ideología conservadora. Yo lo he oído varias veces en foros a personas que tenían influencia en el anterior gobierno. Lo mismo que en EE.UU. hay estados como Massachusetts, Washington o California que tienen una investigación muy importante, también hay otros estado como Nevada que viven del turismo. En Europa tiene que pasar lo mismo. Nosotros el turismo y los alemanes y suecos la investigación. A mi me parece que ese tipo de pensamiento es absolutamente inaceptable, porque la ciencia y la tecnología no son sólo la base de un desarrollo sostenible. Además es cultura. Olvidan muchas veces que el conocimiento tecnológico en este siglo forma parte de la cultura.
Otra de las cosas que reclamaban era que hubiese una mayor coordinación…
Sí, sin duda. Eso es muy importante. Tenemos un sistema autonómico que es muy parecido a un sistema federal, pero mientras que en países federales como Alemania eso está muy bien resuelto aquí existe una frase y es que tanto el gobierno central como el autonómico tienen competencias concurrentes. Entonces uno se encuentra todos los modelos, desde Cataluña que sí recoge dinero si es necesario pero no quiere hablar de coordinación en absoluto porque ellos se lo guisan y se lo comen, hasta otras autonomías que prácticamente no tienen investigación como Ceuta y Melilla. Hace falta una cosa intermedia. En cualquier caso lo sensato es que hubiese una coordinación funcional independientemente de los recelos políticos que puedan existir. Coordinación funcional quiere decir que por ejemplo si Usted tiene un proyecto y en ese proyecto interviene una institución del CSIC, una universidad y una institución del sistema de salud deberían poder trabajar juntos simplemente con la decisión de los responsables de la unidad correspondiente como el presidente del CSIC, el rector de la universidad y el director general del hospital. No que haya que organizar una serie de complejos acuerdos que tienen que ser visados por un abogado del estado. Eso complica todo muchísimo, simplemente para que una persona por ejemplo haga una serie de experimentos en otro laboratorio del mismo proyecto. Es un funcionario que se tiene que desplazar un par de meses y debería funcionar con un simple permiso. Pues no, hay que organizar una cantidad de acuerdos, convenios, papeles que no tienen ningún sentido, retrasa y descoordina. La gente así se desanima. Hay que hacer tantos papeles y papeles, eso es un problema grave. Si pudiésemos simplemente quitar eso, sería un gran avance.