Joanen Cunyat
Un día después de conocerse la noticia del asesinato del periodista norteamericano Brent Renaud, llamo a Alfonso Bauluz para tener la opinión de Reporteros Sin Fronteras. Ya son 2 los periodistas asesinados, mientras los medios rusos independientes cierran. Pocos días antes hablábamos sobre la invasión y el debate sobre la legítima defensa del pueblo ucraniano.
Apagar la luz, y bombardear los taquígrafos. Es difícil ocultar al mundo qué ocurre, pero se puede contar de otra manera. La guerra irrestricta y matar a un periodista.
Hablamos con Alfonso Bauluz, presidente de Reporteros Sin Fronteras, sobre la información y la libertad de prensa en la invasión de Ucrania
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Cada vez corren más peligro los periodistas en Ucrania. Ya han sido atacados varios equipos y han muerto dos reporteros.
Por definición todos los conflictos tienen sus peligros, pero en este caso desconocemos las reglas de enfrentamiento del ejercito ruso. Hay otros países que sus ejércitos tienen unas reglas en las que se determina que solo se disparará a quien esté armado.
Si hay intercambio de disparos en el frente y el periodista esta ahí, tiene que asumir el riesgo que le corresponde. Otra cosa es que se dispare a conciencia sabiendo que son periodistas. Esto ocurre cada vez más con irregulares, guerrillas, y con algunos ejércitos. El ejército ruso no da ninguna garantía de que los periodistas puedan hacer su trabajo.
Habéis denunciado el bombardeo de 4 torres de televisión en Ucrania…
En la doctrina militar el comando y control es algo que cualquier ejército tratar de desarticular. Es lo que te permite dirigir tus unidades y los instrumentos que permiten darle cohesión a la voluntad de resistencia a la población, como es la televisión, que sirve para dar instrucciones y para no rendirse. Aunque ahora se hace también a través de las redes sociales, como está haciendo Zelensky que es muy hábil manejando ese recurso.
Esto es lo que dice la doctrina militar, y otra cosa es que las leyes humanitarias determinen que no son blancos legítimos. Pero eso no significa que los militares no quieran acabar con la voluntad de resistencia de su enemigo y doblegarlo, y para ello, desarticular las redes de comunicación es un paso fácil y directo.
Hay que diferenciar doctrina y legislación.
‘El ejercito ruso no da ninguna garantía a los periodistas’
Los medios de comunicación pueden ser utilizados para cualquier uso. Para nosotros no es legítimo, salvo que haya dejado de ser un medio. Pero sobre eso no se puede divagar.
La razón por la que quieren eliminar la señal es porque permite difundir sus mensajes al gobierno legítimo de Ucrania, mantener la cohesión entre los militares y la población, y preservar la voluntad de resistencia frente al invasor. Por eso es un objetivo militar de primer orden. Y otra cosa es su legitimidad como blanco, que no la tiene y menos disparar a un periodista.
Insisto, no es un objetivo legítimo pero no sabemos sus reglas de enfrentamiento y si les permiten, de acuerdo a la manera de hacer la guerra del ejército ruso, matar a sangre fría periodistas. Que no dejan de ser civiles desarmados.
¿Cómo evitar esto?
La única medida es que no haya impunidad contra estos crímenes. Es lo único eficaz. Si quien asesina periodistas es juzgado y condenado en un tribunal legítimo y habilitado, no proliferarán este tipo de asesinatos impunes. La medida es erradicar la impunidad.
‘Tratan de acabar con la voluntad de resistencia frente al invasor’
Eso significa que en los intercambios militares con otros países se acepten las premisas de que no es legítimo asesinar civiles. Habrá ejércitos que lo asuman y otros que no.
¿Cuál es la finalidad del del centro para la libertad de prensa que habéis puesto en marcha en Ucrania?
Una es ayudar a los periodistas ucranianos a poder llevar a cabo su labor con la máxima seguridad posible. Les podemos proporcionar equipos de protección, y ayudar en algunas cuestiones más tecnológicas. Nuestra capacidad es menor a nuestro deseo de ayudar.
Tratamos de asistir también a los corresponsables internacionales en estas mismas cuestiones. Con la protección en chalecos y cascos, y en cuestiones tecnológicas para facilitar si existen problemas y hay necesidad de recursos alternativos.
Y todo esto en un escenario en el que la retaguardia ya es blanco de bombardeos del ejército ruso. La actual ubicación del centro, al ritmo actual, despacio pero tortuoso, tendrá que ser bajo la superficie. El oeste se mantenía a salvo de los bombardeos, pero lo que nos tememos es que vayan creciendo los ataques.
Ahora Rusia persigue la libertad de prensa, ¿es un camino que empezó con la ley que aprobaron en 2017?
Con esa ley pretenden impedir cualquier crítica, disidencia y visión alternativa. Esto incluye todo lo que no es la adhesión inquebrantable al régimen. Primero los activistas de derechos humanos, luego las ONGs, luego algunos ámbitos culturales, luego los centros de pensamiento… todos los que tengan alguna contaminación, porque tienen contacto con el mundo exterior, y no se someten al pensamiento único son proscritos.
‘La única medida es que no haya impunidad contra estos crímenes’
Ahora la Duma ha señalado que son 15 años de cárcel para los que no cumplan las normas de la censura rusa. Significa que te pueden caer 15 años por no escribir lo que quieren que escribas, es decir, por no usar los términos ‘operación militar especial’, que a saber lo que significa en términos militares, y quieren eludir que están agrediendo a su vecino, que lo han invadido y que están destruyendo el país de al lado.
¿Qué son las webs espejo que ofrecéis para eludir la censura?
No conozco los detalles técnicos pero es un VPN, un servido alternativo a través de corporaciones a las que es más difícil que afecten ataques de denegación de servicio, que tienen mejores sistemas de protección, y permiten mostrar a través de otros sitios, la producción informativa de estos medios independientes. Es el periodismo en el exilio digital.
¿Qué opináis sobre el bloqueo a RT o Sputnik?
Está claro quién es un depredador de la libertad de prensa, es Putin, y hay otros muchos. Las víctimas son quienes son encarcelados, perseguidos y asesinados, y cualquiera de las dictaduras que ejercen esa violencia contra los periodistas.
No defendemos las restricciones a la libertad de prensa y de información. Pero hay que tener en cuenta, primero, la reciprocidad; quien no respeta la libertad de prensa no es la persona más adecuada para reivindicarla. Pero pensar que un dictador y sus criaturas mediáticas, se atienen a los códigos y valores que defendemos, es ridículo. La naturaleza del problema es el volumen de centenares de millones de euros invertidos, la audiencia alcanzada y la influencia conseguida.
Yo trabajé en Guinea y los periodistas vivían aterrorizados, pero considerar que aquello era un medio de comunicación con los estándares que defendemos es imposible.
La sofisticación de la guerra de la información y la destreza en simular la creación de un medio supuestamente libre, allá quien se lo crea, es lo que hace que el problema es diferente. Cuando asistir a la caída de la dictadura de Gadafi o de Hussein, y pensar que sus medios eran algo parecido a lo que nosotros entendemos como periodismo, es un sarcasmo, un insulto a quienes han sido perseguidos y asesinados en Irak, Libia, Rusia, o en Guinea Ecuatorial.
‘Es el periodismo en el exilio digital’
Cuando se hace con mucha habilidad, puede haber incluso gente que se crea que estaban trabajando en un medio de comunicación libre, pero yo no me lo creo. Ahora nos damos cuenta porque están disparando misiles, pero hemos desatendido durante mucho tiempo esto. Para quienes estudiamos académicamente la propaganda es un debate antiguo. Para mí el debate es si estamos en una guerra irrestricta o híbrida. Si Putin corta el gas a Europa Oriental y Alemania, es una guerra por todos los medios.
Todos los ejércitos usan la propaganda, pero la prensa alemana con Goebbels no es la prensa que consideramos defendible.