El cara a cara de Rubalcaba y Rajoy es como si las dos cabezas de un monstruo estuvieran hablándose. Porque son las dos caras de la partitocracia, la cara izquierda y la cara derecha. Las dos caras que decidieron escribir en la Constitución española que debemos pagar a la banca extranjera antes que a los pensionistas y que a cubrir los servicios básicos. Hay otro cara a cara, el del 90% de la población española contra los ladrones «legales» que están saqueando nuestra riqueza. Este es el cara a cara de verdad.
Las dos caras del monstruo partitocrático han contado sus mentiras. Una ha dicho su media verdad mentirosa, que la otra va a recortar, cuando de hecho ella ya está recortando, la otra ha hecho lo mismo, que no va a empezar a recortar, porque en realidad lo que va a hacer es seguir recortando. Sin embargo, los médicos de Cataluña y Galicia han dicho otra cosa, que ya está bien de recortes en sanidad, que llegarán a la huelga para impedir que hundan la sanidad pública.
«Impedir que hundan la sanidad pública» El sindicato Médicos de Cataluña ha convocado paros para los próximos días 16 y 17 en pleno periodo electoral pero desconvocarían la huelga si la Generalitat garantizara la paralización de los recortes a partir de 2012. Los sindicatos gallegos también han convocado una huelga para el día 17 por la propuesta de la Xunta, del PP, de eliminar unas 1.600 plazas de personal sanitario. Como ha declarado el presidente del sindicato catalán, Albert Tomàs, “no queremos influir en los comicios pero los recortes parecen no tener fin. Nuestra voluntad es negociar día y noche para poder desconvocar la huelga”, y añadió “si los ajustes siguen otro año, esto se hunde. La sanidad pública y los pacientes no tienen que pagar los platos rotos del déficit público. Están hundiendo la sanidad”.
Y no es sólo una cuestión reducida a los médicos de Cataluña y Galicia. Sino que los Colegios y Sindicatos de médicos junto con las Facultades y los estudiantes de Medicina se han reunido recientemente en el Foro de la Profesión Médica y han expresado la opinión unificada de oponerse decididamente a los continuos recortes impuestos en la sanidad pública en las comunidades autónomas y han dado un serio aviso, convocarían manifestaciones ciudadanas si los recortes siguen dañando aún más la calidad de las prestaciones sanitarias en España.
Como denunció Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), “no se pueden hacer estos recortes salvo que estemos en una economía de guerra, y no es el caso”. Desde luego que no estamos en una economía de guerra. Pero tampoco estamos ante un “modelo insostenible” ni ante un “sistema agotado” como se empeñan en hacernos creer. Estamos ante un salvaje proceso de recortes que responde a las imposiciones de potencias extranjeras y a las urgencias de su banca.
«Imposiciones de potencias extranjeras y urgencias de su banca» Y lo que hay que hacer, como afirmó Patricio Martínez, el secretario general de la Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM), “hay que tomar medidas de verdadera presión para no perder la grandeza del Sistema Nacional de Salud», porque no es que no haya recursos para financiarla sino que los han robado, entre otras cosas, para sostener la política de reinos de taifas de las castas regionales.
No es que en España no haya dinero y riqueza para mantener la sanidad, la educación, las pensiones o los gastos sociales. Claro que la hay. La única urgencia que tienen en recortar es que necesitan llevarse el dinero de los jubilados, de los enfermos, de los jóvenes, de las familias necesitadas… para recuperar las enormes pérdidas de su crisis. La crisis de los banqueros y grandes empresarios alemanes, franceses y norteamericanos que han vivido de apropiarse de nuestra riqueza y nuestro dinero.
«Una oligarquía y unos políticos que han vendido España» Y lo están haciendo gracias a la avaricia y la mezquindad de una oligarquía financiera que para multiplicar los beneficios de sus bancos ha vendido España. Y gracias a una clase política infame, dispuesta siempre a someterse a las exigencias y mandatos del exterior, incapaz de cualquier proyecto autónomo para nuestro país.
Aunque traten de ocultarlo hay otro cara a cara, hay resistencia ciudadana. Ahora hace falta construir una amplia unidad no sólo para oponerse a los recortes sino también para impulsar una política que exija la redistribución de la riqueza, la ampliación de la democracia y la defensa de la soberanía nacional.