El PSOE, con el apoyo de Unidas Podemos y de más grupos parlamentarios, ha propuesto que sea el actual Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, «apoyado por una comisión independiente creada ad hoc, formada por expertos, representantes de las víctimas, de la Iglesia y de diversas administraciones públicas», quien investigue los cientos de casos de pederastia cometidos en el seno de la Iglesia Católica española. Las víctimas han mostrado su satisfacción y consideran que se trata del «modelo idóneo».
A finales de año, el diario El País entregaba al Papa y al presidente de la Conferencia Episcopal Española, un detallado informe con cientos de casos, pero en las semanas siguientes fueron apareciendo muchas más. De momento, según este diario, han salido a la luz 611 casos y 1.246 víctimas en España, pero según los testimonios recogidos pueden ser miles más.
Se trata de un proceso que no tiene precedentes en nuestro país. Estados Unidos, Australia, Irlanda, Bélgica, Alemania y ahora Francia han ido destapando la magnitud de unos crímenes sepultados por décadas de silencio, pero en España nunca se había impulsado una macroinvestigación por abusos sexuales en la Iglesia Católica.
La Fiscalía General del Estado ha ordenado a las fiscalías autonómicas y provinciales que envíen todas las denuncias y querellas en curso sobre agresiones y abusos sexuales a menores cometidas por religiosos, en busca de una radiografía sobre el problema de la pederastia en el seno de la Iglesia. Y los casos han empezado a aflorar. Un informe oficial ha identificado a 58 víctimas de pederastia en la Iglesia de Navarra, y la Ertzaintza investiga los 13 casos de pederastia en la Iglesia vasca del informe de El País.
Las reacciones en el seno de la Iglesia han sido de lo más variado. Arzobispos como el de Santiago han apoyado la apertura de investigación, en diferencia con lo manifestado por la Conferencia Episcopal Española, cuyo portavoz y secretario general, Luis Argüello, afirmó que en una comisión en el Congreso “van a influir más cuestiones políticas” que “el interés real de las víctimas”.
También han manifestado su total apoyo a la macro investigación diversos colectivos progresistas dentro de la Iglesia, vinculados al trabajo social en las barriadas marginales o a los sectores más desfavorecidos. Los «curas, monjas y seglares rojos» que miran con horror y vergüenza cómo la Conferencia Episcopal Española esconde sus miserias y oculta a los responsables de los abusos a menores.
Lo dijo el cordobés más famoso del Imperio Romano. «Que se haga justicia, aunque se caiga el cielo», clamaba Séneca en su obra De la Ira. Tras décadas siendo ignoradas, las víctimas de la pederastia en la Iglesia tienen ahora por delante un horizonte que puede hacer realidad sus exigencias de Verdad, Reparación y Justicia.