Isabel Sola Gurpegui (San Adrián – Navarra) es una de las personas que más sabe sobre el coronavirus aparecido en China recientemente. Licenciada en Biología, se especializó en virología y se doctoró con una tesis acerca de los coronavirus en los cerdos, en la Universidad Autónoma de Madrid.
Tiene multitud de publicaciones y varias patentes en su carrera. Actualmente es codirectora del Centro Nacional de Biotecnología, uno de los pocos laboratorios en el mundo especializados en este tipo de virus, vinculado al CSIC, y desarrolla su actividad en el grupo que estudia el desarrollo del coronavirus actual a partir de la experiencia acumulada con el SARS* y el MERS**.
En declaraciones a Chispas, nos explica los ejes principales de su investigación y las perspectivas de controlar la enfermedad en el futuro.
* SARS: Síndrome respiratorio agudo grave (2002).
** MERS: Síndrome respiratorio de Oriente Medio (2015).
Con la cepa del coronavirus identificada, ¿cuáles son los recursos y dificultades para desarrollar rápidamente una vacuna?
El virus que está causando la epidemia de China es un coronavirus que coincide con el SARS en un 80%, Sin embargo, es un virus diferente, aunque pertenece a la misma especie. Esto significa que las vacunas que se generaron para el SARS no sirven para este nuevo virus.
Se ha identificado el receptor del nuevo coronavirus, o sea, la molécula de la célula con la que se conecta el virus. ¿Qué implica esto respecto a la síntesis de la vacuna?
Quien ha publicado el receptor ha sido un grupo de China y han confirmado que es el mismo que usaba el coronavirus de SARS.
Conocer el receptor es importante porque nos indica con qué células tenemos que trabajar para estudiar este virus y cómo deben ser los animales de experimentación.
Se han sintetizado vacunas eficaces contra el SARS y el MERS. ¿Qué lecciones se extrajeron de las crisis anteriores?
Respecto a los virus anteriores, hay muchas lecciones que nos permiten saber cuál sería el modelo de vacuna que podría ser más eficaz y también nos dan información sobre algunos posibles efectos indeseados de alguna de ellas. Y esto es importante para saber cómo no deben hacerse las cosas.
Es decir, todo el conocimiento previo es de una gran utilidad para diseñar las nuevas vacunas de una manera más racional, con más información, con más datos.
¿Cómo es posible que estando el MERS activo en Oriente Medio no se ha comercializado la vacuna?
En el caso de MERS, hay una vacuna con la que se están haciendo ensayos clínicos en humanos. Esta primera etapa evalúa la seguridad de la vacuna. Es decir, si la vacuna produce algún efecto indeseado en personas sanas. Una vez que se haya hecho este ensayo, con los resultados que se obtengan, habría que pasar a la siguiente fase en personas que podrían infectarse.
“La comunidad internacional está agradecida a esa respuesta rápida que tuvo China”
De todas formas, todos los procesos de desarrollo de vacunas y de fármacos, llevan un tiempo porque las agencias de regulación de los medicamentos tienen que estar seguras de que ese producto es eficaz y es seguro. Esto implica disponer de un número suficiente de personas similares, en cuanto a características clínicas, para que las conclusiones que se obtengan sean fiables.
¿Los antivirales son una alternativa segura para los infectados?
Desde luego, los antivirales son la mejor estrategia cuando una persona está infectada. Las vacunas tienen la utilidad de que se administran a personas que no se han infectado y previenen la infección.
“En el desarrollo de prototipos de vacunas, definitivamente nuestro grupo, por la experiencia que llevamos acumulada, sí que puede competir con otros grupos de investigación internacional”
Ahora en China se están administrando algunos antivirales, que se sabía que funcionaban con otros virus y que, en el caso del coronavirus, se había visto que funcionaban en modelos animales. Estos antivirales estaban ya en el mercado, porque se empleaban frente a otros virus, ya habían sido aprobados, y se están administrando a personas infectadas, porque si no hay otra alternativa, es mejor darle un antiviral que está en el mercado que podría funcionar.
“Todo el conocimiento previo es de una gran utilidad para diseñar las nuevas vacunas de una manera más racional, con más información, con más datos”
De hecho, hay uno nuevo, que se había ensayado para ébola, y también en animales, frente al SARS y el MERS. Había datos positivos de que este antiviral era eficaz, pero el resultado se sabrá dentro de un tiempo, cuando analicen los resultados.
Hemos conocido otros virus de origen animal, como la Gripe A, de origen porcino, o la gripe aviar. ¿Estamos ante una nueva era de enfermedades emergentes?
Los ejemplos que me das, son virus zoonóticos, es decir, que se transmiten de animales a personas. Estos virus se encuentran en la naturaleza en reservorios animales con los que conviven y a los que no causan muerte ni enfermedades graves.
Los virus tienen la característica de mutar y adquirir propiedades nuevas. Los que están en estos reservorios, como es el caso del coronavirus, pueden cambiar y adquirir la propiedad de saltar a un nuevo hospedador, que puede ser el ser humano o un animal intermedio. Si se dan las condiciones de que el virus encuentra un nuevo hospedador, nos podemos encontrar con una epidemia.
De momento no se sabe cuál ha sido el animal intermedio desde el que el virus, que estaba en murciélagos, ha podido saltar a los humanos. Para que esto suceda se han tenido que dar dos condiciones: que haya un virus que ha adquirido la propiedad de poder entrar en las células humanas y que la persona haya estado en contacto con el animal. Este contacto tiene que darse y observamos con frecuencia que algunos hábitos humanos favorecen la transmisión de infecciones virales desde animales a las personas.
¿No deberían multiplicarse los recursos nacionales dedicados a la prevención y salud pública?
La investigación es una forma de hacer frente a problemas como estos, virus emergentes, epidemias asociadas, etc. La investigación no es algo que se improvisa cuando aparece la epidemia. Tiene que haber todo un trabajo sostenido detrás, que necesita mucho dinero para mantenerse, que financie a personas que se dedican a investigar, el coste de la investigación, tecnologías avanzadas, etc.
“Es importante que las sociedades y los gobiernos se conciencien de la necesidad de invertir en investigación para cualquier cuestión de salud. No solamente cuando aparecen epidemias”
Lo que sí es importante es que las sociedades y los gobiernos se conciencien de la importancia que tiene invertir en investigación para cualquier cuestión de salud. No solamente cuando aparecen epidemias, sino avanzar en cómo nos enfrentamos a las enfermedades de una manera más eficaz, depende de cómo avance la ciencia. Y para que la ciencia avance es necesario invertir para costear todo lo que implica el descubrimiento científico y su avance.
¿En cuánto tiempo se estima que puede sintetizarse una vacuna segura y eficaz?
Hay que diferenciar dos etapas: la que se hace en el laboratorio y la parte experimental.
La etapa más corta es la del laboratorio, donde se diseña y se construye ese prototipo que, en realidad, no es más que un candidato a vacuna. Hay que demostrar que es seguro y es eficaz. Para ello es necesaria toda una experimentación.
Finalmente, si todos estos resultados son positivos, es decir, si vemos que los resultados son eficientes y seguros, se da el salto a hacer ensayos clínicos en humanos.
Toda esta parte experimental en animales y en humanos es la parte más larga. Pueden ser muchos, muchos meses y, en algunos casos, llegan a ser años.
En momentos de emergencia, todos estos procedimientos se aceleran y las agencias de medicamentos, de alguna forma colaboran a facilitar el proceso. Pero son, como mínimo… yo diría entre 18 meses y dos años.
¿Qué papel juegan las técnicas de ingeniería genética en los plazos de obtención de la vacuna?
Desde luego, en el laboratorio, la biología molecular es fundamental y las técnicas de ingeniería genética son determinantes porque contribuyen a acelerar los prototipos de vacunas.
Ahora bien, en toda la parte de experimentar la vacuna en animales y en humanos, ya no depende de biología molecular. Dependen de inmunizar un animal, esperar a que desarrolle una respuesta inmune; evaluar cómo ha sido esa respuesta; hacer entonces la prueba de infectar con un virus más virulento y agresivo y comprobar si la vacuna sirve o no,… En esta segunda etapa de ensayos preclínicos, los protagonistas son los modelos animales y las evaluaciones de la respuesta de inmunidad.
¿Qué diferentes formas de abordaje hay para fabricar una vacuna?
Para generar ese prototipo de vacuna hay muchas variantes. Las más sencillas consisten en coger una proteína del virus, la que sepamos que es más inmunogénica, es decir, la que es más importante para “entrenar” al sistema inmune, y producirla en bacterias y otros sistemas de expresión para inmunizar. Estas son las más sencillas.
Luego hay otros métodos, tradicionales y relativamente rápidos, que consisten en coger el virus completo, inactivarlo, hacer que ya no pueda infectar, pero manteniendo sus proteínas.
Después hay toda una variante de sistemas. A alguno de ellos se les llama “vectores vacunales” y consisten en expresar proteínas del virus de interés en otros vectores virales que se sabe que inmunizan muy bien.
En algunos casos, por ingeniería genética, se puede manipular el virus hasta debilitarlo completamente pero que siga expresando sus proteínas características. Estas últimas son más sofisticadas. Requieren de técnicas de biología molecular avanzada y cuesta un poco más desarrollarlas, pero también dan candidatos mas eficaces y más seguros.
Pero hay muchísimas variantes de vacunas y hay muchos grupos en el mundo trabajando en distintos desarrollos.
¿Hay diferencias entre cómo ha gestionado China esta crisis respecto a otras pandemias?
China ha tenido acciones muy positivas como empezar a liberar enseguida la secuencia de aislados del virus de allí, muy poco después de identificarse.
Esto es de gran ayuda para conocer el virus, ir preparando estrategias,… en este sentido, la comunidad internacional, desde luego, está agradecida a esa respuesta rápida que tuvo China.
Después, lo cierto es que sí que está habiendo una cooperación internacional en la que distintos laboratorios están proporcionando también información útil como, por ejemplo, sistemas de diagnóstico para poder identificar el virus de una forma específica y con mucha sensibilidad. Ahora hay muchos laboratorios en el mundo que están aportando conocimiento y su experiencia para poder avanzar más rápido.
El momento en el que nos encontramos, de una gran conexión entre países y entre laboratorios y gracias a todas las redes de comunicación, ayuda a que este intercambio sea muy rápido.
¿Puede España colocarse a la vanguardia científica en la síntesis de vacunas?
La verdad es que nuestro grupo lleva 35 años trabajando en virus, y en estos coronavirus humanos, altamente patógenos, llevamos desde 2002, que es cuando apareció el SARS.
En esta primera etapa, que comentábamos antes, de desarrollo de una vacuna en laboratorio, de generar un prototipo, nuestro laboratorio tiene experiencia propia y ha demostrado su capacidad para obtener estos candidatos a vacuna que, desde luego, están a la vanguardia de otros laboratorios.
Un laboratorio de investigación como el nuestro se centra más en generar el prototipo de vacuna y hacer ensayos preclínicos en animales, pero esta última parte de desarrollo de una vacuna, ya requiere de la cooperación empresas especializadas en ensayos clínicos con humanos que quedan fuera de nuestro ámbito de experiencia como laboratorio de virología.
Pero en ese desarrollo de prototipos de vacunas, definitivamente nuestro grupo, por la experiencia que llevamos acumulada, sí que puede competir con otros grupos de investigación internacional.