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Guindos pactó el apoyo de Bruselas y el BCE a la reforma financiera

Luis de Guindos, el ministro de Economía, cerró esta semana con dos discretos encuentros en Milán y Frankfurt el círculo protector del sistema financiero español, asediado por los mercados y con la crisis y nacionalización de Bankia a cuestas. En la ciudad italiana, durante la noche del miércoles, mientras el equipo de sus amores, el Atlético de Madrid, ganaba la Europa League, Guindos cenaba con Olli Rehn, el comisario de Economía de la UE. A la mañana siguiente, jueves, se veía con Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo (BCE). El objetivo de las dos reuniones era idéntico: lograr el apoyo de los dos organismos más poderosos de la eurozona al decreto que Guindos iba a presentar al día siguiente, viernes, en el Consejo de Ministros y que exigiría más provisiones a los bancos.El balance del periplo de Guindos parece positivo. «Europa y el BCE, Rehn y Draghi, nos apoyarán», expresaba una fuente próxima al ministerio.Pero todo tiene contrapartidas en la vida, Guindos tuvo que aceptar una exigencia común de Rehn y Draghi: los bancos españoles deberán ser evaluados por expertos independientes, una medida que dejaba en entredicho la credibilidad inspectora y estratégica del regulador español, el Banco de España. Otra víctima de la crisis.¿Qué apoyo buscaba Guindos? España necesita asegurarse liquidez en los mercados durante los próximos meses para afrontar el saneamiento bancario, que obligará a acudir a los inversores internacionales a colocar más deuda. Y ahí es donde las dos instituciones de la eurozona tienen un papel clave. También respaldo político, apoyo explícito a las nuevas medidas del Gobierno y que desde ayer son ley publicada en el Boletín Oficial del Estado.